- Redacción
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- 2010-09-01 00:00:00
Con más de un 60% de Cabernet Sauvignon en la viña, que en 2009 alcanza en muchas fincas clasificadas hasta un 75 a 80 por ciento, Saint-Julien tenía que salir bien parada este año. El nivel es enormemente alto, tan alto como en Margaux, y los vinos legendarios son legión Saint-Julien 920 hectáreas de viñedo 26 productores 6,5 millones de botellas anuales 11 Crus Classés 17+ Château Branaire Ducru Desde hace algunos años, Branaire nos ha acostumbrado a una decidida regularidad y fidelidad a su estilo y, por ello, nuestras expectativas eran muy altas en cuanto a este vino. Pero la añada de 2009 las cumplió con facilidad: magnífica aromática de frutillos y flores, lilas y rosas; tremendamente delicado en el principio, se extiende redondo por la boca y muestra una enorme profundidad, los taninos son espléndidamente refinados y frescos, el final lleno y largo, rico pero frutal. Sensacional. 2017 a 2030. Château Léoville Poyferré Especiada nariz con notas florales y minerales; con casta, amplio pero a la vez jugoso y fresco, taninos de primera calidad, un final inacabable de fruta y bayas; un soberbio Léoville Poyferré: junto con la añada de 2008, se cuenta entre los mejores vinos de esta finca. 2017 a 2025. Château Saint-Pierre Hace años que es un secreto a voces, pero Saint-Pierre es un vino de categoría que debería ser tomado en serio, como muy tarde desde la excelente cosecha de 2004. La aromática está asombrosamente definida por madera y humo, pero en la copa se va volviendo cada vez más floral y frutal; en boca, por el contrario, la madera apenas es perceptible, en el paladar, este vino desarrolla unos taninos de primerísima clase y calidad que llenan la boca, resulta rico y lleno, potente y largo, pero también elegante a pesar de su plenitud, muestra nobleza hasta su persistente final jugoso y frutal. 2015 a 2028. 17,5+ Château Gruaud Larose Gruaud Larose se va desarrollando con consecuencia y ha resultado aún más complejo que en la añada 2008. El buqué (sí, a pesar de hallarse en una fase temprana, en el caso de 2009 ya hay que hablar de buqué) es tremendamente seductor con notas de humo y minerales; los taninos se presentan sin disimulo y revelan concentración sin un ápice de dureza, el complejo abocado está perfectamente equilibrado y aporta la plenitud necesaria, pero sin dominar sobre los magníficos taninos. Posee ese particular carácter mineral y de humo del Gruaud clásico con frescor natural, directamente perceptible y sin maquillaje, y una carnosidad crujiente y jugosa: sensacional. 2017 a 2030. 18 Château Ducru Beaucaillou Con 85 por ciento de Cabernet Sauvignon y un 15 por ciento de Merlot, en los mejores viñedos de Saint-Julien se produce un vino de ensueño de proporciones casi perfectas, con una aromática asombrosa, compleja y floral-frutal que evoluciona lentamente, los taninos poseen una tremenda finura de grano y llenan la boca con su franca nobleza y su enorme longitud aromática sobre notas minerales y florales. 2017 a 2030. Château Léoville Barton Finura y sensualidad, como siempre, en el primer plano, amabilidad y equilibrio absoluto, y esa frutalidad singular que garantiza al vino el eterno frescor, asegurándole, así como al consumidor, la juventud eterna. Genial. 2016 a 2028. Château Léoville Las Cases Los amantes de Las Cases deberían ir contando su dinero, porque nos ha dejado absolutamente perplejos. Rara vez, y menos aún en esta finca, hemos catado una mezcla tan sofisticada y a la vez tan evidente de delicadeza, frutalidad y frescor, potencia, plenitud, nobleza y clase, tal como anuncia el buqué y confirma el paladar. Pero aun así, el conjunto resulta tremendamente clásico, no hay atisbo de vino tecnológico, sino más bien esa magnífica sensación de estar mordiendo una baya redonda, jugosa, tersa y fresca, limpiándose con deleite el jugo derramado en los labios. 2017 a 2030. Geografía La parte derecha de los viñedos de Saint-Julien está situada directamente al lado de la Gironda y en el centro del Haut-Médoc. No es extraño, pues, que esta appellation, en la que las fincas clasificadas aún suponen el grueso del vino embotellado, sistemáticamente se califique como la más fiable y homogénea del Médoc: un modelo que está empezando a tener que compartir con Margaux. Terruño Esta appellation está situada en una zona de gravilla de 5 kilómetros de largo y 3,5 kilómetros de ancho: Saint-Julien posee con diferencia el terruño más homogéneo del Médoc. Variedades 63% Cabernet Sauvignon, 28% Merlot, 9% Cabernet Franc, Petit Verdot, Carmenère. Estilo Jugosos, elegantes, de una especial sensualidad y plenitud suave, por ello los vinos de Saint-Julien son los más populares y apreciados de todo el Médoc. Consumo óptimo aprox. 6 a 20 años (para los vinos y añadas más modestos), 10 a 30 años y más para los crus superiores. Pauillac: pura clase Lafite y Mouton son superlativos, Lynch-Bages y Grand-Puy-Lacoste fascinantes, Pontet-Canet es arrollador, e incluso vinos como Pedesclaux y Grand-Puy-Ducasse han mejorado: en Pauillac hay un gran nivel de calidad. Lo cual no es especialmente sorprendente, pues los suelos de grava apenas han conocido el estrés hídrico, la maduración se desarrolló de manera absolutamente óptima y la Cabernet, que en casi todos los vinos supone más de un 70 por ciento del ensamblaje, ha alcanzado una categoría nunca vista. Nuestro consejo: No hay que perder de vista el Château Fonbadet. Esta finca sin clasificar posee potencial para la grandeza, aunque no se haya aprovechado de manera óptima en los últimos años. Pero esta circunstancia parece haber cambiado con la cosecha de 2009. Pauillac 1.200 hectáreas de viñedo 110 productores 9 millones de botellas anuales 18 Crus Classés 17+ Château Grand Puy Lacoste Los grandes vinos ineludibles son legión en esta añada y en esta región. Pero esto no es inflación, sino terruño y suerte con el clima. Por ello, las muchas notas altas no deberían menguar los logros individuales, ni mucho menos el de este GPL absolutamente único y muy bien logrado, con su gran potencial aromático, su nariz tan discreta como compleja de flores y minerales, los excelentes taninos finamente estructurados, nobles y a la vez jugosos, y la potente pero nunca pesada evolución persistente en el paladar. 2017 a 2030. Château Haut Bages Libéral Por una vez, se sitúa incluso por delante de Ferrière, la otra finca clasificada de Claire Villars, con su soberbia aromática esmeradamente cuidada y precisa en su impresión, sus componentes florales y frutales, sus taninos crujientes, jugosos y perfectamente pulidos, impresionantes pero sin ser toscos, y su largo y persistente final. Fantástico, el mejor HBL que hemos catado nunca. 2017 a 2027. Château Pichon Longueville Comtesse de Lalande El hecho de que PLCL haya prescindido de cualquier clase de sobrepeso y sobreconcentración, y resulte especialmente agradable con “sólo” 13 por ciento de volumen de alcohol (para esta añada una de las graduaciones más bajas de todo el Médoc) lo vuelve aún más simpático, si cabe. El buqué presenta un ligero deje de humo, notas minerales y té; los taninos poseen mucha casta y frescor, el final es crujiente, frutal y largo. 2016 a 2025. 17,5 Château Lynch-Bages El mejor Lynch-Bages desde hace una eternidad, ¡que ya es decir en el caso de esta finca excepcional! Aromática discreta pero compleja, floral-mineral, interesantes notas de hierbas y una pizca de madera que no resulta desagradable, taninos de Pauillac de primera calidad, llenos a la par que crujientes, abierto y errático, pero sin atisbo de dureza, largo y potente final sobre notas frescas y frutales; magnífico equilibrio de todos los componentes, un Lynch-Bages asombrosamente clásico, posee nobleza y categoría. 2015 a 2030. Château Pichon Longueville Baron Soberbia nariz compleja y mineral; tremendamente rico y llamativo, vigoroso, muy largo, taninos excelentemente trabajados, final potente; cualitativamente excelente, como siempre, y sorprendente en cuanto al estilo. 2017 a 2030. 18 Château Latour No hay duda de que Latour, una vez más, ha producido un gran vino fiel a su estilo, de una severidad asombrosamente clásica y una actitud distante, casi altanera, con notas ahumadas de roble y acentos minerales en la nariz, taninos compactos y tremendamente potentes en el final. ¿Pero por qué diablos este vino siempre nos transmite una impresión fría y distante, tan frustrante y sin emociones? 2020 a 2030. Geografía Es la más pequeña de las appellations de la comarca y la más alejada del río. Terruño Muy homogéneo, tres cimas de cantos rodados al Oeste y una colina al Este con un zócalo de suelo calcáreo en el centro. Suelos relativamente frescos con una higrometría equilibrada. Variedades 35% Cabernet Sauvignon, 60% Merlot, 5% Cabernet Franc, Petit Verdot, Carmenère. Estilo Vinos secos y longevos, en el peor de los casos rústicos y en el mejor, vinos auténticos y con mucho carácter. Consumo óptimo aprox. 8 a 15 años para los vinos y añadas más modestos), 10 a 30 años y más para los crus superiores. Saint-Estèphe: fiesta de gigantes Lo que interesa a los amantes del Burdeos aún más que las calificaciones de la appellation es la lucha entre los gigantes Cos d’Estournel y Montrose, que se baten por el rango de macho alfa desde que el consorcio Bouygues se apropió de Montrose e invirtió sumas inmensas en la finca. En un primer momento, parece que Bouygues va ganando... El estrépito de las armas en la cumbre no permite oír bien los buenos resultados de los demás crus classés, por ejemplo Lafon-Rochet, la finca de la familia Tesseron, que finalmente está escalando hacia la cima. Entre las muchas no clasificadas también hay algunos vinos muy buenos que se pueden adquirir en primeur. Pero la mayoría de ellos seguirán en el mercado también después del embotellado Saint-Estèphe 1.200 hectáreas de viñedo 150 productores 10 millones de botellas anuales 5 Crus Classés 16+ Château Lafon Rochet De aspecto muy cuidado de pies a cabeza, aromática interesante, delicada, frutal-floral; el vino comienza fresco y claro, los taninos son de primerísima calidad, el final es rotundo y largo, potente pero sin ser pesado; una evolución magnífica de cabo a rabo, incluso puede mejorar aún más. 2016 a 2025. 16,5 Château Meyney La enóloga Anne le Naour, que estuvo varios años en funciones en La Tour Carnet, se ha hecho cargo en 2009 de las fincas del grupo Crédit Agricole Grands Crus, al que pertenece Meyney. Y es precisamente en esta finca donde los progresos alcanzados son más evidentes en el paladar. El asombroso vino de la añada 2009 despierta recuerdos de grandes añadas como 1961 o 1964, pero con la precisión y la expresión frutal del presente: interesante aromática de chocolate y humo con personalidad propia; anguloso e intransigente, muy fiel a su estilo, largo y jugoso final mineral, potente-floral-pimienta. 2017 a 2030. 17 Château Phélan Ségur Phélan Ségur ha cedido una parte de su viñedo a su vecino, Montrose, y está en venta desde hace algún tiempo. Pero tras un decepcionante 2008, la añada de 2009 vuelve a mostrar esa especial gran clase que caracteriza a esta finca desde la cosecha de 1993: soberbia nariz de peonía y bayas; taninos pulidos, gran casta, extracto manejado con perfecta maestría, inmenso frescor. Fiel a su estilo y lleno de finura. 2020 a 2030. 17,5 Château Calon Ségur Se presenta con esa fresca nariz frutal-floral por la que es conocido este vino; el principio resulta tremendamente delicado, tan delicado como un Margaux, a los que recuerda bastante; en boca comienza enormemente esbelto y fresco, luego va desarrollando unos taninos sedosos, suaves a la par que densos, que le encajan como un guante, el inacabable final transportado por la aromática de bayas, en la que el alcohol, aunque ciertamente presente, no es el primer violín. Magníficamente elegante y equilibrado, de una finura exquisita. 2015 a 2025. 18 Château Montrose El gran Jean Bernard Delmas, un hombre ya muy maduro que fue anteriormente director de Château Haut-Brion, presenta aquí el mejor y más grande Montrose de todos los tiempos: soberbio potencial aromático con acentos florales y minerales, delicados recuerdos de grosella; cuando uno simplemente se moja los labios, se asombra de la blandura del principio, su amable gracia; los taninos comienzan suaves y después van creciéndose sosegadamente hasta llegar a alcanzar una sorprendente potencia y una gran clase. Se presenta tremendamente denso, aunque sin llegar a ser pesado, muestra un grano extremadamente fino y paulatinamente va avanzando hasta llegar a un final largo y fogoso. 2020 a 2030. Geografía Saint-Estèphe es la más septentrional de las appellations de la comarca del Médoc. Engloba tan sólo cinco fincas clasificadas, pero alrededor de 40 no clasificadas, que en años buenos también hacen vinos excelentes. Saint-Estèphe es, por tanto, un filón para los buscadores de tesoros enológicos. Terruño Cuarzo y gravilla profunda, pero también arena y lodo sobre subsuelo calcáreo. Variedades 50% Cabernet Sauvignon, 40% Merlot, 10% Cabernet Franc, Petit Verdot, Carmenère. Estilo Abarca desde anguloso y rústico (los vinos más sencillos) hasta los vinos con casta superelegantes. Consumo óptimo aprox. 6 a 15 años (para los vinos y añadas más modestos), 10 a 30 años y más para los crus superiores..