- Redacción
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- 2001-10-01 00:00:00
La incorporación de la subzona de Ribeira do Ulla a la D O Rías Baixas fue la principal novedad de la campaña del 2000 de esta zona vinícola gallega. Una entrada meteórica no exenta de escándalo.
Esta subzona, marcada por la cuenca del río que le da nombre, abarca el término de Vedra y parte de los de Padrón, Deo, Boquixon, Touro, Estrada, Silleda y Vila de Cruce. De los 93.000 kilos de uva que se recogieron en la Ribeira la pasada campaña, según el Consejo Regulador, unos 14.500 fueron a otras subzonas, en concreto a la vecina de O Salnés, siendo la mayor parte de esta uva (unas 62 toneladas) de la variedad Albariño. Ante la estadística no se suele rebatir pero ante el planteamiento se puede decir mucho para intentar buscar explicaciones convincentes de por qué está subzona ha entrado a formar parte en tiempo récord de esta afamada D.O. La D.O. Rías Baixas es una de las zonas vinícolas que más ha trabajado por la calidad y por el prestigio de sus vinos, teniendo a la uva Albariño como punta de lanza de su imagen. Ha sido un esfuerzo muy grande el que realizaron en su momento técnicos y bodegueros para aquilatar el reconocimiento de la zona y lograr unos parámetros de calidad para sus vinos. Recordemos el tiempo y esfuerzo que supuso la entrada de las subzonas de Soutomaior o Condado do Tea. Parece obvio que la inclusión de la Ribeira do Ulla responde a otros intereses diferentes de los meramente productivos. La opinión generalizada entre los bodegueros es que se trata de planteamientos más políticos que vitícolas.
Son más de 1.000 has. las que se han incorporado a la D.O. con la entrada de la Ribeira, pero lo curioso es que tan sólo unas 40 de ellas son de Albariño: el resto están plantadas de variedades híbridas. Para José Mª Fonseca, de Terras Gauda, es algo difícil de entender. «Yo no me opongo, pero creo que primero se debería haber reconvertido el viñedo, realizar las primeras elaboraciones y contrastar calidades». Pepe Rodríguez, de Adegas Galegas, también se muestra tajante en su postura: «Crecer es bueno, y yo no voy en contra de incluir otras subzonas, pero si hay que ampliar la D.O. tiene que ser por calidad y necesidad».
Lo que nadie duda es que La Ribeira do Ulla es una extensión de terreno con unas características óptimas para la viña. Así piensa Marisol Bueno, presidenta del Consejo Regulador: «Esta subzona tenía todos los visos de lograr en poco tiempo la DO, y no es lógico dejar que esas 40 hectáreas de Albariño estén fuera del control y la garantía del Consejo Regulador de Rías Baixas».