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La Mancha el nuevo Eldorado

  • Redacción
  • 2001-04-01 00:00:00

Castilla-La Mancha ha dejado de ser el archifamoso y manido gigante dormido para convertirse en algo parecido a la tierra prometida del vino. Esta región vinícola, la más extensa del mundo, ha dado un giro radical a su destino, anclado en una situación de letargo, y está iniciando una verdadera revolución en sus planteamientos productivos y comerciales. La crítica especializada compara esta zona con Australia o California por el gran potencial que alberga. Una región hacia la que han vuelto sus miradas muchas firmas foráneas de prestigio. El fin último de todas es elaborar vinos de calidad: se amparen o no bajo la Denominación de Origen o vayan por el mundo como Vinos de la Tierra de Castilla.
Por tierras toledanas ha aterrizado el grupo riojano Bodegas Olarra. En la localidad de Yepes adquirió, a través de la sociedad Bodegas y Viñedos de Casa del Valle, la Finca de Valdelagua con idea de desarrollar nuevos productos. Situada dentro de una superficie de 250 hectáreas, la bodega dispone de 100 hectáreas de viñedo. Esta finca está en pleno proceso de remodelación, al igual que la bodega, donde se están adaptando las instalaciones para la elaboración de vinos de la mejor calidad. Desde hace algunos meses, y bajo la denominación de «Vinos de la Tierra de Castilla», el grupo elabora y comercializa la gama de vinos jóvenes Acantus, y en poco tiempo saldrán los tintos criados en roble. Es un proyecto muy meditado: «nuestra expansión internacional ha sido determinante para decidir el desembarco en esta tierra, tras una exhaustiva búsqueda por distintas zonas de todo el país».
Otro grupo riojano, Bodegas Faustino, también ha fijado su residencia manchega en la provincia de Toledo. En la zona de Quintanar de la Orden, concretamente en el término municipal de Los Hinojosos, se encuentra la finca Los Trenzones, la nueva propiedad de Faustino cuyo nombre comercial es Bodegas Leganza, acogida a la D.O. La Mancha. En esta finca se extienden 492 hectáreas de viña y monte, con variedades Tempranillo (280 has.), Cabernet Sauvignon (22), Merlot (18), Syrah (11) y Sauvignon Blanc (11). La bodega, totalmente funcional y dotada de tecnología punta, cuenta con una nave de envejecimiento que alberga 2.500 barricas de roble americano. Faustino ya tiene una gama de vinos manchegos que comercializa bajo la marca Condesa de Leganza (jóvenes, crianzas y reservas).
Muy cerca, en el mismo término de Los Hinojosos, ha desembarcado otra familia riojana, Martínez Bujanda. Allí cuenta con una finca de mil hectáreas de terreno donde ya hay plantadas 240 con las variedades Cabernet Sauvignon, Cencibel, Merlot y una pequeña parte de Macabeo. El proyecto de la bodega está previsto que concluya a finales de este año o en el 2002. Aunque ya se ha realizado la primera elaboración con la cosecha del 2000, por el momento no está prevista la comercialización de ningún vino. El nombre de la bodega y el de los vinos está todavía sin determinar, al igual que la decisión de acogerse o no a la D.O. La Mancha.

Los jerezanos también la quieren
Pero no sólo hay intereses riojanos en Castilla-La Mancha, también los jerezanos miran hacia este gigante vinícola con el firme propósito de participar de esta contagiosa tendencia a la expansión. Osborne Selección es el nombre de la bodega que el Grupo Osborne y Cía. está construyendo en Malpica de Tajo (Toledo). Con anterioridad al inicio de las obras de la bodega, que dieron comienzo en febrero, Osborne ha ido adquiriendo terrenos, hasta hacerse con la propiedad de más de mil hectáreas en la zona. Esta superficie incluye fincas de viñedo y otros terrenos en los que se han comprado los derechos de plantación. La inversión inicial es de 8.000 millones de pesetas, destinados tanto a la compra de fincas como a la dotación de la infraestructura necesaria para la producción y la comercialización de los vinos. En su primera fase, la bodega contará con una superficie aproximada de 20.000 metros cuadrados, cuya conclusión está prevista para el último trimestre de 2001. Posteriormente el proyecto de ampliación prevé duplicar su capacidad. Los vinos de Osborne Selección saldrán al mercado bajo la denominación de calidad «Vinos de la Tierra de Castilla».
De la incursión de González Byass por tierras manchegas se sabe más por el vino que por el proyecto en sí. Esta firma acaba de iniciar la comercialización y distribución de su vino Altozano con D.O. La Mancha, un crianza del 97 ha elaborado con las variedades Tempranillo y Cabernet Sauvignon procedentes de los viñedos de Fuente de Pedro Naharro, ubicada en la Alcarria baja. Por ahora, González Byass realiza la elaboración y embotellado de sus vinos manchegos en las Bodegas Fontana, bajo el estricto control de los técnicos y enólogos de la casa andaluza. González Byass tiene en proyecto la plantación de 200 hectáreas de viñedos en esta zona, y cuenta con una inversión total de 2.000 millones de pesetas, que incluye la construcción de la bodega.
Alejandro Fernández también ha visto con buenos ojos la idea de elaborar vinos manchegos. Este bodeguero castellano-leonés, propietario de la bodega que lleva su nombre en la D.O. Ribera del Duero, y mundialmente conocido por su tinto Pesquera, compró en el 99 una bodega antigua situada en Campo de Criptana, de Ciudad Real (foto grande, página izda.). Llevaba en desuso aproximadamente 20 años, y se ha tenido que emplear a fondo para hacerla totalmente operativa. Se empezó la reforma destruyendo todas las viejas tinajas de cemento, y se acondicionó la bodega para meter acero inoxidable, al igual que se restauraron las naves para la crianza. En septiembre, lo más tarde octubre, la bodega El Vínculo, como se conocerá en el futuro, estará totalmente en funcionamiento, fecha en la que también está previsto el lanzamiento de su primer vino, un crianza con D.O. La Mancha. Aunque no se descarta la compra de viñedo, Alejando Fernández compra toda la uva para elaborar su vino (100 % Tempranillo o Cencibel).
Y ahí no acaba todo. Como si se tratase de una nueva tierra de promisión, nombres de bodegas como Freixenet, Barón de Ley, Paternina, Sierra Cantabria, Codorníu, y de técnicos como Telmo Rodríguez, Ignacio de Miguel o Miguel Ángel de Gregorio, aparecen ya vinculados con esta zona vinícola. A Castilla-La Mancha acuden buscadores, rastreadores de terrenos y fincas, negociantes, enólogos y técnicos ávidos de nuevos retos, a la caza de un reducto vinícola que les permita participar en esta revolución latente y no perder la oportunidad de ver cara a cara al gigante despierto.

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