- Redacción
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- 2003-11-01 00:00:00
El Gobierno de Castilla-La Mancha aprobó, en agosto de 2000 un Decreto por el que se establecían las condiciones del reconocimiento de las ”denominaciones de origen de los vinos de calidad reconocida producidos en pagos vitícolas determinados”. La decisión, muy discutida en el momento pero que, al final, ha tenido cabida en la reciente Ley del Vino, supone el reconocimiento al esfuerzo de muchos años por parte de bodegueros pioneros, y a la calidad y al carácter de sus vinos diferenciados de la zona o la D.O. en que están situados. Dos fincas de la región han recibido ya oficialmente la calificación. Se trata de Finca Elez, situada en El Bonillo (Albacete) y que pertenece a Manuel Manzaneque; y Dominio de Valdepusa en Malpica de Tajo (Toledo) cuyo responsable es Carlos Falcó, Marqués de Griñón (en la foto). La nueva categoría disfruta de una regulación similar a la de los châteaux franceses. La Denominación de Origen “Dominio de Valdepusa” se reconoció en julio de 2002, algo impensable cuando hace más de veinte años, Carlos Falcó decidió en su finca de Malpica, en Toledo, incluir variedades foráneas, riego por goteo y un revolucionario sistema de plantación dirigido por el gurú australiano Richard Smart. El histórico Dominio de Valdepusa, ocupa 50 has., de las cuales 42 se destinan al viñedo. La variedad más extendida es la Cabernet Sauvignon, con cepas plantadas en espaldera en el año 1974, Chardonnay, Petit Verdot y Syrah. Equipada con moderna tecnología, cuenta con 700 barricas de roble francés. La Denominación de Origen “Finca Elez” se reconoció en julio de 2002. El “Pago” son 40 has. de las variedades Chardonnay, Cabernet Sauvignon, Merlot, Tempranillo y Syrah. Es obra de Manuel Manzaneque, prestigioso director de teatro, que en 1989 decidió volver la vista hacia su tierra y crear una bodega donde elabora exclusivos vinos de pago único. Un viñedo en torno a la bodega, a 1.080 m. de altura, en el corazón de la Sierra de Alcaraz, sobre suelos francos, arcillo-arenosos, calizas, margas, que, sumadas a las diferencias de temperatura día/noche dan a los vinos caracteres refinados y peculiares. Son la avanzadilla de una asociación de bodegueros de élite, Grandes Pagos, que garantiza con su propio control interno esa calidad y especificidad. La componen, aparte de los ya nombrados, Uribes Madero, o sea, Calzadilla, Dehesa del Carrizal, gente como Mariano García, de Castilla y León con sus vinos Mauro, de Tudela de Duero, sin D.O. y Viña San Román, de Toro. Así como Aalto, de Ribera de Duero, Finca Vallegarcia, la nueva bodega que está montando Alfonso Cortina en Retuerta del Bullaque, en los Montes de Toledo, pegada a la de Gómez Sequeira con el que comparte enólogo. Y por último el periodista y gastrónomo Víctor de la Serna, que también ha montado una bodega en Cuenca, Finca Sandoval. Y así, lo que empezó como asociación castellana se ha ampliado con Guelbenzu, Enrique Mendoza, Luna Beberide y Finca Valpiedra.