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Beber bien, vivir más y mejor.

  • Redacción
  • 2001-11-01 00:00:00

Estudios realizados últimamente entre algunas grandes poblaciones de diversos países europeos han puesto de manifiesto una relación significativa entre el total de alcohol ingerido y las causas de mortalidad. Del estudio se desprende que el propio alcohol tiene un efecto beneficioso en el desarrollo de las enfermedades coronarias, independientemente del tipo de alcohol que se ingiera; si bien, el alcohol vínico, al estar asociado a otros ingredientes como los taninos y, concretamente, el ya famoso “resveratrol”, hace que su incidencia sea aún más importante.
La primera evidencia de estos estudios indican que la incidencia de dichas enfermedades coronarias es menor en los países bebedores de vino que en los países no bebedores. Este hecho quedó claro en un trabajo realizado entre un grupo individuos asistentes al estudio realizado en Copenhague sobre el corazón. De entre 14.000 hombres y mujeres, los que bebían vino tenían un menor riesgo de mortalidad, tanto por enfermedades cardiovasculares y como por no cardiovasculares, en comparación con los bebedores de cerveza y licores.
Más adelante, en el Centro Copenhagen for Prospective Population Studies que comprende Copenhagen City Heart Study, Copenhagen Country Centre of Preventive Medicine, y Copenhagen Male Study, se analizó el efecto del tipo de alcohol sobre el riesgo en ambos tipos de enfermedades, cardiovasculares y no cardiovasculares, entre 33.000 hombres y mujeres. Las conclusiones son esclarecedoras: los bebedores de vino parecen estar protegidos de los ataques cardíacos en un grado superior al de los bebedores de cerveza o de licores. Respecto al cáncer del tracto digestivo superior y el cáncer de pulmón, se descubrió que, incluso después de un minucioso control en el hábito de fumar, los bebedores de vino parecían presentar un riesgo inferior a ambos tipos de cáncer que los bebedores de cerveza o licores.
Por otra parte, en un amplio estudio representativo quedó demostrado que los bebedores daneses de vino tiene unos hábitos dietéticos más sanos que los bebedores de cerveza y licores. Los bebedores de vino suelen seguir una dieta mediterránea, mientras que los bebedores de cerveza y licores siguen la dieta nórdica.
Todavía queda por dilucidar si la ingestión moderada de vino es uno de los muchos factores de una dieta sana que interactúan en los efectos cardioprotectores y preventivos del cáncer, o si los mencionados resultados de aparente efecto protector del vino se confunden con la dieta. En cualquier caso, parece claro que el vino, como parte de la dieta mediterránea, es una fuente de placer y de salud, si se sabe beber con la imprescindible moderación.

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