• Redacción
• •
• 2001-03-01 00:00:00

Campobarro 2000
San Marcos.
Hay un fondo de fruta (albaricoque) en este vino que despista un poco, nada importante porque aunque la variedad no se manifiste tal como es, gusta su untuosidad y el agradable paso de boca.

De Paiva Macabeo 2000
Santiago Apóstol.
Pasa por una fase algo cerrada en nariz, recuerda a tierra húmeda. En boca tiene cuerpo y untuosidad, y un final agradable, aunque no muy largo .

Lar de Barros 1999
Inviosa.
Destaca la fruta madura y un punto vegetal sale entre sus notas especiadas. El paso de boca es bastante corpulento y sabroso, y un final aromático.

Zaleo Macabeo 2000
Viñaoliva.
Impecable color, pálido y brillante. Tanto el aroma de fruta, con recuerdos de albaricoque, como los sabores en boca son muy agradables, con su cuerpo armonioso, fresco y natural.



Antea 1998
Unión Vitivinícola.
Aromas de fruta muy dulce, casi sobremadura, y finas notas especiadas que le dan complejidad. También tiene mucho peso en boca, un tanto goloso y con un final aromático y potente.

Añares 1998
Olarra.
Buqué complejo a base de fruta madura y bien especiado. En boca resulta opulento, sabroso y con estructura, con un final muy elegante.

Conde de Valdemar 1999
Martínez Bujanda.
Con peso y estructura en boca, potente y complejo en aromas, donde la fruta madura (manzana) se une a las notas especiadas. Largo, equilibrado y de singular viveza, mejorará en botella.

Donna Bianca 1999
Viña Herminia.
Con una madera totalmente integrada, las suaves notas de vainilla acompañan a los aromas frutosos logrando un buqué sofisticado. En boca gusta su frescura, su equilibrio y su elegante untuosidad.

El Coto 1999
El Coto.
Muy aromático, intenso y frutoso, resaltan las notas especiadas. Sabroso y fresco, con un punta de acidez muy justa que alarga el trago.

El Dorado de Murrieta 1997
Marqués de Murrieta, S. A.
Hace honor a su nombre en el color. Revela una nariz compleja, con recuerdos de miel y piel de cítrico, acompañados de aromas acusados de madera. Es untuoso, bien estructurado y largo.

Faustino V 1999
Faustino Martínez.
Intenso y fragante, muy delicado de aromas, con la base de una fruta madura y las notas especiadas sutiles. En boca es untuoso, bien estructurado y un final pleno de notas de humo y vainilla.

Monte Real 1998
Riojanas.
Un representante clásico de aquellos riojas con notable crianza en madera: se aprecia en su buqué bastante complejo y en la boca, todavía con recuerdos tánicos que le dan estructura y fortaleza.

Muga 2000
Muga.
Muy frutoso, la poca incidencia de la madera deja expresarse a una fruta exótica con potentes aromas. En boca se nota una fresca acidez que le da viveza, y un final de vainilla muy delicado.

Ondarre 1998
Ondarre.
La excelente combinación de la fruta con la madera, aunque en estos momentos domine ésta última un poco, le da complejidad en nariz; también en boca toma cuerpo, por cierto toque tánico y la notable untuosidad, con un final potente.

Ostatu 2000
Ostatu.
Expresivo, con aromas de manzana acompañados de notas florales en primer plano. Sorprende su frescura realmente acertada por su untuosidad y carácter; resalta un toque amargoso que le da elegancia.

Placet 1999
Palacios Remondo.
Dominan los aromas de una fruta muy original, exótica; también resaltan las especias, un toque de humo, piel de lima y algo de laurel. Untuoso y glicérico en boca, con la acidez adecuada y un cuerpo armonioso; final elegante.