- Redacción
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- 2003-12-01 00:00:00
Todo reluce en esta flamante casa. Desde el suelo impoluto de la nave de barricas a las ligeras columnas esmaltadas color vino, desde la peinada hierba que rodea la bodega a la inscripción roja sobre la oscura y secreta botella. Y por supuesto, lo que reluce con luz propia es el vino de la finca El Quiñón, en Pesquera de Duero, en el corazón mítico de esa tierra con corazón tinto que es La Ribera, en la margen derecha del río Duero. La Finca Allí, en una terraza media ligeramente inclinada, se extienden las 108 hectáreas de la propiedad, de las que ya hay plantadas 60 con Tinto Fino, la variante local del Tempranillo. 60 has. que componen un rompecabezas de pagos bien diferenciados, estudiados minuciosamente para diseñar vinos diferentes, expresivos de la singularidad de su cuna. A la entrada, Pago del Jaro, 2 has. de tierra de arrastre, arenosa una, francoarcillosa la otra. Detrás, hasta la frontera del bosque de enebros, la pendiente de 40 has. del Pago de La Piedra, entre calizo y arcilloso, y a un lado el vecino pago de Chafandín, 20 has. que guardan memoria de un romántico bandolero de los alrededores y que alimentan con esfuerzo racimos pequeños, de grano suelto, con una suculenta proporción de hollejo que es promesa de concentración, de estructura, de postgustos golosos. Entre ambos, hacia el bosque, la joya de la casa, el Pago del Majuelo Viejo, 2 has. de cascajo que sustentan cepas que han cumplido mas de 80 años. El presidente, Borja Osborne, podría dibujarlo con los ojos cerrados, el enólogo, Ramón Vaca conoce el terreno como la palma de la mano, y hasta la vista de lince de las encargadas de la mesa de selección distingue en una ojeada la procedencia de cada racimo y conoce el pequeño depósito al que irá a parar cada uno. Y es que esa es la filosofía que define la casa, la línea maestra del diseño de sus vinos: ¡viva la diferencia! Para lograrlo, tanto el trabajo del campo -el marco de plantación, la conducción, la poda, la fecha de vendimia- como cada paso de la elaboración exigen un control minucioso, una atención permanente. La empresa Experiencia y formación le sobra al equipo, desde el primero al último, a pesar de su juventud. Detrás del Grupo Hebe, propietario del Jaro, está la familia Osborne Osborne con un sólido proyecto que viene desarrollando en los últimos seis años y que se materializa en tres bodegas selectas, con viñedo propio, en el Priorato, en Toro y ésta en La Ribera. Su primer vino, Jaros, ya está en el mercado cosechando éxitos. La marca será el sustento del 90% de la bodega, aunque otras dos etiquetas, Chafandín y Sed de Caná, vestirán limitadísimas selecciones especiales, nacidas en los mejores pagos y criadas exclusivamente en barricas francesas. El vino No hace ni medio año que la primera botella de Jaros salió de la bodega y ya está en boca de todos. El primer reconocimiento oficial supuso el difícil arte de ser profeta en su tierra. El Consejo Regulador de Ribera del Duero lo eligió en el grupo de los ocho que representarían la D.O. en Verona, en la Feria Vinitaly. Sus méritos son fruto de esos detalles que revelan osadía y conocimiento. Se vendimió apurando la maduración de la uva, y cada pago por separado durante la primera quincena de octubre de 2001. La mesa de selección fue rigurosa, y entre maceración fermentación pasó a criarse a finales de noviembre durante 12 meses. Y ha salido rojo picota intenso y límpido, con olor a frutas rojas y negras, a compotas, tostados, aromas balsámicos, ahumados y un fondo mineral, una cierta complejidad que se reproduce largamente en la boca y que anuncia una larga vida, un redondeo en la botella durante años. Un acierto pleno para una opera prima. Bodegas y Viñedos del Jaro Ctra. de Pesquera de Duero a Valbuena, s/n 47315 Pesquera de Duero (Valladolid) Tel. 650481504. Fax 650451542 www.bodegajaro.com E-mail: info@bodegajaro.com Comercial: Gestión Vitivinícola S.A. C/ Orense, 85 28020 Madrid Tel 917882602/900505855 Fax 917882603 vinos@gvitivinicola.com