Utilizamos cookies propias y de terceros, así como los datos de la conexión del usuario para identificarle. Estas cookies serán utilizadas con la finalidad de gestionar el portal, recabar información sobre la utilización del mismo, mejorar nuestros servicios y mostrarte publicidad personalizada relacionada con tus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos y el análisis de tu navegación (por ejemplo, páginas visitadas, consultas realizadas o links visitados).
Puedes configurar o rechazar la utilización de cookies haciendo click en "Configuración e información" o si deseas obtener información detallada sobre cómo utilizamos las cookies, o conocer cómo deshabilitarlas.
Puestos a comer en compañía de unos buenos tintos de Toro, y dada su proverbial energía y carnosidad, conviene tener claro qué platos elegimos, no vayamos a provocar peleas matrimoniales en lugar de procurar una buena armonía en la pareja. Tradicionalmente, estas son las propuestas más sensatas de emparejamiento: carnes blancas y rojas, asados de cordero, cerdo o buey, caza, aves, carnes guisadas o estofadas, arroces, legumbres variadas, setas o quesos curados, son algunas de las mejores compañías para estos tintos. También toleran, e incluso resplandecen sus peculiares atributos, los pescados y mariscos en salsa, verduras gratinadas o cocidas, sabrosas pastas, ahumados, charcutería, cremas, paté, escabeches de carne, sopas y ensaladas. Como recomendación generalizada por los entendidos en el arte de combinar platos y vinos, conviene no acompañar estos tintos con pescados y mariscos cocidos y crudos, pescados en escabeche, espárragos, alcachofas, puerros, quesos frescos, mousses de mariscos y pescados, conservas en vinagre o comidas picantes.