- Redacción
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- 2004-02-01 00:00:00
Temperaturas que apenas bajaban de los 30 grados, sequía, incendios… En la primavera y verano de 2003, Italia estuvo paralizada por el calor. Los campos se secaban, las cepas jóvenes ya empezaban a perder las hojas a principios del verano, incluso se estaba considerando emplear el agua de los depósitos de las centrales hidroeléctricas para regar los campos. A pesar de ello, en algunos lugares se habla de un muy buen año vinícola. El volumen de la cosecha está en un 15 por ciento por debajo de la media. Así les fue «Las viejas cepas han soportado muy bien la sequía, el vino de Barolo de estas cepas tiene unos taninos muy hermosos. Yo temía que el calor destruyera la aromática, pero no ha sido así. También en el caso del Barbera son excelentes el color, la estructura y la acidez.» Sergio Germano (Ettore Germano, Piamonte) «2003 ha sido singular en muchos aspectos, por ejemplo, hemos vendimiado hasta 20 días antes. No podremos dar una valoración definitiva antes de la primavera.» Angelo Gaja (Angelo Gaja, Piamonte) «La cantidad ha sido algo menor y la calidad es buena hasta muy buena. Algunas zonas han llegado a resultados excelentes, porque llovió en el momento oportuno. El Valpolicella tiene buena estructura, el Amarone quizá resulte más concentrado que de costumbre.» Sabrina Tedeschi (Tedeschi, Véneto) «Aunque no ha sido excelente, ha sido un buen año. Los vinos tienen mucho alcohol, y a pesar de ello una hermosa aromática. Por suerte tenemos un lago dentro de nuestra zona de viñedos, con lo que pudimos regar cuando era necesario. Hemos recogido un 30 por ciento menos de lo normal.» Mariangela Schiopetto (Mario Schiopetto, Friul) «Un año fantástico, y cada semana que pasa el vino en la bodega estoy más convencido de ello. Hemos tenido calor en las zonas de colinas, pero por suerte también diferencias de temperatura entre el día y la noche a partir de septiembre, y eso ha beneficiado a la maduración de la uva. Yo temía por los aromas de la Sangiovese, pero están ahí, la frutalidad, la acidez, todo.» Giovanni Manetti (Fontodi, Toscana) «Tenemos viñedos en tres provincias, por eso la añada es muy equilibrada. Ha hecho calor, pero no ha dejado de soplar el viento. Incluso la lluvia llegó en el momento oportuno; en algunos viñedos hemos vendimiado más tarde que en 2002.» Marina Cvetic (Masciarelli, Abruzos) «Sin riego habría sido difícil, pero ya estamos acostumbrados a eso. En cuanto a la calidad, el año es bueno.» Fernando Romano (Conti Zecca, Apulia) «El año 2003 ha sido equilibrado, al igual que los anteriores, pero por suerte con algo más de lluvia. Las uvas estaban sanas, la Zibibbo tiene unos aromas muy hermosos y mucho frescor.» Marco de Bartoli (Marco de Bartoli, Sicilia)