- Redacción
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- 2002-06-01 00:00:00
Puerto Rico es sin duda aquella isla de leyenda, la utopía a la que tantos buscadores de tesoros dedicaron toda su vida, y con la que los infantes de todas las edades y de todas las épocas llenaron su imaginación de aventuras. No se trata de descubrir galeones españoles con arcones repletos de aurífero metal, es algo mucho mejor. En ella se pueden encontrar grandes colecciones de vino, sin duda de entre las mejores del mundo. Las mejores son privadas, y en sus cavas se pueden encontrar verdaderas joyas: aquel Château D’Yquem del que sólo existen unos cuantos ejemplares en todo el mundo, el magnum de Petrus de la cosecha rara, o el Vega Sicilia añorado y desaparecido en España, es muy probable que aparezcan en aquellas colecciones. Existen empresas que, a modo de bancos, las custodian con total dedicación y eficiente profesionalidad. Otro tanto ocurre en la oferta de la restauración isleña: cualquier restaurante, por pequeño que sea, dispone de una carta con vinos de todo el mundo. Su variada gastronomía permite experimentar armonías con vinos de muy distintos países, y en sus enotecas es fácil encontrarse con los productos y aguardientes más raros. Pero sin duda, Puerto Rico es uno de los grandes consumidores de los vinos españoles, sobre todo los de alto nivel. En esta bella isla, el restaurante español Ramiro’s organiza todos los años una semana dedicada a la España gastronómica. Desde su puesta en marcha, hace ya unos cuantos años, el éxito ha sido rotundo, y durante los días que dura la muestra es inútil ir sin reservar, por mucha amistad que se tenga, porque todas las plazas están ocupadas con bastante tiempo de antelación. Cada año, este establecimiento invita a un restaurante español. Éste acude a la cita con lo mejor de su carta, el chef realiza sus mejores platos, ayudado de su propio personal. También viajan bodegas que representan lo mejor de nuestra enología. Los platos y los vinos en un supremo idilio caribeño. Este año ha asistido el restaurante Zaldiarán, de Vitoria. Su chef, Patxi Eceiza, ha oficiado con su maestría habitual los platos más representativos del restaurante alavés. Además, las bodegas que han estado atentas para amenizar los platos han sido la de Rueda, Belondrade y Lurton, con sus esplendorosos blancos, y Viña Villabuena, que con sus «izadis» ha entusiasmado a los portorriqueños.