- Redacción
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- 1999-11-01 00:00:00
El Hospital Clínico de Barcelona se convertirá en centro de experimentación para un estudio clínico internacional sobre el vino y el corazón.
La idea ha partido de FIVIN, la Fundación para la Investigación del Vino y la Nutrición, que tiene su sede en Villafranca del Penedés. Cuenta con el apoyo de la Comisión Europea y el trabajo conjunto del Instituto del Vaissaux et de Sang de Paris, el William Harvey Institute de Londres, la Universidad Pasteur de Estrasburgo y el Consorcio Mario Negri Sud de Italia. Estos centros de investigación serán los encargados de procesar y analizar los datos obtenidos en el hospital barcelonés a través del seguimiento de 120 personas a lo largo de los próximos tres años. No se trata de pacientes sino de individuos sanos, abstemios o habituados a beber, que cuentan entre 30 y 50 años.
Se les someterá a una dieta baja en calorías y con idéntico contenido de fruta y verdura, es decir, de alimentos antioxidantes. El trabajo comparativo sobre los efectos del vino se realizará en tres fases: en un grupo de pacientes se compararán los efectos del vino con los del etanol, el alcohol que contienen todas las bebidas procedentes de la fermentación de azúcares. En el grupo de bebedores se analizará el efecto del extracto de vino administrado con etanol, y en el de los abstemios, el del extracto de vino puro.
Los parámetros sobre los que se realizará el seguimiento son las moléculas que revelan el inicio de patologías cardiovasculares, sobre todo el temido ateroma que puede desembocar en trombosis. Así, periódicamente, se medirán los nieveles de colesterol -“bueno” y “malo”-, triglicéridos, betacarotenos, vitaminas antioxidantes... para constatar si se confirman los efectos preventivos del vino en patologías cardiovasculares, sus propiedades anticoagulantes y antiagregantes que evitan la formación de trombos.
El estudio más reciente viene avalado por la Universidad de Wisconsin y se ha publicado en el último número de la revista “Circulation” que edita la Asociación Americana del Corazón. El equipo del Dr. James Stein ha comprobado que los pacientes de enfermedades arteriales que ingieren diariamente vino de zumo de uva roja se benefician de una dilatación de las arterias que aumenta el flujo sanguíneo en un 6,4% y a la vez reduce un 34,5% la acción del LDL, el colesterol que contribuye a la formación de placas de grasa en las arterias.
Las conclusiones del II Congreso Científico del Vino y Salud que se ha celebrado estos días en Madrid coin-cidió en idénticas conclusiones. La Dra. Carmen de la Torre, de la Universidad de Farmacia de Barcelona, lo formuló en términos muy optimistas: “El compuesto fenólico tras-resveratrol presente en los vinos inhibe la formación y desarrollo del proceso arterioesclerótico”. La Dra. Paloma Soria destacó, además, que “las funciones antioxidantes del Vino pueden suponer una acción retardadora del envejecimiento y una protección ante la aparición de cánceres. Lluis Serra, catedrático de Salud de la Universidad de Las Palmas, comentó los factores dietéticos en relación con la apidemiología de enfermedades coronarias. 270 millones de personas están hoy bajo la influencia de los hábitos mediterráneos y el vino es uno de sus puntales.