• Redacción
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• 2005-02-01 00:00:00

La calidad del vino está en relación directa a la calidad de la uva que se utiliza en su vinificación. Esta no es una frase novedosa sino algo que todos los que trabajamos en este mundo sabemos y que según mi opinión debería ser nuestro «dogma de fe». Pero esa calidad de uva viene determinada por la suma de muchos factores que, bien conjugados, nos darán el fruto deseado. Mi zona de vinificación es la D.O Rías Baixas, sin duda el reino del «Albariño», una de las variedades nobles del mundo. Por ser albariña, se le presuponen una serie de atributos, pero la consecución de los mismos dependerá del terreno donde esté plantada, la orientación, el patrón, el tipo de poda, el sistema de conducción, la densidad de plantación, la carga y las labores culturales realizadas. El fruto obtenido será tan diferente como diferentes son las combinaciones de esos factores tan influyentes. Así, no será lo mismo una cepa plantada en un terreno húmedo poco ventilado, con formación en parra, y un rendimiento de 11.000 kg/ha. que una cepa plantada en un terreno seco con formación en espaldera y con un rendimiento de 6.000 kg/ha. Con el trabajo diario me he dado cuenta de lo importante que es el buen manejo del viñedo y el porcentaje tan grande de éxito que supone en el vino final. Existe algo de mágico cuando vinificamos, sobre todo cuando podemos jugar con nuestra propia materia prima intentando conseguir vinos estrella. Yo hablo desde la fortuna de trabajar con 200.000 kg. de uva propia que año tras año cosechamos intentando mejorar a todos los niveles, y de trabajar en una Bodega en la que el principal objetivo es la calidad. Creo en el trabajo diario, no creo en los grandes gurús, creo firmemente que está casi todo inventado y creo que los enólogos tenemos que seguir estudiando y aprendiendo. No nos podemos quedar con lo que aprendimos una vez. Creo también que la experiencia del trabajo bien hecho y la ilusión de intentar hacerlo mejor es el camino real para el éxito. Aunque sé que mi idealismo muchas veces podrá ser puesto en tela de juicio, y que habrá muchos que no compartan mis opiniones, tengo que expresar mis ideas con libertad aunque sé que este mundo nuestro del vino se presta de alguna manera a la subjetividad. He querido hacer un pequeño repaso de lo que me parece importante cuando se trabaja en una bodega de una zona con profunda personalidad, donde se produce uva propia y donde se pueden conjugar una serie de factores para la consecución de la calidad. Esta es, en definitiva, mi modesta experiencia personal y una gran parte de mis ilusiones como la de tantos compañeros que se dedican a esta profesión tan apasionante. ISABEL SALGADO DE ANDREA (isabel@bodegasfillaboa.com) Isabel Salgado, nace el 4 de Junio de 1965 (Madrid). Es Ingeniero Agrónomo, especialidad Fitotecnia. En 1991realiza un Master en Viticultura y Enología (E.T.S.I Agrónomos de Madrid), y en 1993 hace oposiciones al Cuerpo Superior de Ingenieros Agrónomos de la Xunta de Galicia. Ha trabajado en Bodegas Divina Fdez-Gil, y Bodegas Zárate. Actualmente es Presidenta de la Denominación Específica Orujo de Galicia y Directora Técnica de Bodega Fillaboa S. A.