- Redacción
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- 2008-02-01 00:00:00
Resto de Europa Un año complicado Los vinicultores europeos han pasado 2007 con los ojos en el cielo y las manos preparadas para reaccionar ante los caprichos de la naturaleza. Al final, el esfuerzo y las preocupaciones parecen haber merecido la pena. Alemania Bueno y abundante Se ha cosechado pronto, mucho y, además, bueno. Los vinicultores de Alemania iniciaron la vendimia antes de lo que se había hecho en décadas, algunos ya en la primera quincena de agosto. Un tiempo de canícula durante abril y mayo impulsó una floración prematura; durante el verano, las cepas recibieron suficiente agua y las uvas siguieron sanas en su mayor parte (con excepción de las quemaduras por el sol). Al final, el clima se mantuvo ideal, con cálidos y soleados días y noches frescas, por lo que podemos esperar aromas intensos. Según Norbert Weber, presidente de la Asociación Alemana de Vinicultores, encontraremos “vinos excelentes y vinos superiores longevos”. Pero la abundante cosecha, de casi once millones de hectolitros (una media de más de 100 hectolitros por hectárea), no ha dejado los mismos resultados en todo el país. En Franconia, con 540.000 hectolitros en 6.000 hectáreas, la cosecha está sobre la media de los últimos años. Además, pueden esperarse vinos buenos y sabrosos. En Mosela, la erosión y el granizo redujeron el volumen de cosecha, pero un otoño soleado con noches frescas se traducirá en una excelente calidad. En el norte rebosan de satisfacción: en el Nahe se afirma que nos encontramos ante una gran añada y es probable que los tintos de Ahr sean también excelentes. El volumen de cosecha en las dos regiones del noreste (Saale-Unstrut y Sachsen) se sitúa una vez más muy por debajo de las regiones occidentales de Alemania, pero los vinicultores están contentos con la calidad. Los vinicultores del Palatinado han sido compensados por el problemático año 2006. Los vinos tienen muy buenos valores de extracto y una acidez tersa, aunque madura, a la vez que un contenido de alcohol óptimo. En los viñedos de Rheingau apenas ha habido problemas, ya que la humedad de septiembre no ha dejado huella. El nivel puede ser incluso de primera categoría. En Rheinhesse, la mayor región vinícola de Alemania, se han cosechado 2,9 millones de hectolitros y se cree que la calidad será muy notable. En el sur, se ha recogido la misma cantidad en Baden y Wurtemberg, aunque esta última región cuenta con muchas menos hectáreas. Además, los productores están de acuerdo en que la añada ha sido lograda. Suiza Tutti fruti El año se inició con un invierno suave. Abril trajo una inesperada ola de calor que hizo prever una vendimia especialmente temprana. Pero los pronósticos no se cumplieron, y los vinicultores hablan de un año marcado por un clima extremadamente variable –las palabras clave de 2007 fueron corrimiento de racimos, granizo y quemaduras solares–, por lo que la valoración de la cosecha es distinta según la región, pero las condiciones climáticas han permitido una maduración muy buena prácticamente en todas las zonas. En la Suiza alemana, la vendimia, muy selectiva debido al clima y a la presencia de enfermedades, se inició alrededor de una semana antes de lo habitual; el volumen de cosecha fue escaso, pero de gran calidad. En el sur, la sequía en primavera originó graves incendios y motivó que los vinicultores pensasen que el año sería tan caluroso como 2003, con vinos atípicos de gran contenido de alcohol. Pero en junio aparecieron las tormentas y el granizo, y las temperaturas frescas en agosto y septiembre retrasaron el comienzo de la vendimia. Algunos vinicultores otorgan a la añada un potencial cualitativo similar al del excelente 2005. En el oeste, se registraron graves daños en el Alto Wallis por granizo en junio, y algunos viñedos perdieron hasta un 90% de la cosecha. En la Romandie (Suiza francófona), a principios de septiembre el tiempo permaneció estable con días cálidos y noches frías, lo que permite esperar vinos sustanciosos. Junto al lago de Constanza, los vinos pueden calificarse tan excelentes como en 2005. Austria Tensión hasta el final Esta añada ha dado un repaso a todo lo que la naturaleza tiene que ofrecer: heladas, calor, sequía, mucha lluvia, granizo y noches frescas. Pero, a pesar de tanto aspaviento, el final ha sido conciliador para los vinicultores austriacos. Tras un inicio muy temprano de la vendimia en agosto, las copiosas precipitaciones a principios de septiembre ya no pudieron afectar a la calidad, puesto que la mayor parte de la uva ya estaba vendimiada. El resto se benefició de los dorados días de octubre. Y de todas las regiones llegan informes positivos. En las orillas del Danubio, celebran muy buenos Grüner Veltliner y Riesling. En el Weinviertel, registran una añada clásica para la categoría Veltliner DAC. En la Región de las Termas, en Carnuntum y en el Burgenland, el acento se sitúa en los vinos tintos intensamente aromáticos y frutales. Los estirios se felicitan por las frescas temperaturas nocturnas y matutinas, que producirán vinos crujientes con una aromática especialmente marcada. En Viena, tras dos años de cosecha escasa, están entusiasmados con un volumen respetable y vinos con la característica expresión especiada. En cuanto a la cantidad, el volumen de cosecha podría situarse en la normalidad, que está en torno a los 2,5 millones de hectolitros. Portugal Regreso a Europa En años anteriores, en el valle del Douro y en el Alentejo se hacían vinos tintos macizos, de dulce frutalidad y con mucho alcohol, cuyo estilo recuerda a algunos vinos del Nuevo Mundo. Con la añada de 2007, el péndulo se inclina en la dirección opuesta. Debido a las tormentas y el granizo en primavera, y a las presión de las enfermedades motivadas por el tiempo húmedo, el volumen de cosecha se sitúa un 20% por debajo del año anterior. En la región del Vinho Verde se esperan vinos muy crujientes, frescos y frutales. En Bairrada han resultado magníficamente logrados tanto los vinos blancos como los espumosos. En las regiones de vino tinto, donde se vendimió entre una y dos semanas más tarde de lo habitual, se pueden esperar vinos elegantes y equilibrados, con moderado contenido de alcohol y cauto empleo de la madera. Los consumidores podrán congratularse con vinos de mesa tintos agradables, que serán sobre todo muy adecuados para acompañar los guisos. Hungría Vendimia antes de la lluvia A un invierno suave siguieron ya en mayo los brotes tempranos con floración. El resto de las condiciones climáticas se comportó de modo normal, pero la vendimia en algunas regiones se pudo iniciar casi un mes antes de lo habitual. Gracias a ello, las variedades de maduración temprana no sufrieron las abundantes lluvias a principios de septiembre. Las variedades tardías como Cabernet y Syrah se hincharon un poco debido a la humedad del suelo. Por tanto, el volumen de cosecha es superior al año pasado. La calidad se valora en la mayoría de las comarcas de Hungría desde buena hasta muy buena, aunque no excelente. Los tintos no son demasiado alcohólicos, de frutalidad sana y taninos agradables. En Tokai, se registraron heladas tardías que causaron daños en aproximadamente un 15% de las 5.000 hectáreas. Durante el caluroso verano apenas llovió y la vendimia se inició pronto, hacia el 20 de agosto. Los vinos secos se presentan excelentes. En el caso de las variedades Furmint y Hárslevelú, las lluvias de septiembre provocaron la aparición de la botritis, que se desarrolló muy bien y permite esperar excelentes Aszú. Grecia A salvo del fuego Aunque los incendios que en verano asolaron Grecia durante semanas prácticamente no afectaron a la viticultura, se habla de una de las cosechas más difíciles de los últimos cuarenta años. En primavera, las fuertes precipitaciones dañaron los brotes recientes en algunas regiones. Más tarde, las lluvias durante la floración redujeron la formación de los frutos. En verano, tres olas de calor disminuyeron la cantidad hasta un 50 por ciento, según la región. Se pueden esperar buenos vinos, sobre todo de la variedad Xynomavro, típica de Macedonia. Consoladora es la excelente calidad de las uvas, que han madurado muy pronto en todas las regiones. Los tintos son de color intenso, moderado contenido de alcohol y buena capacidad de guarda. La acidez es relativamente baja tanto en los blancos (en los que se puede esperar mucho aroma) como en los tintos. Especialmente logrados resultan los blancos de la elevada región de Mantinia.