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Francia: euforia en Burdeos

  • Redacción
  • 1999-02-01 00:00:00

Con una cosecha de 6,55 millones de hectolitros, Burdeos ha obtenido una buena cosecha, si bien es un 2% menor que la del año anterior. A pesar de que el tiempo se mostró difícil durante todo el año, el potencial de calidad se ha mantenido sorprendentemente bueno. Esto se debe en primer lugar a un Agosto anormalmente cálido y seco, con unas precipitaciones que apenas llegaron al 25% de las de un año normal, y unas temperaturas medias muy por encima de las habituales. Los valores medidos corresponden a los de años buenos como 1990, 1995 ó 1996. El tiempo problemático durante la vendimia -aunque esto dependió de las regiones- matiza algo el panorama de la cosecha. En general, los blancos y el Merlot, que madura antes, disfrutaron de un tiempo de vendimia mejor que el Cabernet, de maduración posterior, lo que corresponde aproximadamente a la situación de 1995. Para muchos vinicultores bordeleses, el 98 ha sido el mejor año desde 1990. Se demostrará si tienen razón en Abril de 1999, cuando los vinos jóvenes se presenten a la cata. En Sauternes y Barsac se esperan vinos dulces de calidad fiable, aunque la cosecha ha sido la más reducida de los últimos tiempos.
Calidad sólida en Borgoña
En Borgoña y Chablis se han obtenido vinos de corte bastante clásico. Una acidez media y una madurez fiable deberían llevar a unos vinos equilibrados de contenido medio. El tiempo también hizo locuras en Borgoña: heladas en abril (Mâconnais, Côte Chalonaise y Côte de Beaune), floración muy prolongada, diferencias de madurez de una cepa a otra, sequía extrema en Agosto, tiempo cambiante y caprichoso durante la vendimia... esto hace que el resultado sea seguramente muy variado. Quienes vendimiaron demasiado pronto recogieron uvas aguadas: los que se pasaron esperando obtuvieron frutos más concentrados pero afectados por la podredumbre gris.
La calidad de los borgoñas del 98, que “sólo” alcanza el nivel medio, no parece haber tenido mucha influencia sobre la evolución de los precios. Borgoña no había exportado nunca tanto vino. Este año, el principal país importador, en cuanto al valor, ya no es Suiza sino Japón.
Champagne: satisfactorio
En Champagne se consiguió una cosecha muy buena en lo referente a cantidad, a pesar de un clima complicado con heladas tardías en primavera y un período de mucho calor en Agosto que perjudicó a una parte de la cosecha. Con unas producciones de 10.400 kilos por hectárea y una “reserva de calidad” de 2.600 kilos (el vino obtenido de esta reserva queda bloqueado en las bodegas y sólo puede venderse en caso de que así lo decida la organización central), no parece que vaya a haber problemas para satisfacer la demanda de los próximos años. En cuanto a la calidad, 1998 será seguramente un año “sólo” normal: los vinos de base tienen un buen contenido alcohólico pero con una acidez algo baja.

Ganadores y perdedores de la ruleta meteorológica
Cosecha récord, valores excelentes de azúcar y acidez... los vinicultores alsacianos pueden estar contentos con el año 97. Resultaron especialmente buenas las variedades Riesling y Pinot noir. Aunque la calidad no llega a igualar la de la cosecha anterior, el 98 pasará seguramente a la historia como una buena añada. La región del Loira espera un año medio en todos los sentidos. Una parte de la cosecha -Sauvignon y Gamay de Touraine- pudo recogerse antes del período de lluvias, que comenzó el 20 de Septiembre. Esto hizo que el potencial obtenido en Agosto pudiera mantenerse en el vino terminado. En cambio, las zonas de maduración posterior, como Vouvray, se vieron más afectadas por los problemas meteorológicos.
Un Tannat perfectamente madurado, Cabernets del máximo nivel... en Madiran vuelven a estar plenamente satisfechos con la última cosecha. Lo mismo ocurre en las demás denominaciones del Sudoeste.
En el Languedoc-Rosellón, las heladas primaverales han hecho que la cosecha sea reducida: se habla de una producción de unos 28 hectolitros por hectárea en promedio, frente a 41 hectolitros en un año normal. La calidad presenta un nivel muy elevado.
También se ven rostros de satisfacción en Provenza, donde la calidad -especialmente en las zonas septentrionales- es excelente. Los vinos del sur han resultado muy marcados por el alcohol, y en algunos casos les falta acidez, lo que limita algo su capacidad de maduración. En el valle del Ródano sólo se obtuvo entre el 50% y el 70% de la producción media: tintos de buena frutosidad y estructura agradable y blancos plenos y aromáticos, con una calidad comparable a la del año anterior.

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