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Efectos antitrombóticos

  • Redacción
  • 2002-11-01 00:00:00

Más efectos beneficiosos para el vino que ahondan en la prevención de determinadas enfermedades cardiovasculares e incluso de algunos tipos de cáncer. Según un estudio elaborado por el Centro de Investigación de Barcelona y presentado en el XXIV Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología, el consumo moderado de vino ejerce efectos antitrombóticos. La doctora Lina Badimón y su equipo de científicos del Departamento de Patología Molecular del Centro de Investigación de Barcelona han presentado las conclusiones de su estudio en dicho Congreso, celebrado en Berlín, que indican que la ingesta inteligente de vino (unos 40 ml. al día) reduce entre un 30 y un 40 por ciento la formación de trombos. Las enfermedades cardiovasculares son una de las principales causas de muerte entre la población adulta, y se ha demostrado, en numerosas investigaciones, que el vino tiene un factor protector frente a este tipo de enfermedad.
En concreto, los beneficios cardioprotectores se deben a los polifenoles, unos componentes que mediante su acción antioxidante protegen la funcionalidad endotelial. El endotelio (la pared interna de las arterias) regula la fluidez del flujo sanguíneo, previniendo la formación de trombos, por lo que su funcionalidad es muy importante. A partir de ahí, los estudios realizados por los científicos catalanes han demostrado que la ingesta de vino reduce la actividad de ciertas moléculas implicadas en la activación plaquetaria y la activación de los procesos de coagulación. Otros beneficios destacables que aporta el vino son un aumento de lipoproteínas y del nivel de HDL, y una reducción de placa de ateroma (principal causa de la formación de trombos) fortaleciendo el colágeno de las paredes arteriales.
Otro descubrimiento científico ha demostrado que los polifenoles que contiene el vino pueden frenar el cáncer de próstata, el más común en los hombres y el segundo de mayor morbilidad del mundo. El estudio, realizado por el Servicio de Urología del Hospital Universitario de Getafe (Madrid), ha analizado cinco de los más de ocho mil polifenoles que contiene el vino: la quercitina, la morina, la rutina, el ácido gálico y el ácido tánico, todos ellos de la familia de los flavonoides. La investigación se ha basado en la observación de una línea celular humana de cáncer de próstata, las células LNCaP, por su facilidad de detectarse en esta clase de patología. Los investigadores han encontrado que al añadir polifenoles a cada cultivo, la proliferación celular “in vitro” se inhibe significativamente y se produce muerte celular fisiológica. También el análisis demuestra que los ácidos gálico y tánico son los que concentran mayor actividad antiproliferativa. Ya es una larga muestra de trabajos científicos que evidencian el papel destacado del vino para la salud humana.

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