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Un buen día el destino juntó dos personas con vivencias completamente distintas, eso sí, para bien del vino. Una era el Sr. Carrión (Jean Leon en el mundo del vino), que había recorrido más de medio mundo y venía ya casi de vuelta. La otra, Jaume Rovira, nacido en Sabanell, a un kilómetro escaso de la finca en donde se ubica la bodega. Siempre estuvo ligado a la comarca, a sus trabajos de la vid y del vino. De las dulces colinas borgoñonas, que conocía bien, partieron los primeros sarmientos de Chardonnay que se plantaron en España, en 1964, traídas desde el famoso pago de Corton-Charlemagne. La primera cosecha que se embotelló fue la del 71. Eran unas 5.000 botellas, y se fueron todas a América. Anteriormente Jaume había estado durante varias cosechas trabajando en Borgoña. Allí aprendió todas las técnicas y los trucos de la fermentación en barrica. Su unión con Jean Leon siempre dió buen resultado y sirvió para mostrarnos en primicia cómo podían ser los vinos españoles, tanto blancos como tintos, elaborados al más puro estilo francés.