- Redacción
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- 2002-12-01 00:00:00
Leí hace tiempo que el único vestigio de España en un exótico país del extremo Oriente era una caja vacía de Torres. Estaba en uno de aquellos mercados populares, y el poseedor, sentado sobre ella, mostraba su mercancía. Con ser solo mera curiosidad, da idea del potencial expansivo de esta casa, posiblemente la más conocida de nuestro país en estos momentos. Pero creo que el verdadero mérito estriba en la capacidad de investigación, de hacer del buen gusto lema, de su pasión por revalorizar cepas valiosas, pequeños pagos o masías perdidas. Y el ejemplo más irrefutable es el viñedo de Milmanda, en la Conca de Barberà, proyecto en el que Miguel Agustín Torres ha puesto tanta ilusión que lo dirige personalmente. Se trata de viñas históricas, cerca de Poblet, un monasterio vinícola por excelencia. En los ochenta recuperaron variedades autóctonas en trance de desaparecer en aquella zona. De la investigación se pasó a la realidad, hacer un vino sobresaliente si recurrir a las uvas francesas de moda. Un tinto donde se manifiestan con deleite las antiguas cepas injustamente olvidadas. Las Garnacha, Cariñena, Samsó, Garrut, Monastrell... la expresión de la mediterranía enmarcada en un gran vino: El Grans Muralles.
Un golpe de corazón Antonio Sanz conoce a fondo la comarca donde se asientan sus raíces. Enólogo fecundo, es el eslabón que une a una larga familia de viticultores-bodegueros y a la última generación representada por sus hijos, “Richard”, que prefiere el trabajo de bodega, y Marco Antonio, encargado de la viña, ambos verdaderos entusiastas y promotores de bastantes y buenas experiencias enológicas. Durante muchos años, Bodegas de Crianza de Castilla la Vieja, la casa madre, ha sido uno de los pilares donde se asienta la evolución del blanco de Rueda. Me gustan sus verdejos, sobre todo el Bornos fermentado en barrica, del que ya hay un magnum guardado, y del que hablaremos otro día. Pero es de agradecer que su corazón y su razón les guiara a una comarca como Toro, por entonces la joya escondida. Allí emprendieron una nueva aventura, y es allí donde sus tintos se expresan con la sinfonía aromática más sutil, la frescura de un paladar vivo y equilibrado, la singularidad, en fin, de un vino moderno sin renunciar a las grandes aptitudes que el terruño ofrece.
Grans Muralles Magnum 1998
Miguel Torres, Comerç, 22 - 08720 Vilafranca del Penedès (Barcelona). Tel. 93 817 74 44
webmaster@torres.net. D.O. Conca de Barberà. Precio: 145 _
Tipo: Tinto crianza. Variedades: Monastrell, Garnacha, Garró, Samsó y Mazuelo.
Crianza: 18 meses en barricas nuevas de Allier y Nevers. Fecha de entrada: 15/10/2002
Consumo óptimo aproximado: 12 años a 16/18º C. Puntuación: 9,3/10
1ª Cata: Muy cubierto, intenso color picota granate. Escala de aromas desde los frutillos de bosque junto al toque de mermeladas en primer lugar, al monte bajo, tostados y minerales; después comienza su gama especiada. Es corpulento y concentrado, muy persistente: el vivo retrato de un vino de larga guarda, pero de los que ya se puede beber, pues no resulta en absoluto pesado. Con un final muy elegante y una untuosidad casi de seda, gracias a su magnífico tanino, al final permanece el recuerdo de fruta madura y de una excelente madera.
Orot Crianza Magnum 1999
B. Toresanas. Ctra. N 122, s/n. 49800 Toro (Zamora). Tel. 983 868 336
bodegasbccv@interbook.net. D.O. Toro. Precio: 12 €
Tipo: Tinto crianza. Variedad: Tinta de Toro. Crianza: 14 meses en roble francés.
Fecha de entrada: 5/11/2002. Consumo óptimo aproximado: Cinco años a 16/18º C.
Puntuación: 8,4/10
1ª Cata: Rojo cereza, muy brillante y limpio. Conserva la fruta muy fresca, pues necesita más tiempo para que los aromas de falsa pimienta, como principal toque especiado, se integren totalmente; el pedernal o el rico final de regaliz le aportan complejidad. Pero es en el paladar donde su frescura cautiva, su excelente acidez da una sensación de frescor poderoso. A pesar de un tanino maduro, muy bien trabajado, requiere todavía algo más de botella para que se pulan ciertas aristas. Final aromático, muy bien conjuntado, donde la ecuación fruta/madera se hace más notable.