- Redacción
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- 1999-12-01 00:00:00
Embutida entre una cordillera impresionante, “Dentelles de Montmirail”, y al borde de la llanura del Ródano, se halla una Denominación que hace ya un tiempo espera abrirse camino, cosa que parece más cercana que nunca.
La historia de un éxito, anotada por Pierre Thomas.
Hay signos que son inequívocos: cuando los muros son nuevos, a sus habitantes les va bien. En Gigondas, la muralla y la iglesia aparecen con traje nuevo, y a lo largo de la calle hay un buen número de locales comerciales recién abiertos que se anuncian con letras enormes. Actualmente hay más de cincuenta boutiques tales en Gigondas, algo más que notable para un pueblo de 600 almas… incluso el punto de venta de todos los vinicultores en el centro del municipio, antaño un siniestro y estrecho agujero en el que un barbudo huraño sólo servía una copa a regañadientes, tras reiterados ruegos, ahora es más luminoso y más grande, y lo llevan dos encantadoras y jóvenes damas.
Más y más cambios, también para los vinicultores. Jean-Pierre Cartier (Domaine Les Goubert) recibe detrás de su bonita barra de degustación iluminada con luz halógena, y con Véronique Cunty (Domaine de Font-Sane) inauguramos la flamante escupidera de cerámica, enjuagada por agua corriente.
Yves Gras (Domaine Santa Duc), una de las estrellas de esta Denominación, ha ultimado la bodega nueva con un depósito para barricas subterráneo, naturalmente fresco. Jean-Marc y Sophie Autran están en plena fase de remodelación: a la nueva bodega del Domaine de Piaugier sólo le falta el revoco. Otro vinicultor superior, Louis Baruol, de treinta años, también está reconstruyendo partes de su bodega de origen galo-romano, un laberinto de cámaras, en el Château Saint-Cosme.
Baruol responde de la joven Guardia de los Vinicultores de Côtes du Rhône. No sólo ha adquirido la gran empresa familiar de 15 hectáreas, sino también prueba suerte como comerciante, ofreciendo vinos de Condrieu y de Côte Rôtie, y también de Châteauneuf-du-Pape.
No hay duda: en Gigondas, el pueblo que rechazó el acuerdo de Maastricht (documento fundacional de la Unión Europea) con un 70 por ciento de los votos, actualmente se están produciendo grandes transformaciones.
Vino para jugadores de rugby
Durante una cata en Saint-Cosme nos dimos cuenta de lo difícil que es cambiar, del poder de las viejas costumbres. Justo estábamos conversando sobre la lograda elaboración en madera del “Réserve Valbelle 1996” y nos alegrábamos de su finura, casi como la de un Borgoña, cuando una horda de parisinos compradores de vinos irrumpió en la bodega pidiendo a gritos “vino para jugadores de rugby”. En algún punto situado entre estos dos extremos, entre la bomba de alcohol para brutos sedientos y el vino superior con ambiciones de Borgoña, Gigondas está buscando su camino. Gigondas siempre tuvo que luchar por su fama y reconocimiento. Sólo desde 1971 se considera esta zona región vinícola independiente: el barón Leroy, iniciador del sistema AOC (DOC) francés y vinicultor en Château Fortia, Châteauneuf-du-Pape, durante largo tiempo pudo impedir con éxito que su denominación de origen viera surgir la competencia bajo forma de otra denominación en el Ródano. Los esforzados campeones de Gigondas llegaron a interrumpir sus pagos a esta organización superior de todas las denominaciones del Ródano y lanzar sus propias campañas de publicidad, para posicionarse así como región vinícola de calidad.
Pues ahora lo han conseguido, como demuestra ya sólo el hecho de que únicamente el 20 por ciento de su producción se venda a granel, y se exporten dos tercios de los vinos embotellados. Lo cual es aún más asombroso si se considera que los vinos de Gigondas, sólidos, vigorosos y con gran contenido de alcohol, en los años cincuenta todavía hacían carrera como “vin médecin”, sirviendo para mejorar los Borgoñas más débiles y eran vendidos a Châteauneuf-du-Pape donde, como por arte de magia, cambiaban de origen de la noche a la mañana. Roger Meffre de Domaine de Saint-Gayan relata: “Mi padre vendía la producción completa a Châteauneuf-du-Pape.”
Igual que en otros lugares, las crisis también han tenido su lado bueno en Gigondas. En 1973 se produjo un colapso del mercado para el vino a granel. El precio, de 12,50 FF cayó en picado a unos 2,50 FF. “Entonces dejamos de venderlo, simplemente ya no merecía la pena”, explica Jean-Pierre Cartier de Domaine Les Goubert. Desde entonces, embotella toda su producción…
También la última crisis tuvo algo bueno. El año 1992 fue un año negro para toda la región. No sólo el Ouvèze se salió de cauce, inundando de manera espectacular la parcela Vaison-la-Romaine; la cosecha resultó tan aguada, que el precio de la calidad a granel volvió a bajar en picado. Pero muchos vinos de Gigondas fueron expeditivamente desclasados por sus propios productores hasta Côtes-du-Rhône sencillo, lo que sólo podía mejorar la imagen de la región. Hoy por hoy, la zona cosecha los frutos de este acto valiente: “En seis meses he vendido todas mis reservas del 93, del 94 y del 95”, hace constar Etienne de Menthon de Château Redortier. El precio a granel ha vuelto a subir, de 14 FF en el año 1993 hasta los más de 40 FF actuales. En cualquier caso, se trata de un valor teórico, ya que el mercado está prácticamente seco: no porque falte demanda, sino porque falta oferta.
El reino de la Garnacha
Etienne de Menthon, el bronceado y jovial hijo de un ministro de Charles de Gaulle, posee una finca algo apartada, situada a 20 kilómetros del pueblo, en las montañas. Desde allí se disfruta de una magnífica vista sobre toda la Denominación. Los viñedos, que hoy son 1.200 hectáreas, empiezan en la llanura, sobre la meseta del Ouvèze, a una altura de aproximadamente 100 metros sobre el mar. Se extienden por terrazas y laderas alrededor del pueblo, a unos 300 metros de altura. Los viñedos más altos están a unos 500 metros de altura aproximadamente, en las estribaciones de las Dentelles de Montmirail, esas abruptas pirámides calcáreas, impresionantes, que se yerguen como dientes grises en las fauces de un cielo siempre azul y que representan para los franceses del sur lo que las Dolomitas para los italianos. Los suelos de la meseta constan de rocalla del río; cuanto más se asciende, más aumenta la proporción de arena y marga calcárea.
Están permitidas diversas variedades, todas típicas de la región: en Gigondas se buscarán en vano las variedades de moda. Hasta un 80 por ciento de los viñedos están plantados con Garnacha, que allí encuentra condiciones verdaderamente excepcionales. Sirven de variedades complementarias la Cunoise (al menos 15 por ciento), Mourvèdre, Syrah y Cinsault. La Cariñena, por el contrario, que sigue siendo la variedad más extendida en el sur, no está permitida. “Gigondas es una región límite para nuestras tres variedades más importantes: la frontera septentrional para la Mourvèdre e incluso la Garnacha, la meridional para la Syrah”, asegura no sin razón el enólogo Eric Michel, que posee una hectárea de viñas en Gigondas. Sabe muy bien que las variedades de uva en el límite de su zona climática producen los mejores vinos, por complejos. Eso sí, siempre que no se fuerce demasiado la maduración de las uvas. Lo cual es especialmente cierto en el caso de la variedad Garnacha. Antiguamente, cuando aún se compensaba a los viticultores por grado de alcohol, nunca se cosechaba antes de que la Garnacha demostrara 15 grados de contenido potencial de alcohol. Actualmente se tiende a una maduración que podría denominarse óptima: no solamente madura, pero tampoco sobremadurada. El manejo de la variedad Mourvèdre aún es más delicado. Yves Gras, de Domaine Santa Duc, agrega a su cuvée superior “Prestige des Hautes Garrigues” hasta un 30 por ciento de Mourvèdre, que ocupa las mejores parcelas de su finca. Otros apuestan por la uva Syrah como variedad complementaria: se desarrolla especialmente en los viñedos altos y produce vinos que recuerdan algo a un Syrah de Wallis.
La técnica de bodega
El manejo de una uva tan especial, que además crece en el típico clima del sur, con sus veranos cálidos y secos y los frecuentes periodos de lluvias en primavera y durante la vendimia, es algo que hay que haber aprendido. Si bien en Gigondas todos están de acuerdo en que un tinto de la región debe macerar largo tiempo, es decir, por lo menos tres semanas, las opiniones divergen cuando se trata del despalillado. Dominique Aÿ (Raspail Aÿ), Jean-Pierre Cartier (Goubert) y Alfred Haeni (Cabasse) separan sistemáticamente los escobajos, convencidos de conseguir así vinos más elegantes y equilibrados. Yves Gras (Santa Duc), Jean-Marc Autran (Piaugier) y Louis Baruol (Saint-Cosme), por el contrario, dejan fermentar la uva con el escobajo, porque piensan que esto confiere a los vinos más carácter propio, más estructura. Igualmente controvertida es la cuestión de la elaboración en barrica.
Etienne de Menthon, por ejemplo, opina que cualquier clase de elaboración en madera, tanto si se lleva a cabo en fudre, en “demi-muid” (500 litros) o en barrica, falsea completamente el vino de Gigondas. Louis Baruol replica que la barrica de madera es un invento de los antiguos galos y de ningún modo señal de modernidad mal entendida.
El enólogo Eric Michel se sitúa a medio camino: “Se debe elegir la elaboración que no desbarate todos los esfuerzos anteriores en el viñedo y en la bodega. Hay que manejar la barrica con mucho cuidado. En Gigondas, ésta nunca se extenderá como en Burdeos o en Borgoña”. Nuestra cata también confirma esta afirmación: hasta hoy, muy pocos vinicultores de Gigondas dominan completamente la elaboración en barrica. En cualquier caso, las decepciones por parte de la madera son peores que por parte de los que elaboran en tanque. Pero cuando la elaboración en madera está conseguida, el resultado es verdaderamente excelente.
¿Antes testarudo y hoy jactancioso?
Muy pocas degustaciones me han movido tanto a reflexionar como la de los vinos de Gigondas. En el lado positivo hay que contabilizar el hecho de que técnicamente hayan mejorado tanto los vinos del Ródano de esta pequeña zona, antes tan secos y ásperos, que cualitativamente se califiquen muy satisfactoriamente y que, en cualquier caso, resulten tan buenos como la Denominación Châteauneuf-du-Pape, que al fin y al cabo produce vinos de calibre similar. Pero en el lado negativo está la impresión de americanización de esta Denominación. Barrica, más zumo de fruta, más alcohol producen vinos del formato de un Oporto, sólo que para ser Oporto les falta el abocado. El ácido es casi imperceptible (vale, vale, el clima del año 1997 forzó este estilo de vino), y los taninos desaparecen entre el frenesí de fruta y alcohol.
Tampoco quiero decir que no se deban vinificar tales vinos. El Gigondas que me impresionó más de la cata (Prestige des Hautes Garrigues 1996, de Santa Duc), se aplica en ello hasta el exceso, pero con coherencia y maestría. Tales vinos excesivos, empero, sólo se soportan de uno en uno, nunca en manada. Domaine du Gour de Chaulé, mi favorito en esta degustación, demuestra (también en un año como 1997) que también se puede hacer de otra manera: en fin, así es como más me gustan los bombarderos de Gigondas.
Catamos 33 vinos de esta Denominación; recomendables son 25 de ellos, lo que dice mucho en favor de los progresos de la Denominación. Los catadores: Rolf Bichsel, Barbara Schroeder (ambos de Vinum) y el enólogo Thierry Gaudrie.
HH
Les Hauts de Montmirail 1997
Domaine Brusset
Color púrpura intenso y magnífico; excelente nariz con cuero y especias; jugoso, pleno, rico y largo, taninos frescos, notas de barrica al final; un vino moderno pero extraordinario, aunque en este estadio tiene un final desagradablemente seco. 2000-2005.
HHH
Château Redortier 1996
Rojo picota; nariz magnífica, recatada pero densa y seductora, con especias y notas frutales; jugoso y pleno en boca, fresco, áspero y largo: un vino agradable y fogoso muy al estilo de su denominación de origen. 2000-2004.
HHH
Clos du Joncuas 1997
Púrpura intenso; nariz seductora y frutal, violetas y cerezas; jugoso, fresco, pleno y largo en boca, intenso, aterciopelado y opulento; un vino extraordinario por lo auténtico. 2000-2005.
HH
Domaine de Cabasse 1997
Nariz muy reservada; jugoso en boca, pleno, rico y largo; un vino opulento, excelentemente trabajado pero auténtico. 2000-2005.
HH
Domaine de Font-Sane 1997
Especiado y frutal, agradable; fresco en boca, pleno, final áspero y desgraciadamente algo seco; un vino fiable. 2000-2005.
H
Cuvée Combe Sauvage 1997
Domaine de Fontavin
Nariz algo “sorda”, todavía marcada por el desarrollo; dulce y pleno en boca, también frutal; un vino fiable y opulento algo carente de forma. 2000-2004.
HHH
Domaine de la Tuilière 1997
Notas ahumadas, roble; compacto en boca, taninos vigorosos y ásperos; buen maridaje del alcohol y los taninos en este vino reservado, limpio, interesante y no dominado por la madera.
2000-2005.
HH
Domaine de Piaugier 1997
Notas de bayas al ron; en boca es vigoroso, de plenitud media, con taninos ásperos pero bien ligados; un vino fiable. 2000-2005.
H
Domaine des Bosquets 1996
Marcadamente frutal y especiado, humo y almendras; compacto en boca, taninos ásperos y frutosidad fresca; un vino fiable. 2000-2003.
H
Domaine du Cayron 1997
Nariz interesante ahumada y frutal; jugoso y fresco en boca, taninos ásperos y algo angulosos; un vino bueno por su carácter y personalidad, que termina de forma fogosa, por no decir ardiente… 2000-2005.
HHH
Domaine du Gour de Chaulé 1997
Nariz prometedora con notas seductoras de bayas maduras, que alcanza casi la dimensión de un borgoña; frutosidad plena y fresca en boca, taninos ásperos muy vigorosos, acidez perceptible, con cierta rusticidad positiva. Estos son los vinos que me gustan, sin concesiones a las modas. También en boca recuerda a un borgoña. Debe madurar. 2002-2007.
HH
Domaine du Grand Montmirail 1997
Nariz reservadamente especiada; compacto y vigoroso en boca, taninos ásperos, cierta elegancia a pesar de la plenitud; un vino auténtico, original, de excelente factura. Posee potencial. 2000-2005.
H
Domaine Romane-Machotte 1997
Pierre Amadieu
Nariz ahumada y frutal; en boca es áspero, sencillo; un vino fiable sin demasiada personalidad. 1999-2003.
HH
Domaine les Teysonnières 1997
Nariz maravillosamente frutal, en la que parecen dominar las notas de la Syrah; fresco, compacto y seco en boca, taninos algo ásperos; un vino fiable dominado por la fruta. 2000-2005.
HHH
Domaine Raspail-Aÿ 1996
Rubí en maduración, nariz especiada; terciopelo y plenitud en boca, seguidos por taninos vigorosos, ásperos e incluso ligeramente secos; un vino franco, bueno y con carácter. 2000-2004.
HH
Domaine de Cassan 1997
Nariz especiada, notas de humo; jugoso en boca, frutosidad gustosa y taninos ásperos; un vino original seco, recomendable, rústico en el buen sentido. 2001-2005.
HHH
Cuvée Tradition 1997
Domaine des Espiers
Color magnífico, púrpura intenso; nariz fresca de bayas; intenso, fresco, pleno y largo en boca, con taninos ásperos, ingrávido. 2000-2006.
HHH
Cuvée Tradition 1996
Domaine des Espiers
Luminoso color picota; nariz fresca y juvenil, violetas, cerezas; jugoso, pleno, intenso y largo, frutosidad magníficamente fresca; un vino bien hecho que sienta bien, suave como el terciopelo, al que en todo caso puede reprochársele una cierta superficialidad y adaptación a la moda. 2000-2005.
H
Le Laurus 1996
Nariz especiada, violeta y cuero; jugoso y vigoroso en boca, taninos ásperos y angulosos: un vino franco y fogoso. 2000-2005.
HH
Domaine la Bouscatière 1996
Nariz interesante y especiada; jugoso y lleno en el paladar, aterciopelado y largo; un vino rico y opulento que, por desgracia, también resulta poco digestivo. 1999-2005.
H
Domaine de la Mavette 1997
Nariz muy particular, con notas minerales y cuero; áspero y compacto en boca, con buena duración; un vino fiable. 2000-2005.
HH
Cuvée Tradition 1996
Moulin de la Gardette
Interesante, especiado, con aromas de chocolate; compacto y vigoroso, taninos ásperos, con carácter y tipicidad. 2000-2005.
HHH
Cuvée classique 1996
Moulin de la Gardette
Nariz floral muy agradable; fresco y pleno, jugoso y largo; frutosidad magnífica, taninos frescos, angulosos y ásperos, y mucho sabor; un vino excelente, rico, opulento y con carácter. 2000-2006.
HH
Cuvée Ventabren 1996
Moulin de la Gardette
Nariz marcada por la madera, notas de humo, especias, violeta, cereza y saúco; intenso y pleno en boca, jugoso y largo, taninos ásperos, vigorosos y frescos, final fogoso y rico; un vino opulento y original, con notas de madera que se despegan algo. 2000-2005.
HHH
Cuvée Tradition 1996
Domaine Santa Duc
Nariz interesante y especiada, cuero, almizcle, bayas maduras, especias y humo; fruta jugosa y plenitud fogosa, apoyadas por una buena dosis de taninos ásperos y maduros. Ideal para los amantes de vinos fogosos, potentes, marcados por el alcohol. Muy propio para acompañar un asado de jabalí. 2000-2004.
HHH
Cuvée Tradition 1997
Domaine Santa Duc
Reservado, con notas frutales y especiadas; carnoso y jugoso en boca, frutosidad gustosa y taninos ásperos, final afrutado, casi dulce; un vino excelente, alegre, que llena la boca y madurará estupendamente. 2000-2007.
HHHH
Prestige des Hautes Garrigues 1996
Domaine Santa Duc
Nariz seductora que, sin embargo, pasa rápidamente a estar marcada por la madera; cuerpo increíblemente pleno e intenso, redondez exuberante, taninos perfectamente maduros, magistral trabajo de barrica, graso, pleno… ¡Que alguien se atreva a decir que las formas opulentas son antiestéticas! Literalmente arrollador. 2000-2006.
HH
Domaine les Teysonnières 1996
Nariz en maduración, magníficas notas de confitura de frambuesas; jugoso, fresco, fruta magnífica y jugosa, taninos ásperos ligeramente secos; un vino fiable que sienta bien. 1999-2004.
Gigondas en cifras
La Denominación consta de 1.200 hectáreas de viñedos, situados sobre suelos de este municipio. Vendimian las uvas 250 viticultores: 83 poseen su propia bodega, 60 de ellas están en el mismo pueblo. Además, tres cooperativas de bodegas (Gigondas, Vacqueyras y Sablet) y dos casas comerciales vinifican Gigondas. El volumen de ventas anuales alcanza en la actualidad unos 4 millones de botellas. La botella con el escudo del pueblo grabado es oficial desde 1992.
La cosecha media sólo asciende a alrededor de 36 hectolitros por año. Gigondas (del latín iucundum, agradable) es Denominación de Origen AOC desde 1971.