- Redacción
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- 1999-02-01 00:00:00
En el Piamonte, el 98 parece ser un año realmente grande, más prometedor que el 97 para algunos productores. Aquí, la lluvia cayó en el momento adecuado y no duró mucho: a mediados de Agosto, para las variedades blancas, a mediados de Septiembre, para las tintas tempranas como el Dolcetto y a principios de Octubre, para las tintas tardías. Entusiasmo por doquier: un Barolo joven de color intenso y gran densidad, unos mostos de Moscato azucarados y muy aromáticos y un Barbera d’Asti concentradísimo. En la copa de los amantes del Barolo sólo hay un poso amargo: el “vino de reyes” se encarecerá aún más en los próximos años, pues las uvas del 98 se pagaron a precios récord.
La situación en el Véneto es irregular. En los viñedos situados en zonas de colinas, allí donde se efectuaron entresacas, donde las uvas no sufrieron con la sequía del verano y no se vieron afectadas por el granizo, ni se pudrieron con las lluvias de comienzos de Octubre, donde además se vendimió tarde y se escogieron las uvas, cabe esperar resultados excelentes. En otras palabras: el 98 se considera un año complicado para el Valpolicella y el Soave. Con el Chardonnay, el Pinot grigio y el Merlot se está satisfecho.
En muchos lugares del Friul, las cepas sólo pudieron resistir sin daños el extraordinario calor del verano gracias al riego artificial. Sin embargo, se esperaba una buena cosecha. Efectivamente se vendimiaron uvas Sauvignon, Chardonnay y Pinot grigio de calidad satisfactoria, pero la cosecha de uvas tintas sufrió una grave merma de calidad por el período de lluvias de finales de Septiembre.
En Toscana, lo bueno y lo aguado están a un paso de distancia. Cuando en Montalcino ya se había terminado la vendimia y se celebraban los prometedores valores de los análisis, en Chianti y en Montepulciano todavía se estaban preparando los aperos para la recogida de la uva. Una gran parte de los vinicultores toscanos tenía previsto comenzar la vendimia a finales de Septiembre. Aunque no podía suponerse que en ese momento los taninos estuvieran perfectamente maduros, las concentraciones de azúcar medidas -allí donde la extrema sequía estival no había perjudicado al desarrollo de las uvas- recordaban el año pasado e incitaban a la recogida. El consorcio del Chianti Classico también anunció oficialmente el 28 de Septiembre como comienzo de la vendimia. Pero, inesperadamente, el 24 de Septiembre se inició un período de mal tiempo que duró hasta el 9 de Octubre y convirtió los viñedos en barrizales donde se intentaba desesperadamente vendimiar entre chaparrón y chaparrón. Dos semanas de lluvia no dejaron incólumes las uvas Sangiovese de dulzor pleno: la dilución de los componentes de la uva y la putrefacción impidieron que se cumplieran las esperanzas que tenían los toscanos de un segundo 1997. Resultan muy prometedores el Brunello di Montalcino y los vinos de la costa toscana (Morellino, Bolgheri y compañía), mientras que en el caso del Chianti Classico, el Chianti y el Montepulciano parece que sólo los verdaderos crus podrán dar lugar a vinos interesantes.
Un gran año
en las Marcas y Franciacorta
Trentino, Tirol meridional:
El 3 de Octubre, cuando el mal tiempo con fuertes precipitaciones interrumpió las labores de la vendimia, el 80% de las uvas ya se había recogido. Las variedades más afectadas por la lluvia fueron sobre todo Merlot y Cabernet.
Lombardía:
Como las uvas (Chardonnay, Pinot bianco, Pinot nero) para el Franciacorta DOCG se vendimiaron entre el 18 de Agosto y el 3 de Septiembre -esto es, antes del mal tiempo-, pudieron obtenerse unos vinos de base excelentes. En Valtelina, el entusiasmo ante un año perfecto se diluyó mucho ante el mal tiempo y el frío que aparecieron poco antes del comienzo de la vendimia.
Marcas:
Los temidos daños por la sequía no llegaron a producirse gracias a las precipitaciones del final del verano. La calidad será optima, especialmente en los tintos (Rosso Conero y Rosso Piceno). El Verdicchio se recolectó con 15 días de antelación, y también es muy prometedor.
Italia meridional:
El Montepulciano d’Abruzzo es de una concentración extraordinaria, aunque la sequía estival supuso una reducción de la cantidad en un 20%. En Campania, las precipitaciones de Septiembre perturbaron la recogida de las variedades tardías (Aglianico, Greco y Fiano). En Apulia, 1998 fue un año satisfactorio para las variedades de madurez tardía (Sangiovese, Malvasia nera, Negroamaro y Uva di Troia), a diferencia del Primitivo recolectado ya en Agosto.
Islas
En Sicilia, las variedades tempranas se vendimiaron ya a finales de Agosto, mientras que la mayor parte de las tintas, perjudicadas por el mal tiempo, se recogieron en la última decena de Septiembre. En Cerdeña, a pesar del verano caliente se ha vuelto por fin a obtener una cosecha abundante, interesante cualitativamente en el caso de los tintos. Sin embargo, la sequía perjudicó a la uva Vermentino.