• Redacción
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• 2001-06-01 00:00:00

Bodegas Aragonesas, pese al gran volumen de viñas que maneja, hace unos productos muy dignos y competentes. Su director, José Enrique Chueca, ha sabido rodearse de un gran equipo profesional, al que últimamente se ha unido Teodoro Pablo, el sabio de Campo de Borja. Son gente con ganas de hacer cosas nuevas, de dar a conocer la riqueza que atesoran sus viñedos. Lo último que se les ha ocurrido es elaborar un vino de viejas cepas de Garnacha, la uva más significativa de la Bodega. En verdad que la elección de las viñas ha sido selectiva, tajante diría, porque de las 4.000 has. que poseen sus asociados en Fuendejalón y Magallón, solamente eligieron 5.500 cepas, con el requisito imprescindible de que tuvieran una edad mínima de cien años, para sacar al mercado tan solo 10.000 botellas. Lógicamente la materia prima resultante recibió un trato exquisito, una fermentación a temperatura prudente, maceraciones de tres semanas de duración, e hizo la fermentación maloláctica en barricas nuevas de roble americano. Después el vino fue afinado en ellas durante cuatro meses. Es su segunda experiencia y creo que mejora bastante a la anterior cosecha.

La suerte de Tarragona
Tarragona se ha convertido en la tierra de promisión de los buscadores de vinos modernos. Sus denominaciones de origen son un hervidero de novedades, y hasta sus cooperativas son la vanguardia de España en este sentido. En bastantes de ellas trabajan enólogos cuya juventud contrasta fuertemente con su dilatada experiencia. Muchos me cuentan las dificultades que tienen para concienciar, primero, y convencer, después, a los socios a la hora de hacer su vino realidad, seleccionar la vendimia, invertir en barricas nuevas o modernizar su tecnología. Pero Ricard Rofes, con solo 26 años de edad, es la excepción, y hasta ahora ha conseguido que sus prudentes demandas sean atendidas con prontitud. Se elaboran en esta bodega unos dos millones de litros y separa pequeñas partidas de uva para hacer vinos de notable calidad, tanto un joven vivo y extremadamente aromático como un crianza singular. Para mí este 99 es el mejor hasta la fecha. Lo malo es que solo ha logrado obtener 10.300 botellas. Una perfecta combinación de maderas nuevas -roble francés en un 45% y americano- que dota a este vino de una magnífica complejidad.

Coto de Hayas Garnacha Centenaria 1999

B. Aragonesas. Ctra. Magallón, s/n 50529 Fuendejalón (Zaragoza)
Tel. 976 86 21 53. D.O. Campo de Borja. Precio: 900 Ptas. Tipo: Tinto crianza
Variedades: Garnacha. Crianza: Cuatro meses en barrica de roble
Fecha de entrada: 21/5/2001. Consumo óptimo aprox: Cinco años a 16/18º C.
Puntuación: 8,25

1ª Cata: Color cereza picota y capa media. La variedad se palpa en sus aromas de fruta madura, de un agradable recuerdo vegetal, pero dominan gratamente limpios aromas de mermelada de endrinas. También aparecen tostados, algunas notas especiadas. Es equilibrado, ligero y su tierna carnosidad se extiende por el paladar con mesura, fruto de una sabia extracción del tanino maduro y perfumado. No es excesivamente largo pero deja un suave fragancia de la mermelada y un recuerdo tostado en el paladar.

Les Sorts Criança 1999

Coop. Agrícola del Masroig. Paseig de l’Arbre, s/n - 43736 El Masroig (Tarragona)
Tel. 977 82 50 50. D.O. Tarragona. Precio: 1.900 Ptas. Tipo: Tinto Crianza
Variedades: 40% Garnacha, 30% Cariñena, resto Cabernet sauvignon
Crianza: 14 meses en barrica nueva. Fecha de entrada: 20/4/2001
Consumo óptimo aprox: 7 años a 16/18º C. Puntuación: 8’75/10

1ª Cata: Cubierto y con tonos amoratados, incluso la lágrima está bien teñida. Los aromas, todavía sin ensamblar totalmente, se expresan con nitidez. Hay notas de una fruta sobre madura y carnosa, recuerdos florales, cuero y frutillos negros. Pero por encima, o abrazando todos, hay un entramado espectacular de especias exóticas y aromas de sándalo o incienso. Es corpulento en boca, carnoso y tiene un tanino granuloso que envuelve el paladar con largueza y sin agresividad.