- Redacción
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- 2003-10-01 00:00:00
Sigue siendo información confidencial. En el año 2000, la Shiraz llevó a la desesperación a los vinicultores de Barossa Valley y de McLaren Vale. Aunque esta variedad del Ródano, llamada Syrah por nuestros pagos, alcanzaba unos elevados valores de azúcar en un ciclo vegetativo corto, lo que llevaba a producir vinos con un 16% de alcohol, los taninos de algunos de estos vinos, sin embargo, se integraban mal, resultaban duros o incluso verdes. Pues bien, algunos vinicultores superiores hace ya tiempo que defienden la opinión de que la Garnacha podría dar más calidad que la Shiraz en algunos terruños alrededor de Adelaida. Pero nadie quiere pronunciarlo en voz alta. Porque la Shiraz es down under, sinónimo de Australia, sobre todo por sus éxitos en exportación: la gran atracción. La Garnacha, por el contrario, también presente en grandes cantidades, generalmente se oculta en mezclas o se elabora para hacer vinos rosados mediocres. Pero al rememorar las circunstancias naturales del sur de Francia, esta teoría ya no parece tan peregrina. Porque la Syrah, en realidad, sólo produce vinos absolutamante superiores en las denominaciones del norte del valle del Ródano. Para amantes de la opulencia Pero al sur del paralelo, donde poco a poco la Sirah empieza a sufrir de calor, la Garnacha despliega sus cualidades. Entonces, ¿por qué no en el sur de Australia, allí donde la Syrah tira la toalla, estresada por el calor? Peter Schulz, de Turkey Flat Vineyards, y Roman Bratasiuk, de Clarendon Hills, son dos vinicultores superiores que hace años vinifican con uva Garnacha de viejas cepas unas bombas de fruta enormemente concentradas, casi licorosas. Se trata de unos vinos muy maduros, consecuentes consigo mismos, aunque muy cargados de alcohol. En algunos vinos de Bratasiuk, varietales de Garnacha de viñedo único, las levaduras naturales abandonan la partida antes de que el vino esté totalmente fermentado. No hay duda de que la variante australiana es la forma más extrema de Garnacha que se pueda imaginar. El que se beba una botella de Turkey Flat él solo probablemente comprobará que el contenido no sólo tira de espaldas a los pavos... Son vinos que poseen la masa y la potencia de un luchador de Sumo. A su picuda manera, pueden beberse muy pronto y alcanzan su madurez óptima en menos de cinco años.