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Vendimia 2006: Alemania

  • Redacción
  • 2007-02-01 00:00:00

Vendimia turbo “Llenos de extracto, contenido y frutalidad” serán los vinos de 2006 según Norbert Weber, presidente de la Asociación Alemana de Vinicultores. El volumen de cosecha se sitúa cerca de los nueve millones de hectolitros. FRANCONIA: A diferencia de lo que se temía, el frío y las lluvias no conllevaron ni podredumbre ni retrasos en la maduración. Los daños por granizo sólo fueron ocasionales. Cuando llegaron las abundantes precipitaciones a finales de septiembre, las variedades tempranas ya estaban en la bodega. En el caso de las variedades de maduración tardía como Silvaner y Riesling, así como en las variedades tintas, el periodo soleado con podredumbre noble que siguió favoreció un aumento del peso del mosto. En general, los vinicultores de Franconia se declaran muy satisfechos con la cantidad y la calidad. MOSELA: Hasta el mes de agosto, todo parecía un otoño normal, con buenas cosechas y calidad satisfactoria. Luego la maduración se aceleró debido a las lluvias y las temperaturas veraniegas. Sufrieron daños por granizo algunos viñedos superiores como Scharzhofberg an der Saar. En los viñedos inclinados plantados de Riesling se vendimiaron uvas muy maduras, en parte pasificadas, lo cual permitirá hacer vinos dulces nobles de primera calidad. La cantidad es escasa para la región del Mosela. NAHE (y la región central del Rin y el Ahr): Los días lluviosos a finales de septiembre y principios de octubre hicieron apremiante la vendimia, y la podredumbre se extendió con rapidez. Lo que generalmente se lleva a cabo en cinco semanas, esta vez tuvo que realizarse en dos. La cantidad y la calidad son satisfactorias. En la región central del Rin, tras una primavera más bien fría, un verano caluroso y un otoño cálido, se produjo mucha podredumbre noble. “Extremadamente poco, pero extremadamente bueno”, es la opinión de Peter Jost de la finca vinícola Toni Jost. Los mejores vinos proceden de los viñedos inclinados. A orillas del Ahr, las uvas recibieron los nutrientes adecuados gracias a un mes de agosto fresco y muy lluvioso. Los vinicultores esperan un gran año para el Spätburgunder. ALEMANIA ORIENTAL (Saale-Unstrut, Sajonia): En ambas regiones se han podido vendimiar uvas sanas con un buen peso de mosto y excelentes valores de acidez. El resultado son vinos llenos con acidez madura. Las lluvias se produjeron en el momento adecuado del mes de agosto, cuando ya se temían daños por sequía. La cantidad se sitúa notablemente por encima del año anterior. Lo cual satisface a los productores de Saale y Unstrut, para los que el año 2005 fue “muy escaso”. PALATINADO: El peso de los mostos ha sido desde bueno hasta muy bueno, pero la cantidad se derritió como la nieve al sol. La gran cantidad de precipitaciones favoreció la aparición de podredumbre, lo cual hizo necesario vendimiar pronto la Riesling. Debido a las muchas uvas verdes y pequeñas que trajo a la bodega la vendimia con máquinas, en el caso de las variedades de cosecha temprana se han alcanzado unos importantes valores de acidez. Weissburgunder y Sauvignon Blanc han resistido a la podredumbre mejor que las variedades Riesling, Grauburgunder y Silvaner. Las variedades tintas también se han defendido bien. Tanto en los tintos como en los blancos, las calidades superiores serán raras. Rheingau (y Hessische Bergstrasse): Tras un verano sin problemas, las precipitaciones a finales de septiembre trajeron motivos de preocupación. La vendimia se realizó con prisa. El anticiclón Noé trajo un octubre dorado e hizo subir rapidísimamente el peso del mosto. En el caso de las variedades Spätburgunder y Riesling, en dos semanas se había terminado la vendimia. Los vinicultores de Rheingau opinan de la Riesling: “pequeña cantidad, vino fino”. En cuanto a los tintos, han llamado favorablemente la atención los clones de Spätburgunder, de racimos poco apretados: las uvas siguieron manteniéndose sanas y pudieron vendimiarse con una gran maduración fisiológica. En la Hessische Bergstrasse también se vendimió a toda velocidad. Los productores están satisfechos con la calidad, pero no con la cantidad que, alcanzando apenas unos 65 hectolitros por hectárea, es aproximadamente un 20 por ciento menor que la media. Los vinos blancos han resultado minerales y de fruta marcada, los tintos con cuerpo y muy llenos. Rheinhessen: En las regiones meridionales, las abundantes lluvias provocaron una importante reducción de la cosecha. Los vinicultores que realizaron un trabajo de selección manual han obtenido vinos excelentes. Los blancos son armónicos y frutales y los tintos, vigorosos y con mucho color. SUR DE ALEMANIA (Baden, Wurttemberg): Después de un lluvioso mes de agosto, en septiembre diluvió, hubo tormentas y granizó. Hasta los vinicultores más respetuosos con la tradición, tras una selección previa de uvas podridas, salvaron a toda prisa lo poco que aún colgaba de las cepas con la cosechadora (Vollernter). En algunos viñedos no se pudo vendimiar nada. Los resultados son muy diversos. En Wurtemberg, a pesar de los daños por granizo a principios del verano, les fue mejor. Las variedades de maduración temprana pudieron vendimiarse con un elevado peso del mosto. Las más tardías como Lemberger, Riesling y Trollinger se estancaron tras las lluvias en cuanto al peso del mosto, pero obtuvieron buenos valores de acidez. La calidad se considera, en general, por encima de la media. AUSTRIA Locura “Sensacional, magnífica, la cosecha del siglo”, dicen en Austria. Tras una cambiante evolución del clima, no siempre favorable, al final se han podido vendimiar calidades excelentes. Para Roman Pfaffl, del Weinviertel, el año ha sido “una auténtica locura”. Tras semanas de frío y lluvias, a finales de agosto aún se temía lo peor. En todas partes las uvas estaban maduras y los vinicultores, con mucho trabajo de poda de las hojas, no permitieron siquiera la formación de podredumbre y, con calculada plantación de hierba, procuraron que el suelo absorbiera mucha humedad: así las cepas pudieron recuperarse durante las semanas siguientes, que fueron cálidas y soleadas con importantes descensos de las temperaturas nocturnas, lo cual favoreció el rápido aumento de los niveles de azúcar y un espléndido desarrollo de la aromática. Se impone la comparación con las excelentes añadas de 2000 y 2003. La diferencia consiste en los altos niveles de acidez, que favorecerán un buen equilibrio y longevidad. “Este maravilloso otoño ha sido ideal para la Riesling”, se entusiasmaba Franz Hirtzberger, vinicultor en Spitz y presidente de Vinea Wachau. Fred Loimer de Langenlois habla de “una añada muy extrema” y especula: “Quiero expresarme con prudencia, pero creo que ésta ha sido la primera auténtica cosecha del siglo en las últimas décadas”. No obstante, ha habido diferencias según la región. Así, en Estiria el mes de agosto ha sido bastante seco. Un área de bajas presiones procedente del Adriático amenazaba con favorecer la podredumbre en la segunda mitad de septiembre, y hubo que combatirla con calculadas vendimias previas. En Burgenland ha sido problemática la Zweigelt, mientras que la Blaufränkisch -principal variedad tinta- ha madurado magníficamente. Las zonas vinícolas de la Baja Austria registran satisfactorios niveles de azúcar; el presidente de la Asociación de Vinicultores declara esta añada en el Weinviertel como “seis aciertos en la lotería primitiva”. Eso sí, sin número complementario por el importante descenso de la cantidad en el caso de la Grüner Veltliner. Esta cepa, que en Austria ocupa un tercio de la superficie de viña, registró algunos daños por las bajas temperaturas y las lluvias. Por ello, ya meses antes de la vendimia era evidente que habría que contar con una reducción de entre 25 y 40 por ciento de la cosecha. SUIZA Clima delicado Un invierno frío, un mes de julio inusualmente caluroso, agosto relativamente frío y lluvioso y, para terminar, el otoño más cálido desde hace 100 años: el tiempo no ha dado respiro a los vinicultores suizos. Este de Suiza Un año difícil con un cálido otoño conciliador. Los vinicultores de la Suiza alemana ya no consideran el calentamiento del planeta como una puesta en escena sino como una realidad. Tras haber tenido que manejar en 2003 un año de calor nunca visto, la tremenda inestabilidad del tiempo durante el año 2006 lo convirtió en un puro juego de nervios. Hasta finales de julio todo parecía perfecto. Pero después siguió un mes de agosto fresco y lluvioso, y un septiembre muy cálido, con fuertes precipitaciones. La humedad unida al calor hace que salten las alarmas. En los diarios de finales de septiembre se alarmaba sobre la “situación dramática en los viñedos”. La podredumbre se extendió, hubo que dar por perdidas parcelas y viñedos enteros. A pesar de todo, los vinicultores están más que satisfechos con lo que han conseguido llevar a la bodega tras una rigurosa selección. Desde el punto de vista del estilo, 2006 probablemente entrará en la historia como una añada clásica. A la vista del póquer con el clima, habrá que contar con diferencias de calidad de vinicultor a vinicultor. Sur de Suiza Los niveles de azúcar son comparables a los de 2003, pero los vinos parecen más elegantes. El mes de agosto en el Tesino, aunque fresco, fue mucho más seco que en las demás regiones de Suiza. La parte principal de la vendimia, que antes solía realizarse en octubre, ya estaba terminada a finales de septiembre. Muchos vinicultores comparan 2006 con el “año siciliano” que fue 2003, aunque los niveles de acidez son ligeramente superiores. Además, los vinicultores no se dejaron tentar por el vertiginoso ascenso de los valores Öchsle a una vendimia prematura, sino que esperaron a la total maduración. Especialmente logradas están las variedades de maduración tardía como Cabernet Sauvignon, Petit Verdot o Syrah. En el caso de las tintas, la Gamaret ha superado por vez primera a la Pinot Noir. Actualmente es la segunda variedad tinta más importante del Tesino. Junto a ella, cada vez encuentran más adeptos otras variedades nuevas como Malbec, Marcelin o Arinarosa (un cruce de Merlot y Petit Verdot). Los blancos de 2006 en el Tesino probablemente resultarán llenos y fogosos. Oeste de Suiza Los que han sabido dominar la amenaza de la podredumbre han podido vendimiar uvas de primera calidad. Se esperan vinos equilibrados, con buena capacidad de guarda. Con la cosecha de 2006, la demanda de Chasselas podría superar a la oferta. En la región de La Côte, en Waadt, la cosecha es un 15 por ciento menor de la media de muchos años. Con un contenido de azúcar superior a 70 Öchsle y unos valores de acidez ligeramente superiores al año anterior, se esperan vinos alegres, frescos y frutales. También se ha hecho sentir la presión de la podredumbre. Los que prescindieron de la última fumigación contra la botritis han sufrido pérdidas masivas. El microclima y el modo de gestionar cada viñedo han sido las circunstancias decisivas. En Ginebra, donde esta última añada se valora como algo más floja que la del muy buen año 2005, se esperan vinos elegantes. En Wallis los vinicultores están más que satisfechos. Las especialidades como Syrah han alcanzado elevados niveles de azúcar (a menudo superiores a los 100 grados Öchsle) y, aun así, contienen suficiente acidez. En general, allí la cosecha se valora mejor que la del ominoso año de calor 2003. Algunos vinicultores incluso comparan estos vinos con la magnífica añada de 2000. Un fenómeno muy curioso ha sido el hecho de que allí muchas variedades maduraron al mismo tiempo. Para lograr que llegara a la bodega un máximo de calidad, hubo que adoptar soluciones flexibles, dominar el arte de la improvisación y poseer mucha intuición. Barbara Meier

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