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La Bodega Miguel Torres es el motor fundamental de la D.O. Penedés. Sus vinos, exportados a todos los rincones del mundo, han prestigiado la zona catalana, convirtiéndose en nuestro mejor embajador enológico, labor que se amplía a la creación de bodegas en Chile y California. Fundada en 1870, ha conseguido el difícil arte de aunar cantidad y calidad. Y es que lanzar al mercado 25 millones de botellas cada año y lograr que entre ellas se encuentren algunos de los mejores vinos del país tiene un mérito indiscutible. Pero además, Miguel Torres ha sido una de las primeras bodegas en introducir el Cabernet-Sauvignon en España. Su apuesta por un tinto de Cabernet-Sauvignon en una época, principios de los 70, en la que imperaba el gusto “riojano” no podía ser más audaz: tintos cargados de color, tánicos, con aromas profundos y complejos poco habituales, envejecidos en barricas de roble nuevo francés durante pocos años y una lenta evolución en botella. Pionero en la utilización de varietales de prestigio internacional, abrió el camino a una renovación de la viticultura de la zona que hoy se materializa en soberbios tintos, capaces de erradicar la imagen distorsionada de un Penedés sólo bueno para los cavas y vinos blancos.