- Redacción
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- 2001-11-01 00:00:00
NAPA VALLEY OFRECE LAS MEJORES CONDICIONES PARA HACER UN «TRATO CON LA MADRE NATURALEZA» ESPECIALMENTE PROVECHOSO
Sentado a su mesa de despacho, nos presenta el libro como los antiguos predicadores la Biblia, para conjurar el mal. Es el «Curso de agricultura» de Rudolf Steiner, la base del cultivo biodinámico, que apuesta tanto por las fuerzas del cosmos como por abonos preparados especialmente. Desde hace ya tres años, la bodega Phelps cultiva biodinámicamente las nueve hectáreas de tierra roja volcánica que es uno de sus más prestigiosos viñedos, Backus Vineyard. Para Craig Williams, responsable desde hace 25 años de los vinos Phelps, esto sólo es el principio. Está convencido de que Napa Valley ofrece las mejores condiciones para un «trato con la madre naturaleza» especialmente provechoso. Phelps emplea en gran parte uva de los suaves declives al final del suelo del valle. «Sabemos que las bodegas de culto actualmente tienen la mirada puesta en situaciones considerablemente más altas. También nosotros nos planteamos la posibilidad de dar este paso, pero hemos llegado a la conclusión de que, más arriba, el carácter de la uva se transforma de una manera que para nosotros no necesariamente es deseable», dice Williams.
Pero ¿a qué obedece el fabuloso éxito de la Casa Phelps? «Tuvimos la suerte de desarrollar una nueva filosofía del viñedo ya en los años 80. Ahora vemos que mereció la pena». En concreto, Phelps apostó ya entonces por una mayor densidad de plantación, un sistema de cultivo vertical y una mezcla de portainjertos que no sólo fueran resistentes a la filoxera, sino que también soportaran bien la sequía. Para 1992 habían terminado la reconversión. Actualmente esta bodega produce un millón de botellas, y no menos de 200.000 de ellas son Cabernets absolutamente superiores. Y los precios se han mantenido realistas. La Cuvée superior Insignia aún se vende a 80 dólares en la bodega. Con ello, Phelps se mantiene alejado del alegre tiovivo de precios de las bodegas de culto. «No me sentiría bien. No hacemos nuestros vinos para esa clase de personas que cada año busca ansiosamente el lugar de veraneo que esté más de moda, el coche que esté más de moda y el vino que esté más de moda».
Aunque la Cabernet sea para Phelps claramente la variedad más importante, esta bodega no ha dejado de presentar una y otra vez logros pioneros en otros campos. Fue la primera de Napa Valley en producir vinos de variedades del Ródano, por ejemplo, Vin du Mistral. Otra especialidad, siempre altamente calificada, son los vinos dulces, como el Delice de Semillon, el vino de hielo de cepa Scheu y el Johannisberg Riesling Spätlese.
Craig Williams no lleva el vino en la sangre, precisamente. Creció en Montana, y su padre aún procedía de un hogar de tiempos de la prohibición, donde no se bebía ni una gota de alcohol. Llegó a California originariamente para trabajar de profesor de surf. Considera casualidad haber terminado estudiando enología en Davis. Tres años después de que Joseph Phelps, un constructor de Denver, llegara hacia 1975 a Napa Valley para abrir su bodega como pionero del vino, Craig Williams se unió al equipo. Desde entonces, los dos practican una división del trabajo que ha dado excelentes resultados: la familia Phelps dirige la empresa, y Craig Williams es responsable del vino. Vive en una casa de madera típicamente americana del año 1910, con un gran mirador. A las 17.00 h. en punto tiene que despedirse de nosotros. Le espera su profesor de piano.