- Redacción
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- 2003-06-01 00:00:00
A pesar de la tensa situación económica en todo el mundo, Australia aumentó sus exportaciones de vino nada menos que un 30% en el año 2002. Los principales mercados son Gran Bretaña (46% de las exportaciones) y EE.UU. (25%). Sin embargo, en la actualidad, más del 60% de los vinos australianos vendidos en el Reino Unido lo son en supermercados a bajo precio. A raíz de este negocio de gran volumen con una sensibilidad a los precios cada vez mayor se observa en la industria vinícola australiana un proceso de reestructuración y concentración. A comienzos del año, el tercer productor de vinos BRL Hardy (con marcas como Hardys, Leasingham o Château Reynella) fue absorbido por la empresa estadounidense de bebidas alcohólicas Constellation Brands (con primeras marcas de vinos como Simi, Ravenswood o Veramonte). Con ello, Constellation Brands se convirtió en el primer grupo vinícola del mundo. Tras la adquisición, la empresa tiene excelentes perspectivas para beneficiarse de la continuada demanda de vino australiano en Estados Unidos. También se multiplican los rumores de absorción en torno a la empresa vinícola más potente de Australia, Southcorp-Rosemount. Como posibles compradores se habla del gigante australiano del sector de bebidas Fosters y del grupo vinícola estadounidense Kendall-Jackson. Con anterioridad, Southcorp-Rosemount había dado lugar a titulares negativos por una previsión negativa sobre los beneficios y por la retirada del director general Keith Lambert. Lambert, que había dirigido Rosemount Estates durante muchos años, asumió su cargo en julio de 2002 inmediatamente después de la fusión de Rosemount y Southcorp, y el sector vinícola australiano había cifrado grandes esperanzas en él. Sin embargo, no consiguió cumplir las expectativas creadas a la hora de aprovechar el potencial del nuevo gigante de los vinos en los mercados internacionales. El Consejo de Thomas. La bodega australiana Wild Duck Creek (denominación Bendigo) fue noticia en todo el mundo cuando el precio de la selección de 1997 «Duck Muck» llegó en algunos momentos hasta los 2.000 dólares. Para impedir especulaciones similares con el «Duck Muck» del 2000, el vinicultor David Anderson ha amenazado con borrar de la lista de correo a todos los clientes que hagan llegar su «Duck Muck» a una subasta. Para demostrar que va en serio, Anderson ha numerado las botellas e indicado los números en las facturas. Para los amantes del vino, esto significa que conseguir un «Duck Muck» del 2000 será casi imposible, pero quien lo logre podrá al menos esperar un precio asequible...