- Redacción
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- 2006-02-01 00:00:00
Un fantástico otoño fue el verdadero protagonista. En Austria, el buen tiempo hizo posible una cosecha de muy buena calidad, y en Suiza trajo una cosecha excepcional Austria Otoño salvador Mucha calidad, poca cantidad: éste es el resumen de los resultados de la vendimia en Austria. Tras un verano lluvioso, el otoño cálido y soleado ha salvado la añada. En realidad, los vinicultores de Austria ya lo habían dado todo por perdido. Porque el transcurso del año, con daños por heladas, una floración lenta e irregular con días fríos, que diezmó los brotes de los racimos, además de un verano que no lo fue, prometía unos resultados más que mediocres. Pero el otoño lo arregló todo: “Este mes de octubre ha sido el más hermoso que he visto en mi vida”, se entusiasmaba el vinicultor estrella vienés Fritz Wieninger. En muchos lugares, todavía en septiembre la podredumbre amenazaba a las uvas. Allí donde se trabajó intensamente para que el material se mantuviera sano, se han vinificado blancos con una rica aromática, brillo frutal y carácter varietal. Con las variedades Grüner Veltliner y Riesling se han hecho vinos con cuerpo, y en Estiria ha sido excelente la maduración fisiológica de las cepas de Sauvignon Blanc y Muskateller. También ha sido necesaria una rigurosa preselección para las variedades tintas en Austria. En consecuencia, se ha reducido la cosecha de Zweigelt, Pinot Noir y St. Laurent; la Blaufränkisch ha salido mejor parada. En general, se esperan vinos equilibrados y con encanto, que serán accesibles pronto. Amplias sonrisas ostentaban los rostros de los especialistas en vinos dulces, como Alois Kracher: aunque registró un cincuenta por ciento menos de volumen de cosecha, ha recogido una importante cantidad de Trockenbeerenauslese. En conjunto, la cosecha austriaca con dos millones de hectolitros se sitúa claramente por debajo de los 2,5 millones de media de muchos años. Suiza Discreta cosecha superior A pesar del verano fresco, 2005 entrará en la historia como un año superior, gracias a un tiempo perfecto en septiembre, de días cálidos y noches frescas. Igual que en Austria, en julio y agosto todo indicaba que sería un año vinícola difícil. El verano fresco con sus chubascos hacía esperar gran volumen de cosecha y maduración más bien mediana. Pero el mes de septiembre mimó las cepas con días cálidos y soleados y noches frías, favoreciendo así la formación de aromas y a la vez conservando la acidez necesaria para hacer vinos elegantes. Aunque los vinicultores ciertamente han tenido que trabajar duro para lograr esta añada superior de 2005. El falso mildíu, las quemaduras por el sol y sobre todo la cada vez más frecuente parada biológica de los tallos exigieron la máxima atención en los viñedos. Los vinicultores de la Suiza alemana han cosechado uvas concentradas de Blauburgunder con valores Öchsle a menudo por encima de los 90 grados. Muchos productores también se muestran encantados con la calidad de su Riesling X Sylvaner. Menos satisfechos han estado los productores de Lavaux, en el oeste de Suiza: el día 18 de julio de 2005, un granizo devastador arrasó las hojas y los brotes de los racimos hasta tal punto que en algunos viñedos no quedó nada que vendimiar. En los viñedos no afectados, 2005 ha sido un año vinícola perfecto. La fuerte sequía hizo crecer uvas pequeñas y muy aromáticas, pero con acidez suficiente. En Wallis, el foehn que empezó a soplar a finales de septiembre hizo aumentar aún más los grados Öchsle. Sobre todo en el caso de las especialidades tintas como Syrah, Cornalin y Humagne Rouge, los vinicultores esperan vinos extraordinarios. En el Tesino celebran una serie de años buenos hasta excelentes desde el cambio de milenio, y 2005 se integra en esta sucesión de éxitos como un eslabón más de la cadena. El ciclo vegetativo tuvo un comportamiento modélico y, cuando cambió el tiempo a principios de octubre, más del 90 por ciento de la uva ya estaba en la bodega. Se esperan con ilusión sobre todo los vinos de Sopraceneri. En aquellos estrechos valles septentrionales, los efectos térmicos con días cálidos y noches frescas han actuado de manera óptima y han permitido una maduración perfecta de las uvas. Alemania Octubre dorado El tiempo también se ha vuelto loco, incluso en países tan bien organizados como Alemania. El cambio climático y sus posibles consecuencias actualmente está en boca de todos. Los vinicultores alemanes constatan que el clima es claramente más inestable en primavera y en verano, las uvas maduran antes y presentan más botritis, la fase de vendimia se acorta. Pero aún se mantiene la calidad: gracias a un mes de octubre cálido y seco, la añada de 2005 se incluirá en los anales como muy buena, y ya se compara con las legendarias de 1959, 1947 y 1921 por su gran número de nobles dulces. La cantidad es menor que el año anterior (apenas nueve millones de hectolitros), y en parte han de esperarse ligeros aumentos de precio.