- Redacción
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- 1999-02-01 00:00:00
Las bodegas argentinas aprovechan los últimos meses del año para lanzar sus nuevos productos, la época de las fiestas es la ocasión obligada. Los que no llegan los presentan sin bombos ni platillos en el verano. En una Buenos Aires bastante vacía, nada mejor que el ocio y la calma para apreciar las nuevas enologías.
Entre los vinos Premium presentados, se suma a la línea SF, de Bodegas Esmeralda, que cuenta con dos excelentes tintos, un Malbec Cabernet y un Pinot Noir muy parecido a los de la Borgoña, un opulento Estiba SF, cosecha 1995 Gran Reserva, elaborado con racimos seleccionados de Malbec, con toques de Cabernet y Merlot. Un tinto espectacular para beber ya o guardar.
Las bodegas Luigi Bosca acaban de presentar un blanco -Chardonnay- y un tinto - Malbec Verdot- con uvas de un terruño especial en Vistalba, Mendoza. Las historia del Malbec Franc es curiosa y tiene que ver con las transfiguraciones que adoptan tanto las uvas como la gente en este sur tan lejano. Históricamente en esa zona de Vistalba crecían el Malbec, el Petit Verdot y una uva que poseía las características de ambas, a la que llamaron Malbec Verdot. No es de ningún modo una mezcla rara de Museta y de Mimí, como en el tango. Un tinto muy bien logrado que remite a una vieja tradición pero elaborado con un estilo moderno. Tiene las briosas características del Malbec y algo más, un tinto rotundo para acompañar las buenas carnes patrias. El nuevo Chardonnay también es bien interesante, sin esa incómoda dulzura que suelen tener algunos Chardonnay argentinos, especialmente los tratados con madera de roble.
En estos días aparecerá un nuevo blanco varietal Chardonnay: Luna, segunda marca de Finca La Anita, elaborado con todos los cuidados que caracterizan a esta pequeña bodega bio. Sucede que, como ya lo he comentado en esta columna, la cosecha del 98 fue bastante floja por influencias de El Niño, aunque algunas bodegas lograron rescatar ciertas uvas. Este Chardonnay se elaboró con racimos cosechados antes de las lluvias de Febrero del año pasado, pero el exigente “winemaker” Antonio Mas estima que no puede lanzarlo como Finca La Anita, bodega que ha alcanzado un gran prestigio en sólo tres años. Luna, un blanco fresco y ligero, apto para beber joven, se vende a un precio menor que otros blancos de la misma bodega. También Finca La Anita presentará en Marzo, con la “rentrée”, un nuevo Malbec y un majestuoso Syrah sin filtrar que ya se consigue en algunos lugares.
Viñedos de altura
Bodegas Etchart, por su parte, decidió comercializar en el país su línea Internacional, hasta ahora solo destinada a la exportación: un Torrontés, el cepaje rico en aromas voluptuosos cada vez más codiciado por los nórdicos y un Cabernet Sauvignon, ambos de la bodega que Cusenier, del grupo Pernod Ricard, ahora propietaria de Etchart, tiene en un territorio mágico en Cafayate, donde los viñedos crecen a 1.600 metros sobre el nivel del mar. Por algo Cafayate y su fuerte identidad cultural y la concentración de aromas y sabores de sus vinos sedujeron a Michel Rolland cuando llegó por primera vez a Salta hace algunos años para asesorar en la elaboración del estupendo tinto Arnaldo B. Etchart.
Alimentos y bebidas Cartellone, una poderosa empresa, concreta una fuerte apuesta en el segmento de vinos finos en la Argentina al lanzar al mercado un Chardonnay y un Cabernet Sauvignon. La inversión para el nacimiento y desarrollo del proyecto demandó 3 millones de dólares. Cada vez más otros sectores empresariales se interesan en el tema de los vinos finos, como el grupo Pérez Companc que compró la bodega Nieto y Senetiner.
Otras novedades importantes: Bodegas Chandon ha adquirido una antigua bodega también en Luján de Cuyo para elaborar sus varietales en un estilo artesanal. Al frente del proyecto se encuentra Roberto de la Mota, agrónomo y winemaker, hijo de un patriarca de la vinicultura argentina, Don Raúl de la Mota, un alumno dilecto de Peynaud.
Vinos españoles
Emilio Garip, dueño de Oviedo, un típico restaurante argentino del barrio norte (esquina de las calles Beruti y Ecuador) espectacularmente renovado en un estilo brasserie, es el exclusivo importador de los excelentes Albariños (Terras Gauda 1997, Lagar de Cervera 1997, Abadía San Campio 1996) que ya conquistaron los paladares locales. En su carta tiene además once Riojas, vinos del Penedès y próximamente incorporará vinos de Ribera del Duero y del Priorato. Oviedo es uno de los pocos lugares en la ciudad donde siempre se sirven pescados frescos del día. Para quienes visiten Buenos Aires recomendamos la chernia, la sabrosa corvina negra (el verano es su temporada), las almejas rosadas del Golfo San Matías. Entre los productos regionales, el chivito, el cordero patagónico y la liebre, también de esa Patagonia mítica.
Por su parte, la importadora Dulmes está recibiendo en estos días Vega Sicilia, vinos cada vez más codiciados por los viajeros de paladar sensible.
El vino y la salud
Estuvo en Buenos Aires Serge Renaud, el bordalés que inventó la paradoja francesa, quien anduvo por Mendoza probando tintos, según él fuente de vida eterna. Renaud insiste en que es el Pinot Noir, y por ende también el champagne elaborado con Pinot Noir, la bebida más sana por la presencia del resveratrol, una sustancia que se encuentra en los polifenoles de estas uvas. Los argentinos, encantados con el remedio, se precipitaron a celebrar las fiestas con el Grand Cuvée de Navarro Correas, un champaña blanc de noir elaborado sólo con Pinot Noir vinificado en blanco.
Burbujas chilenas
Valdivieso, un espumante chileno, tuvo una enorme aceptación en la Argentina, país champañero por excelencia. Está elaborados al estilo francés con uvas Chardonnay y Pinot Noir, y tiene una excelente relación calidad/precio. Ya está presente en los restaurantes de moda de Buenos Aires, como el nuevo Massey, ubicado frente al Park Hyatt de cocina mediterránea con toques asiáticos, onda que, como en New York o Londres, cultivan los nuevos restaurantes argentinos.
Vacaciones
Los argentinos que veranean en Punta del Este ya no necesitan llevar sus vinos. Todo el mundo reconoce ahora la calidad de los vinos uruguayos, en especial algunas versiones del Tannat, su uva insignia. Los mejores son los de los hermanos Carrau (Castel Pujol) y los de Juanico.