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La Tempranillo es, sin duda, la variedad española más extendida y más conocida. Es precisamente esa dispersión y difusión de su cultivo lo que ha provocado un numeroso listado de sinonimias, tanto en el viñedo español, como en los países vecinos como Portugal, Francia e incluso en el continente americano. Una de esas sinonimias es la base de los vinos de esta cata, la Tinta de Toro, considerada la variedad autóctona de esta denominación zamorana, además de mayoritaria. Es un clon de la Tempranillo, morfológicamente muy semejante, aunque no igual. Su elevada carga de polifenoles resulta primordial para elaborar con ella vinos de crianza. Esta uva posee una notable astringencia, un grado alcohólico alto y buenos índices de acidez, peculiaridades que hasta hace poco daban vinos rudos. Ahora, gracias a la inquietud de los bodegueros de la zona y a las iniciativas de técnicos foráneos, se está logrando dotar a estos vinos de más elegancia y equilibrio, sin perder sus señas de identidad.