- Redacción
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- 2005-02-01 00:00:00
2004 ha sido un año de vinicultores y enólogos. Tras el caluroso año de escasez de 2003, en toda Francia se anunciaba ya en primavera una cosecha más que abundante. El húmedo mes de agosto hizo crecer la uva aún más. Los vinicultores que podaron y seleccionaron la uva con regularidad y rigor y que ayudaron a su maduración eliminando follaje pudieron cosechar a partir de septiembre, en el hermoso «verano indio», uvas maduras y sanas. Con la selección cuidadosa como premisa básica, en Burdeos y en la Champagne se prevén vinos superiores. Burdeos (y suroeste) ¡Siete millones de hectolitros, una de las cosechas más ricas de todos los tiempos en Burdeos! Con enorme esfuerzo y laboriosidad, se han producido grandes vinos. En la región bordelesa más que en otras partes del país, esta añada está dividida en dos. Gracias a un intenso trabajo en el viñedo y en la bodega, las fincas superiores han logrado un magnífico carácter bordelés, clásico, elegante y lleno de finura, en unos vinos densos, complejos y armónicos. Con fruta seductora brillan los Merlot de Saint-Émilion y Pomerol, y los Cabernet con taninos enérgicos en el Médoc. Quienes no han podido permitirse un trabajo tan intenso, han recogido uvas aguadas y no siempre maduras. La intervención más frecuente en la bodega ha sido sin duda la saignée, sangrado de una parte del mosto del vino mosto tinto, para concentrar los elementos colorantes y aromáticos. Los amantes del vino blanco disfrutarán de vinos minerales, secos y aromáticos, y dulces nobles frescos y equilibrados. Ahora sólo queda esperar que esta añada heterogénea no abra aún más la tijera de los precios entre los grandes y los pequeños borgoña Tras dos veranos calurosos y secos, en la Borgoña ha llovido abundantemente, lluvia que, por suerte, ha dado paso al sol para las labores de la vendimia. Los vinicultores de la Borgoña necesitaban un otoño hermoso más que nadie. El tiempo en agosto, inusualmente fresco y lluvioso, había puesto freno a la maduración, permitiendo que se propagara en la uva el falso y el verdadero mildiú; además, tuvieron pérdidas a consecuencia del fuerte granizo. “Sólo un poquito de ayuda del cielo”, deseaba en su circular la asociación de vinicultores BIVB poco antes de la vendimia, y la obtuvieron. El cálido y seco mes de septiembre salvó la cosecha y permite esperar unos Pinot noir y unos Chardonnay clásicos, llenos de frutalidad y finura. alsacia Los alsacianos están satisfechos con sus vinos típicamente varietales, magníficamente equilibrados. Tras la añada de 2003, perfectamente atípica, Alsacia ha recuperado su estilo. Se han vinificado blancos finos y aromáticos, y tintos elegantes y perfumados; los Crémant (este año presentes en abundancia tras haberse perdido gran parte de la cosecha el año pasado) entusiasman con su ácido vivaz. Septiembre también les cambió el rumbo a ellos: aún en agosto, en algunas zonas los vinicultores luchaban con el mildiú debido a la lluvia. La cosecha es mayor que en años anteriores y la asociación de vinicultores CIVA ya está pensando en ampliar nuevos mercados. RÓDANO/ PROVENZA Las lluvias de agosto no han afectado mucho al valle del Ródano ni a la Provenza; se vendimiaron uvas sanas. El sol combinado con un fresco viento del norte en septiembre en el Ródano hizo que las uvas maduraran de manera óptima y libres de podredumbre. Los tintos se presentan armónicos: densos pero no demasiado concentrados, con una hermosa fruta y fina acidez. También los blancos han obtenido buenos resultados. Los vinicultores de la Provenza ya temían de nuevo el estrés por sequía y celebraron las esporádicas tormentas de agosto como un regalo del cielo, aun cuando en algunas zonas cayó granizo. Gracias al mistral, no llegaron a producirse enfermedades. Así, la cosecha ha resultado buena en general. Champagne Regocijo en la Champagne: 2004 es un año excepcional, en calidad y cantidad. Los vinicultores de la Champagne apenas pueden creer su suerte. Tras la minicosecha de 2003, diezmada por las heladas en primavera y el calor en verano, este año han recogido gran cantidad de fruta de primera calidad. A pesar de haber preseleccionado la uva en verde, las cepas jadeaban bajo el peso de los racimos que venían a pesar prácticamente el doble de lo normal. Algunas parcelas cosecharon 30.000 kg -¡frente a los 3.000 del año anterior! Sorprendentemente, la calidad es excelente, sobre todo en el caso de la Pinot noir. Con seguridad habrá Champagne de añada, y a pesar del cosechón, se supone que las Casas de Champagne no tendrán ningún problema de ventas. Loira Los vinicultores del Loira también han vivido un «agosto en septiembre», que salvó sobre todo a los vinos blancos. Los problemas de podredumbre y enfermedades se desvanecieron como el humo al cálido sol de septiembre. Sobre todo la Sauvignon ha madurado muy bien, mientras que la Cabernet franc, de maduración temprana, recibió algo de lluvia durante la vendimia y la Gamay, en algunas zonas, ha sufrido cosechas demasiado elevadas. En Anjou se pueden esperar magníficos dulces nobles con un elevado grado de alcohol, equilibrados por una acidez fresca. LANGUEDOC El tiempo nunca fue tan caprichoso en el Languedoc. Aún a principios de septiembre hubo fuertes tormentas. En el habitualmente soleado Languedoc, el tiempo cambió más tarde que en otras partes del país. Pero entonces el sol brilló generosamente, de modo que, a pesar de todo, los vinicultores lograron recoger buena calidad. Los vinos tintos ya son muy accesibles, con una acidez bastante alta, lo que hace esperar también una buena capacidad de guarda. Los rosados son ligeros y frescos, los blancos presentan un buen equilibrio entre azúcar y acidez. Los vinos dulces de Muscat también han resultado frescos y de ácido marcado. Así les fue «En la Champagne, en muy raras ocasiones, la gran cantidad y la buena maduración van de la mano, sin que uno se lo pueda explicar realmente. El año 2004 es uno de ellos, pasando así a formar parte del club cerrado de las añadas de 1970, 1982, 1983 y 1999». Jean-Baptiste Lécaillon (Louis Roederer, Champagne) «Esperamos una cosecha muy madura con mucho color, fruta y frescor. Los vinos son de una gran unidad, también dentro de una misma finca. Incluso tuvimos dificultades para distinguir las parcelas individuales. Pero solamente los productores que trabajaron en el viñedo han podido paliar la abundante cosecha. No hemos tenido un agosto caluroso, pero septiembre nos regaló el ‘verano indio’. Con ello, en Évangile tuvimos las mejores condiciones para el Pomerol que, conocido por madurar temprano, no soporta los veranos calurosos». Jean-Pascal Vazart (Château L’Évangile, Pomerol) «Yo siempre comparo la vid con un árbol frutal: las cerezas de un árbol que da mucho fruto tienen menos sabor que las de un árbol con poco fruto. El año 2004 ha producido unas cosechas muy abundantes, por eso hemos realizado dos preselecciones en verde, una en julio y la otra en agosto. En mis treinta años de vida profesional, esto sólo me había pasado tres veces». François Faiveley (Faiveley, Borgoña) «Hasta finales de agosto aún teníamos miedo de que la maduración se retrasara. Gracias al soleado mes de septiembre, la fecha de inicio de la vendimia se ha mantenido en la media de los últimos diez años. Las diferencias de cantidad son grandes, según la altura y la orientación de las parcelas. Las zonas en situación protegida que la ola de calor respetó el año pasado han sido más productivas que los viñedos inclinados áridos, como por ejemplo los Bessards en la colina de Hermitage. Allí vendimiamos escasos diez hectolitros por hectárea». Jacques Grange (Delas Frères, Ródano) «Las condiciones climáticas son decisivas para la calidad de una añada. Aunque sí es cierto que actualmente, trabajando a tiempo y encauzadamente en el viñedo, se pueden dominar situaciones que hace diez o quince años aún habrían sido fatales. Así, 2004 ha sido un año de vinicultores y bodegueros, en el que hay que distinguir entre aquellos que han sido previsores y los que han aceptado las condiciones climáticas de manera fatalista». Michel Rolland (enólogo, Burdeos)