- Redacción
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- 1999-01-01 00:00:00
Solar de conquistadores, tierra de vinos de pasto como en tantas partes de la España vitivinícola profunda, aquí reina el blanco mientras el futuro es rojo. Hubo quien aconsejó, con aires de “experto”, que Tierra de Barros, la principal zona vitivinícola extremeña, se especializara en brandies, como la región de Cognac. Falsa salida hacia la nada que todavía tienta a los viticultores. La caída de precios del granel, el descenso en la demanda de destilados, la necesidad de dignificar una región histórica, han llevado a la Junta de Extremadura a unificar las distintas zonas vitivinícolas de Tierra de Barros, Ribera Baja, Ribera Alta, Montánchez, Matanegra, Cañamero, etc., en una sola D.O. por nombre Ribera del Guadiana. Decisión que tiene la ventaja de aunar esfuezos para una aventura tan difícil como necesaria, en una Comunidad donde el embotellado todavía es minoritario.
Hablar del vino moderno en Extremadura es referirse a Marcelino Díaz, hermano menor de una familia de viticultores y empresarios pacenses que apostó desde los años 70 por el vino de calidad, demostrando con su “Lar de Barros” las posibilidades vitivinícolas de Extremadura. Fue el primero en comprender que el viñedo de Tierra de Barros necesitaba de una profunda reconversión hacia el tinto, liberarse de la dictadura de la blanca Cayetana, incorporar varietales de calidad, primero Tempranillo y Macabeo, luego Cabernet sauvignon y Chardonnay.
Con el mismo espíritu innovador “Viña Extremeña” ha recuperado el entusiasmo y cosechado elogios gracias a un joven y entusiasta bodeguero, Alfonso Schlegel, hijo de padre suizo y madre extremeña. Director-Propietario de la Bodega “Viña Extremeña” ha sabido administrar el patrimonio familiar -nada menos que 1.050 ha. de viejos viñedos y olivos centenarios- con sabiduría y entusiasmo hasta conseguir que su vinos se consideren entre los mejores de Extremadura. Destaca su “Monasterio de Tentudía”, elaborado con una selección de sus mejores uvas Tempranillo y Garnacha; una ponderada y pulcra crianza en barricas de roble americano completa el diseño de este tinto cálido, poderoso pero elegante. Cabernet para aventureros.
En la comarca vitivinícola de Matanegra, Antonio Medina elabora un tinto recio, algo duro, cálido, cordial, honrado, que retrata a la perfección el perfil de su gente: el “Jaloco”, lo mejor de la zona y uno de los más destacados de la región. Un vino con mérito, para paladares sin prejuicios. A su vez, la bodega “Las Granadas”, en plena Sierra de los Lagares, con más 100 ha. de viñedo propio, donde se cultivan los varietales autóctonos Borba y Alarije junto a Cencibel y Cabernet sauvignon, elabora “Torre Julia”, un tinto fruto inevitable de los nuevos aires vitivinícolas que recorren Extremadura. De la misma estirpe es Catalina Arroyo, que hace diez años rompió con la tradición de vinos corpulentos, de mucho grado, ordinarios y sin pretensiones, propios de la ribera alta del Guadiana, para lanzar al mercado un Cabernet sauvignon sabroso, amplio y bien estructurado que necesita pulirse.
Todos unidos, al igual que los “trece de la fama”, junto a incorporaciones como Ruiz Torres, en Cañamero, o la Coop. del Campo de San Marcos, con “Campobarros”, un tinto ágil y de excelente precio, son la garantía de que, una vez más, la aventura de los esforzados extremeños tendrá éxito. En cualquier caso, las naves están quemadas.
La DO en Cifras
Sede del Consejo Regulador
Crtra. Sevilla-Gijón, 114
06200 Almendrlejo (Badajoz)
Tel. 924 67 13 02 Fax 924 66 47 03
Presidente: Pedro Collado Sánchez.
Directora Técnica: Yolanda Piñero Chacón.
Superficie de viñedo inscrita..................................... 5.821,6 Has.
Variedades autorizadas
Blancas: Alarije, Borba, Cayetana blanca, Pardina, Macabeo, Chardonnay, Chelva o Montua, Malvar, Parellada, Pedro Ximénez y Verdejo.
Tintas: Garnacha, Tempranillo, Bobal, Cabernet Sauvignon, Graciano, Mazuela, Merlot, Monastrell y Syrah.
Producción 97: 4.337.390 litros de vino.