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En la historia del vino espumoso las mujeres han desempeñado un papel importantísimo, y no sólo como degustadoras, como lo fue la Marquesa de Pompadour, sino como audaces empresarias. Por ejemplo, Felicié du Crest, gran vinificadora, dotada de un carácter endiablado y un fino olfato para los negocios. La más célebre es Nicole Barbe-Ponsardin, viuda de Clicquot, cuya imagen está indisolublemente ligada al popular “champán de la viuda”. En los 55 años que duró su reinado multiplicó por 20 la cifra de negocios de la casa. Ilustres fueron también las viudas de Bollinger, Laurent Perrier, Pommery, Harriot y Heidsieck. Y entre nosotros, Dolores Salas, viuda de Ferrer, que dirigió la prosperidad y el prestigio de Freixenet con firmeza.
