- Redacción
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- 2007-06-01 00:00:00
Esta zona ha sido, en nuestro viaje, un gran descubrimiento. No sólo por sus excelentes vinos rosados, sino por la elegancia de sus tintos. Aunque hay diferentes interpretaciones del Tempranillo que aquí se cultiva, según la bodega que lo elabore. Para nosotros las más acertadas son las que han sabido dibuja el terruño, principalmente de calizas y arcillas con zonas pedregosas. Los vinos en este estado son interesantísimos. Es más, otra de las valiosas particularidades de esta región es el viñedo viejo plantado en vaso. Todo un atractivo para los nuevos inversores en busca de asilos vinícolas. Las características de los vinos tintos que antaño se elaboraban nada tienen que ver con las actuales. Seguramente no se optó por los tintos pues el hollejo de la Tempranillo aquí es más delgado que en Toro, por ejemplo. Pero los nuevos inversores han sabido extraer el máximo partido a esta uva. Y, como valor, añaden que el Tempranillo que crece en estos suelos muestras mayor frescura, pH más bajo que en otras regiones cercanas. Es uno de los alicientes que han incitado a la nueva saga de enólogos a elaborar los nuevos vinos de alta calidad. Los resultados son evidentes. Parte de la clave en la elaboración radica en extraer de la uva sólo lo necesario, para que no afloren las sensaciones secantes de los taninos, según nos explicaron algunos bodegueros. Ahora queda esperar que al público se le pase la fiebre de los tintos súper extraídos y alcohólicos. Como prueba, recomendamos a los aficionados el vino de la cosecha de 2004, que ha demostrado tener todos los ingredientes prometedores de la zona. Maduración perfecta, frutosidad y uno niveles de acidez emocionantes. De todos modos, cuando prueben algún vino de cosechas anteriores no se asusten si no les convence: acudan a cosechas más recientes, pues afinar lleva su tiempo.Cigales, todo un descubrimiento Esta zona ha sido, en nuestro viaje, un gran descubrimiento. No sólo por sus excelentes vinos rosados, sino por la elegancia de sus tintos. Aunque hay diferentes interpretaciones del Tempranillo que aquí se cultiva, según la bodega que lo elabore. Para nosotros las más acertadas son las que han sabido dibuja el terruño, principalmente de calizas y arcillas con zonas pedregosas. Los vinos en este estado son interesantísimos. Es más, otra de las valiosas particularidades de esta región es el viñedo viejo plantado en vaso. Todo un atractivo para los nuevos inversores en busca de asilos vinícolas. Las características de los vinos tintos que antaño se elaboraban nada tienen que ver con las actuales. Seguramente no se optó por los tintos pues el hollejo de la Tempranillo aquí es más delgado que en Toro, por ejemplo. Pero los nuevos inversores han sabido extraer el máximo partido a esta uva. Y, como valor, añaden que el Tempranillo que crece en estos suelos muestras mayor frescura, pH más bajo que en otras regiones cercanas. Es uno de los alicientes que han incitado a la nueva saga de enólogos a elaborar los nuevos vinos de alta calidad. Los resultados son evidentes. Parte de la clave en la elaboración radica en extraer de la uva sólo lo necesario, para que no afloren las sensaciones secantes de los taninos, según nos explicaron algunos bodegueros. Ahora queda esperar que al público se le pase la fiebre de los tintos súper extraídos y alcohólicos. Como prueba, recomendamos a los aficionados el vino de la cosecha de 2004, que ha demostrado tener todos los ingredientes prometedores de la zona. Maduración perfecta, frutosidad y uno niveles de acidez emocionantes. De todos modos, cuando prueben algún vino de cosechas anteriores no se asusten si no les convence: acudan a cosechas más recientes, pues afinar lleva su tiempo.