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Tintos españoles de Merlot: Vinos de seda y fruta

  • Redacción
  • 2002-12-01 00:00:00

Se asegura en Burdeos que la uva Merlot es la preferida de los mirlos. En esa tierra, fruta y ave van tan unidas que al paracer su nombre deriva del de estas aves en el antiguo dialecto occitano. Aunque los vinos bordeleses están elaborados bajo la fórmula del “coupage” de uvas, (mecla de variedades), existe en la comarca del Medoc una mayor proporción de Cabernet sauvignon, y en Libourne, la otra gran zona de vinos tintos, es mayoritaria la Merlot. Asimismo, al contrario de lo que se pudiera pensar, esta variedad es la más abundante de todo Burdeos. Y si de algo saben los pájaros es de frutas en sazón, pero, al parecer, también de futuro. Porque transcurridas décadas, centurias tal vez, de predominio de la Cabernet, de la fama y el glamour de los grandes “châteaux” medocanos, por fin se reconoce la enorme valía de la Merlot. En estos momentos, los vinos elaborados mayoritariamente con esta variedad se cotizan muy por encima de los obtenidos con las demás cepas de Burdeos. El mercado mundial sufre una verdadera fiebre por acaparar vinos de Saint Emilion o Pomerol. Encontrar hoy una botella del pequeño château Le Pin es poco menos que un trabajo de Hércules. Este vino, junto con el Pétrus, La Mondotte o Ausone son con diferencia los más cotizados de Francia -salvo únicamente La Romané Conti-. Incluso Cheval Blanc, o el Valandraud, todos de la orilla derecha del Gironde, alcanzan precios astronómicos, bastante mayores que los grandes “crus” del Médoc. Y, como no podía ser menos, la moda del Merlot también llegó a España con resulados sorprendentes.

Un tesoro nacional

Hace tiempo que nuestros vinos se asientan sobre una sólida estructura. Un tratamiento correcto de la viticultura y buenas elaboraciones han hecho que se coticen muy bien en los mercados internacionales. El apoyo en la materia prima se ha encontrado tanto en nuestros ancestrales vidueños como en los que vienen de fuera. En esta tarea ha tenido mucho que ver la Merlot, una variedad de tal magnitud que inspira a los grandes maestros, a los enólogos cuya fama salta fronteras y su nombre suele ser garantía de calidad y ventas aseguradas. Tradicionalmente la fina variedad se ha empleado para aportar su dulce y jugosa riqueza sápida a nuestros vinos. Tanto tintos como rosados, no hay que olvidar que muchos de los grandes rosados están hechos con esta variedad. Desde los tiempos en que lucía su nombre en las etiquetas del mítico Vega Sicilia, en casi todas las zonas en donde se elaboran vinos tintos se ha incorporado la Merlot, casi siempre con la misión de aportar al “coupage” su gran sedosidad y equilibrio.
Los primeros vinos de Merlot que aparecen en el mercado como monovarietales son los navarros de los hermanos Magaña. Las firmas catalanas de Miguel Torres, Can Ràfols, algo más tarde en Lleida, Raimat y Castell del Remei se incorporan a la corriente. Después, en Somontano, la Compañía Vitivinícola hace de su Viñas del Vero uno de los mejores de esta DO. Enamorados tuvo la variedad desde siempre. Y hasta en los sitios más insospechados se encuentran vinos con su nombre y cualidades. Sorprendente el de Joaquín Rebolledo, en Valdeorras, un vino de gran calidad. En Alicante, los salidos de la mano de los Mendoza. En Murcia, los de Agapito Rico o Bodegas Castaño. En las dos zonas de moda del viñedo nacional, Ribera del Duero, denominación en la cual varias de sus marcas utilizan un pequeño porcentaje, y en Priorat casi todos los mejores tintos tienen una aportación de Merlot para sus grandes vinos.
Existen razones serias y convincentes para considerar esta uva como mejorante de los vinos nacionales. Hoy más de 25 marcas muestran en la etiqueta su nombre como monovarietales, pero son una verdadera legión los vinos que en mayor o menor porcentaje se benefician de sus innegables virtudes. La importante contribución de la uva a los vinos de España, el aporte de su calidad, expresada en una gran sedosidad, intensos aromas frutosos y buena disposición al envejecimiento, aseguran que su concurso en los nuestros es mucho más que una operación de marketing.

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