- Redacción
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- 1999-07-01 00:00:00
El arquero Cock, acompañante de Juan II en las cortes de Tarazona, en 1592 con pluma tan certera como sus flechas, escribe sobre Cigales: “Hay buena Iglesia, linda fuente y los vinos claretes excelentes”. Ese prestigio, inmutable, secular, le concedió una época dorada; cuando, para sustituir a las uvas francesas diezmadas por la filoxera, los pueblos de la comarca exportaban buena parte de su enorme producción a Burdeos, a través del puerto de Pasajes. Por el camino iban dejando un rastro de brindis felices, un recuerdo de buenos tragos que abrió y consolidó el mercado en Cantabria y el País Vasco.
Eran tiempos en que muchos de los nueve términos municipales que hoy componen la Denominación estaban tapizados de viña. Las cifras son elocuentes: hace poco más de un siglo, en 1888, los documentos sumaban una vendimia de quince millones y medio de kilos de uva. En el último decenio la media ronda los cuatro millones. La causa fundamental habrá que buscarla en la recesión global del sector en todo el país, algo que el Consejo Regulador de Cigales, muy joven, data del 91, trata de superar con información sobre sus vinos, tanto los tradicionales claretes, como tintos jovenes y crianza.
El Cigales Nuevo se elabora con al menos un 60 % de Tinta del País y, como mínimo, un 20% de las variedades blancas. Es un vino ligero, entre 10,5 y 13º, que ha de lucir su frescura en sentido amplio, ha de tomarse fresco y reciente, razón por la que el Consejo exije que la etiqueta indique la añada.
El Cigales clásico y el crianza tienen una composición similar, pero el primero reposa, antes de salir al mercado, hasta el 31 de Diciembre del año siguiente a la vendimia. Y el segundo se cría, como mínimo, seis meses en barrica y un año en botella.
El amplio margen de diferencia en la combinación de uvas y en el sistema de elaboración, en el tiempo y la magia para lograr el color buscado determina la personalidad de cada bodega y de cada marca. Es un delicado proceso en el que ha sido fundamental la incorporación de técnicas modernas como el control de temperatura de fermentación. En ese sentido, como también en la inversión en líneas de embotellado y en barricas de crianza, las bodegas de la zona hacen gala de confianza en el futuro. Justificada por una larga historia y por una seguridad en la calidad que esa tierra y ese clima recios, atlánticos, de violentas oscilaciones de temperatura, otorga a las variedades asentadas. Los inviernos crudos, las heladas y las nieblas, la sequía estival, el soplo crudo del Abrego y la pasión del sol crían lo mejor del Duero y de este valle del Pisuerga, desde el pago de El Berrocal, a las afueras de Valladolid, hasta la palentina Dueñas. Tierra aguerrida que se suaviza en las copas.
La DO en cifras
Sede del Consejo Regulador: Pza. Calvo Sotelo, 3
47270 Cigales (Valladolid) Tel. 983 58 00 74/ 58 66 21 Fax. 983 58 65 90
Presidente: Félix Lezcano Lacalle
Secretaria: Rosario Caballero Yéboles
Superficie de viñedo inscrita...................................... 2.750 Has.
Registro viticultores ........................................................... 755
Registro de bodegas............... 37elaboradoras, 20 embotelladoras
Variedades autorizadas:
Tintas: Tinta del país, Garnacha tinta, Garnacha gris.
Blancas : Verdejo, Viura, Albillo.
Producción ‘98: 6.500.000 K. de uva., 45.000 Hl.
Calificación de las últimas añadas:
93 (B) 94 (B) 95 (B) 96 (B) 97 (B) 98 (MB)