- Redacción
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- 2002-01-01 00:00:00
Garnacha y Albariño; dos uvas netamente hispanas, diferentes en todo, pero con un denominador común: si se cuidan adecuadamente llegan a dar vinos sublimes. Hasta Australia, tierra de sueños y promisión, arribó la generosa Garnacha, en el mismo bagaje donde viajaban las ilusiones de los emigrantes nacidos a orillas del Mediterráneo. Arraigó bien en el Mc Laren Vale, cerca de Adelaida, y ha tenido en Roman Bratasiuk, un valedor admirable. Este “winemaker” atípico hace lo contrario de sus colegas, allí donde los vinos se confunden en hábil mezcolanza y la elaboración se distorsiona hasta proporciones inverosímiles. El creador del extraordinario “Astralis”, un shiraz comparable al mítico “Grange”, nunca mezcla el producto de dos viñedos diferentes, le gusta trabajar a la manera de los “cru” franceses. Elabora hasta 22 vinos, tantos como parcelas controla. Uno de sus tintos favoritos es este Romas, un tinto de gran personalidad, hecho de un viejo viñedo de Garnacha prefiloxérica. Bien criado en barricas francesas nuevas, una de las manías de Roman (comprensible) es un secado de la madera de al menos 36 meses.
El Albariño emocionante. Mientras que la D.O. Rías Baixas se extiende hasta límites, digamos, sorprendentes, y aparecen -bien es verdad que, afortunadamente, en pocos casos- albariños con la fluidez y la consistencia del agua, hay bodegas en la zona que comienzan a seleccionar las parcelas, eligen las cepas con mayor edad y elevan la madurez de la uva al grado sumo. Y es de agradecer que la cooperativa, toda una institución en el Salnés, se incorpore a esta corriente. Un fruto recogido veinte días después de la cosecha normal, de dos pequeñas parcelas orientadas al sur, donde los aires son más limpios, sanos y sin morriñas. Entraron los racimos al lagar con abundante botritis (que rebajó la producción a un 40%), fueron despalillados y se hizo una maceración de veinte horas a baja temperatura. Previamente se había preparado un pie de cuba con levaduras autóctonas, y se le sometió a una pausada fermentación a 17º C. Al final queda un vino con unas características originales: seco, con solo dos gramos de azúcar/litro, concentrado y aromático.
Clarendon Hills Romas 1999
Clarendon Hills. Distr.: Cuvée 3000. Lepanto, 153 - 08013 Barcelona. Tel. 93 265 10 96
D.O. No tiene (Mc Laren Vale). Precio: 9.800 Ptas. (59 e). Tipo: Tinto Crianza
Variedades: Garnacha. Crianza: 12 meses en barricas nuevas francesas.
Fecha de entrada: 11/9/2001. Consumo óptimo aprox: Siete años, a 16/18º C.
Puntuación: 8,75/10
1ª Cata: Rojo cereza, con reflejos violáceos y capa media. Una Garnacha original, distinta, que sorprende por el magnífico aporte frutal de las bayas de bosque en mermelada, enmarcado con recuerdos de humo, tostados, madera exótica o un toque mineral. Todo el conjunto adquiere un carácter goloso. Resulta un vino jugoso, porque el tanino es noble, maduro y expresivo, un paso de boca muy equilibrado, largo. Un vino sin atisbos de sequedad, ni distorsiones de otro tipo. Está tan bien trabajado que es ideal para tomarlo solo (sin alimentos, se entiende).
Gallaecia 1999
B. Martín Códax. Burgans, 91 – 36633 Vilariño-Cambados (Pontevedra). Tel. 986 52 60 40
D.O. Rías Baixas. Precio: 6.500 Ptas. (39.07 Euros). Tipo: Blanco Crianza
Variedades: Albariño. Crianza: Diez meses en depósitos de acero, resto en botella
Fecha de entrada: 7/12/2001. Consumo aprox: dentro de un año, hasta diez, a 10° C.
Puntuación: 8’5/10
1ª Cata: Color oro viejo, brillante, de imponente aspecto, porque ya indica el grado de madurez que nos encontraremos en su abanico aromático. Los primeros y dominantes aromas de miel dejan paso a regañadientes a las notas florales, al toque de manzana asada, algo de botritis... Con estas premisas se espera uno el golpeo de la oxidación, o el contundente reclamo del azúcar. Nada de eso ocurre. Es seco, de notable equilibrio, untuoso, y de un final elegantísimo. Pero todavía no debemos abrir la botella, o incurriremos en un infanticidio: ¡dejemos forjarse a la futura estrella!