- Redacción
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- 2005-11-01 00:00:00
En el último extremo de Victoria, donde comienza la gran zona desértica australiana, se halla la pequeña ciudad de Rutherglen, donde antaño vivían los mineros buscadores de oro. Pero el oro que se extrae hoy es líquido: allí crecen algunos de los mejores vinos dulces del mundo. Para descubrir el secreto mejor guardado del vino de Australia hay que alquilar un coche cómodo y disponer de mucho tiempo. Porque el viaje desde Melbourne hasta Rutherglen dura sus cuatro horas largas. Se recomienda repostar gasolina pronto, pues cuanto más se avanza hacia el Noreste, menos frecuentes van siendo las instalaciones básicas de la civilización humana. Y luego, cuando el viajero ya no espera gran cosa y se pregunta dónde podrá encontrar algo de comer y una cama para pasar la noche en esta paradisíaca inmensidad, aparece Rutherglen. Al divisar las granjas construidas con viejos tablones de madera y chapa ondulada más bien deteriorada, las cambijas torcidas y las toscas ruedas eólicas, ya se intuye que la aventura enológica que se avecina será difícil de olvidar. «Más de uno que llegó aquí sin mayores expectativas, se ha quedado más tiempo del que pensaba. Y al irse, ya no estaba tan seguro si los tan comentados Shiraz realmente son los vinos más impresionantes de Australia, o quizá más bien los Muscat dulces nobles de Rutherglen, madurados durante 20, 50 y casi 100 años», asegura David Morris. En su «pajar» para el vino, el cielo azul guiña por entre los agujeros de la chapa ondulada. Nuestros pies pisan tierra parda, apisonada a lo largo de décadas. Las telarañas envuelven las antiquísimas barricas de madera sobre cuyo lado frontal alguien ha escrito con tiza extrañas e indescifrables combinaciones de letras. Para los foráneos, este mundo de los tesoros del Muscat está lleno de misteriosos secretos. «Y así ha de seguir siendo», dice David Morris y añade: «Vaya usted a las bodegas de Madeira o a los lodges de los comerciantes de vino de Oporto en Vila Nova de Gaia. Allí ocurre igual. Cada gran vino dulce de este mundo tiene su secreto, ¿no es así?» Ascenso y caída La historia de la familia de David Morris refleja como ninguna otra la espectacular historia de esta localidad. Su antepasado George Francis Morris era empleado de banca en Liverpool, pero en 1853 emigró a Australia. Al igual que otros miles, también él se sintió atraído por las noticias sobre hallazgos de oro en la región de Rutherglen. Buscadores de oro, granjeros y los primeros inmigrantes alemanes que experimentaban con la vinicultura habían convertido el paisaje de suaves colinas a 300 kilómetros al norte de Melbourne en un lugar de extraordinaria actividad, y George Morris, como comerciante mayorista, pronto amasó una fortuna. Después de 1860, cuando empezó a crecer la demanda de vino de Rutherglen, invirtió masivamente en viñedos. Hasta 1888 había ganado tanto dinero que se erigió a sí mismo y a su nueva y floreciente patria de adopción un monumento del que se hablaría en toda Australia: Fairfield Estate. En la finca había construido una reluciente villa blanca de inspiración italo-mediterránea con inmensos porches y miradores, salón de baile, dehesa caballar y pistas de tenis. La bodega de Fairfield, también nueva, era un edificio «shed» de ladrillo con una fachada bellamente trabajada y una cúpula sobre la que ondeaba altanera la bandera de la familia. Ya en 1904, allí las uvas eran transportadas suavemente sobre una cinta automática hasta las prensas de cesta. En aquel tiempo, Rutherglen producía todos los estilos de vino demandados en Europa: Mosela, Chablis, Claret... aunque ya entonces eran especialmente sabrosos los Muscat, Tokaj y Oporto. Pero el milagro de la prosperidad duró muy poco. Precisamente la apartada Rutherglen fue una de las zonas más devastadas por la filoxera. La recesión económica y la Guerra Mundial hicieron el resto. En las décadas que siguieron, las familias establecidas desde antiguo producían sus especialidades de vinos dulces para un exclusivo público australiano. Desde hace tan sólo cinco años, los míticos Muscat están experimentando un segundo florecimiento a nivel mundial. Sobre todo en el Reino Unido y en los EE UU están teniendo gran éxito estos elixires dulces de la fronda australiana. Soleras como en Jerez En Rutherglen actualmente se producen tres tipos de especialidades dulces nobles: Tawny, Tokaj y Muscat. En todas ellas se detiene la fermentación añadiendo alcohol. Pero las denominaciones de Tokaj (vinificado con la variedad Muscadelle, que antaño se tomaba erróneamente por la húngara Harslevelü) y Tawny (hecho con las variedades tintas Shiraz, Grenache, Touriga Nacional o Durif) pronto dejarán de poder emplearse. El Tawny de Rutherglen resulta algo más pesado y arbitrario que el original portugués, mientras que los Tokaj poseen un sabor increíblemente intenso y dulce a pasas, y generalmente necesitan décadas para alcanzar el equilibrio necesario. La singularísima gran especialidad de Rutherglen es el Muscat. O mejor dicho, en este caso se trata de Brown Muscat, la rara variante oscura de la Muscat blanca de uva pequeña («Muscat blanc à petits grains»), que casi parece hecha para el cálido clima y el particular suelo rico en nutrientes que allí se denomina Brown’s Plains. Todos los grandes Muscat se hacen en soleras que funcionan de manera similar a las bodegas de Jerez de la Frontera. Por ejemplo Colin Campbell, cuarta generación de vinicultores de la bodega Campbells Winery, se ocupa de cinco soleras, cada una de las cuales alberga 250 barricas. Cada año se extrae un 15 por ciento de las barricas de la fila inferior y se embotella; luego se rellena la barrica con vino de la fila inmediatamente superior. Cada bodega en Rutherglen tiene su propia filosofía de elaboración. Morris, y sobre todo la bodega maravillosamente mórbida de Chambers, también cuidan muchas barricas individuales. «Todos los años cato el contenido de estas viejas barricas. Si el vino me parece un tanto apagado, compenso la pérdida con Muscat joven y lleno de frutalidad. Pero si la fruta me gusta, prefiero rellenar la barrica con vinos más maduros y plenamente concentrados», revela David Morris. Llegan los jóvenes Stephen Chambers, de 31 años, es un adicto al trabajo enológico en el mejor sentido. Se mueve entre sus viejísimas barricas como si esta bodega llena de telarañas fuese su casa desde hace cien años, y el oscuro vino dulce ha dejado claras huellas en sus manos surcadas de arrugas. Dicen que su padre, un personaje carismático llamado Bill, escupe el vino con tal precisión que es capaz de acertar en un guijarro a seis metros de distancia. Ha legado a su hijo algunas barricas de contenido desconocido hasta para el abuelo de Stephen. «Lo cierto es que son elixires casi negros de aproximadamente cien años de edad, que saben maravillosamente bien», asegura Stephen Chambers. Normalmente, Stephen emplea estos tesoros para ennoblecer y redondear sus vinos superiores. Pero a veces, en ocasiones muy especiales, también llena alguna que otra botellita con este vino en estado puro. Estos caldos mágicos, inaccesibles por vía oficial, electrizan a los aficionados al vino, sobre todo en EE UU. La joven Susan Campbell, con su indumentaria moderna de línea sencilla, parece salida de un bar de Chelsea, barrio de moda londinense. Es la responsable de marketing en Campbell desde hace poco tiempo. Junto con Stephen Chambers, ha fundado el club «The Young Bloods». La generación joven de Rutherglen, en general, tiene grandes proyectos. En la tarde noche se dan cita en algún local de la calle Main Street para tomar una copa de Muscat -o bien, en días especialmente calurosos, una cerveza fría- y urdir planes que el mundo pronto conocerá. La clasificación Rutherglen Muscat Enteramente orientado hacia la fruta primaria, sale al mercado después de pasar entre dos y cinco años de elaboración. Classic Rutherglen Muscat Tras una elaboración en barrica de madera de entre cinco y doce años, estos vinos aún presentan notas de uva a la vez que ya se percibe el clásico aroma “rancio”. Grand Rutherglen Muscat De color ya muy oscuro, estos vinos madurados entre doce y veinte años en barrica de madera muestran todo el rico espectro de un gran vino dulce maduro y muy concentrado. Rare Rutherglen Muscat Casi negro, aroma “rancio” plenamente desarrollado al estilo de un viejo vino dulce de Madeira. Estas raras selecciones, muy apreciadas, maduran al menos veinte años en barricas de madera. Rutherglen Nuestra recomendación bodegas En Rutherglen se producen vinos dulces que pueden medirse con los mejores vinos de Oporto y Madeira. Entre los productores superiores se cuentan: Morris Wines Mia Mia Road AUS-Rutherglen, VIC 3685 Tel. +61-(02)-60 26 73 03 Campbells Winery Murray Valley Highway AUS-Rutherglen, VIC 3685 Tel. +61-(02)-60 32 94 58 wine@campbellswines.com.au www.campbellswines.com.au Chambers Winery Barkly Street AUS-Rutherglen, VIC 3687 Tel. +61-(02)-60 32 86 41 Stanton and Killeen Wines Jacks Road AUS-Rutherglen, VIC 3687 Tel. +61-(02)-60 32 94 57 sk_wines@netc.net.au www.stantonandkilleenwines.com.au HOTELES Y RESTAURANTES La antigua metrópoli de buscadores de oro hoy vuelve a ser una bulliciosa localidad de granjeros. Una visita de dos o tres días puede ser muy agradable. Tuileries Drummond Street AUS-Rutherglen, VIC 3685 Tel. +61-(02)-60 32 90 33 info@tuileries.com.au www.tuileriesrutherglen.com.au Lujoso hotel en medio de los viñedos. Pistas de tenis, piscina, muy buen restaurante. Carlyle House 147 High Street AUS-Rutherglen, VIC 3685 Tel. +61-(02)-60 32 84 44 enquiry@carlylehouse.com.au www.carlylehouse.com.au Clásica mansión señorial del año 1890, fielmente restaurada. The Terrace at the All Saints Estate All Saints Road AUS-Wahgunyah, VIC 3687 Tel. +61-(02)-60 35 22 09 wine@allsaintswine.com.au www.allsaintswine.com.au La impresionante bodega del palacio (de 1880) alberga un restaurante excelente. Nuestra recomendación Clásico Grand Muscat DP63 Seppelt Un palacio colonial jalonado de palmeras: la bodega Seppelt, ya por su apariencia externa, se manifiesta más excéntrica que ninguna. Pero actualmente los vinos se elaboran en Seppeltsfield (Barossa Valley). Seppelt cultiva allí sus vinos dulces, entre los cuales los más antiguos datan del año 1878. Cada año, esta casa saca al mercado un vintage de 100 años, por el que los aficionados pagan sumas horrendas. En cuanto a calidad y precio, no tiene parangón el Rutherglen Grand Muscat DP63, madurado en barrica alrededor de diez años. Aromas de rosa y clavel se mezclan con notas de bizcocho y chocolate. En el paladar es dulce y lleno, sin que ello merme la frescura de su final. Concentrado Merchant Prince Rare Muscat Campbells A principios de 1858, un tal John Campbell dejó su ciudad natal de Saint Andrews en Escocia, embarcó en un velero llamado “Merchant Prince” y viajó a Australia. En 1870 plantó en Rutherglen los primeros viñedos que aún hoy cultivan sus descendientes de la cuarta y quinta generación. En homenaje al espíritu pionero de su antepasado, su mejor Muscat lleva el nombre de “Merchant Prince”. Este concentrado profundamente pardo, madurado en una solera clásica, emana un aroma intenso a pasas, té, chocolate y delicado bizcocho. Con su complejo y maduro abocado, es un vino de postre de categoría internacional. Complejo Old Premium Liqueur Muscat Morris Más de una dulce leyenda rodea a la casa Morris. Y sólo David Morris sabe con certeza qué es lo que madura en las barricas hechiceras y durante cuánto tiempo. Su bodega recuerda sorprendentemente a los lodges de Madeira: en la casa Morris, el Nuevo Mundo del Vino de repente parece muy muy antiguo. El Old Premium Liqueur Muscat procede de parcelas seleccionadas y es un blend de diversas añadas. Las partes de vino más antiguo le confieren intensidad y complejidad, las más jóvenes aportan frutalidad y frescor. Este elixir profundamente pardo aún emana un delicado aroma a Muscat y su enorme abocado está bien compensado por una acidez madura. Un gran vino dulce en un perfecto equilibrio.