• Redacción
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• 2002-03-01 00:00:00

Fue en el 97 cuando Josep Lluis Pérez llegó a Bullas e impartió uno de sus brillantes cursillos. Todo cambió para Pepi y Pepe Fernández, un matrimonio que a partir de entonces descubrió que hacer vino era una ocupación maravillosa. Y convencieron con su entusiasmo a los hermanos de ella, propietarios, entre todos, de cien has. de viñedo, situado en una de las mejores comarcas vitícolas de Bullas. Allí, en aquellos valles plenos de frescor es donde crecen las uvas y se asienta la bodega. El terreno se eleva hasta los 800 metros, el paisaje cambia, se pliega en suaves ondulaciones. El clima es mucho más frío y la diferencia térmica día/noche muy notable. Son tierras donde reinan las viejas cepas de Monastrell. Aunque ahora se hallan arropadas por las Cabernet, Merlot, Tempranillo y, sobre todo, la Syrah, que están dando unos resultados de lujo. En solo tres años el Partal, es uno de los vinos más preciados entre los conocedores del levante español. Originales modernos y con personalidad. Reflejan la pasión y el cuidado casi agobiante que le dedican la incondicional pareja.

El vino del Edén debe de ser así
Con una tipología variada y de arrolladora personalidad, los generosos andaluces nos ofrecen además de su paleta de colores, aromas increíbles o concentrados sabores, su “duende” único. Y Osborne es una de la firmas que mejor puede introducirnos en el mundo de los grandes generosos. Porque tanto sus vinos más conocidos como los de alta gama son un ejemplo de bien hacer. De entre sus admirables vinos de sacristía, una colección rara y escasa, he elegido, por su magnífico equilibrio, este Solera India, de precioso nombre, recuerdo de grandes rutas marinas y azarosos embarques a la América hispana. Es un oloroso que juega con la seducción de una dulzura muy bien proporcionada, con una vejez vitalista, y con una concentración mágica. Esta vieja solera data de 1922, y su composición es todo un lujo, pues la componen once botas, de las que solamente una hace de solera propiamente dicha. El vino tiene un promedio de edad de 35 años. Para mantener esta madurez no queda más remedio que hacer “sacas” muy restringidas, a lo sumo de unas 1.700 botellas al año. Un tesoro para meditar.

Oloroso Solera India

Osborne. Fernán Caballero, 7. El Puerto de Santa María (Cádiz). Tel. 956 86 90 00
D.O. Jerez-Manzanilla de Sanlúcar. Precio: 105 Euros.
Tipo: Generoso. Variedades: 80% Palomino, resto, Pedro Ximénez.
Crianza: sistema de soleras y criaderas. Fecha de entrada: 15/2/2002
Consumo óptimo aprox: 10 años a 16-18° C. Puntuación: 9/10.

1ª Cata: Son vinos enemigos de las prisas. Lo idóneo es prolongar la degustación tanto como nuestra voluntad lo admita. Así gozaremos de su excelente buqué, sus matices de fruta escarchada, los aromas de frutillos en aguardiente, recuerdos de madera noble, de miel tostada, de café o un primoroso toque de chocolate amargo. Es en la boca donde se hace todavía más complejo, con un dulzor tan comedido que deja que sobreviva un leve gusto salino, voluminoso y muy largo. Un espléndido final deja un rastro elegante dulce/amargo de chocolate negro.

Partal Crianza 1999

B. Balcona. Democracia, 7 - 30180 Bullas (Murcia). Tel. 968 65 28 91. D.O. Bullas
Precio: 15,02 Euros. Tipo: tinto crianza
Variedades: 60% Monastrell, resto Syrah, Cabernet, Merlot y Tempranillo.
Crianza: 13 meses en roble francés (70%) y americano. Fecha de entrada: 12/2/2002.
Consumo óptimo aprox: Cinco años a 16° C. Puntuación: 8,25/10

1ª Cata: Un vino que ya en la copa es atractivo y seductor. Tanto por su color picota, cubierto, y su aspecto vivo, como por los densos aromas de fruta madura, un toque primoroso de higo pasificado, algo de torrefactos, y, finalmente, un recuerdo especiado de fresca pimienta negra. De suave carnosidad, jugoso y muy equilibrado, con un tanino maduro y sustancioso que proporciona volumen hasta desembocar en un final amplio: allí, el toque goloso de la Monastrell juega en el posgusto con la carga aromática y poderosa que envuelve el paladar.