- Redacción
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- 1998-11-01 00:00:00
En el pasado, el cultivo ecológico no tenía muchos adeptos en la región de Champagne. Sistemáticamente se aplicaban herbicidas y potentísimos insecticidas para mantener en jaque a las plagas. Hasta hace dos años, en todos los viñedos se descargaban basuras urbanas: un excelente abono que, sin embargo, estaba lleno de partículas de plástico y metales pesados. Pero ahora, también en Champaña han cambiado las cosas, y los viticultores han recorrido su particular camino de Damasco.
Plantación de hierba alrededor de las cepas, eliminación medioambientalmente correcta de las aguas residuales, protección fitológica según las reglas de la agricultura integrada... Hace unos años nadie habría oído estas expresiones en boca de un responsable técnico de la región de Champagne, una de las zonas vinícolas más importantes del mundo, que debido a su situación septentrional resulta especialmente vulnerable a numerosas plagas de la vid. Pero la presión cada vez mayor de los consumidores en los principales países importadores -entre otros Alemania y Suiza- ha llevado a un cambio radical de planteamiento que lleva en Champagne a una nueva concienciación.
El servicio técnico de la región, que podría servir de ejemplo en más de una zona se ocupa de que la recién descubierta “alma verde” de Champagne no se quede en un mero compromiso retórico de un puñado de estrategas de mercadotecnia. Con diferentes proyectos, grupos de trabajo y modelos, se está intentando con bastante éxito imponer una política más racional de cultivo de la vid en toda la denominación de origen. No sólo las grandes casas apuestan por una forma de cultivo más natural, sino también los bodegueros y las cooperativas.
Uno de los objetivos más importantes es aportar una información específica. Los viticultores interesados pueden suscribirse a un boletín que les mantiene al corriente de todos los peligros que acechan a la vid en cada momento, así como del mejor medio de combatirlos. Con ello se evitan aplicaciones innecesarias de pesticidas y se indican métodos alternativos de tratamiento.
Naturalmente, no es que los técnicos vinícolas de la región receten ahora preparados de ortigas o aplicaciones de silicio en dosis biodinámicas. Las cosas no van tan rápido en Champagne: las empresas biológicas al 100% siguen siendo muy raras, pero cada vez son más respetadas en su entorno.
Emprender nuevos caminos...
Sin embargo, Champagne es líder en otras técnicas como pueda ser la neutralización de ácaros dañinos mediante el empleo de sus enemigos naturales, los ácaros predadores. O la aplicación de cápsulas de feromonas para desorientar sexualmente a las polillas del hilandero de la vid.
En lugar de los nefastos residuos urbanos, actualmente se utiliza una cobertura orgánica de corteza para luchar contra la erosión, y cada vez son más los viñedos donde se planta hierba. Actualmente se están realizando estudios para elaborar mapas de toda la Champagne a escala 1:25.000 con las parcelas aptas para plantar hierba.
Naturalmente, todo esto alegra a los amigos del champán y permite que pueda caer en su vicio favorito con la conciencia mucho más tranquila.