- Redacción
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- 2008-02-01 00:00:00
Ultramar Pura cuestión de nervios En algunos lugares del Nuevo Mundo, este año los vinicultores han tenido que contener la respiración más de una vez. Lo inusual se está convirtiendo cada vez más en lo cotidiano. California Año perfecto para el Pinot Un año vinícola descabellado con un final feliz al estilo de Hollywood es el que se ha vivido en California. El volumen de cosecha se sitúa entre el 15 y, en casos aislados, el 50 por ciento, por debajo del resultado de 2006. El año empezó en California con un invierno y una primavera inusualmente secos y suaves. Por ello, los brotes surgieron dos o tres semanas antes de lo habitual. Pero un verano sorprendentemente fresco retrasó el crecimiento de las cepas. También ayudó a las vides a sobrellevar la sequía sin mayores daños. Los vinicultores superiores ya hablan de 2007 como del año más seco de la última década. Estas circunstancias condicionaron que las uvas resultaran más pequeñas, pero con aromas mucho más intensos. La vendimia se llevó a cabo en condiciones óptimas. Tanto para los vinos blancos como para los tintos se pronostican calidades superiores con mucha frutalidad, pero también con suficiente acidez. Sobre todo, los aficionados al Pinot Noir en 2007 deberían mantener los ojos abiertos: la mayoría de los vinicultores están entusiasmados con su calidad. La escasa cosecha es una bendición para la industria del vino en Estados Unidos: la cosecha récord de 2005 había desajustado toda la estructura de oferta y demanda. Con la añada de 2007, el mercado del vino podría volver a su cauce. Chile Maduración sosegada Los vinicultores chilenos nunca habían vendimiado tan tarde como en 2007 sus variedades de maduración tardía, como la Cabernet Sauvignon, pero sobre todo su variedad estrella, la Carmenère. Un mes de abril fresco, pero seco, invitaba literalmente a los vinicultores a esperar la maduración óptima. Y mereció la pena esperar: la cata de los vinos jóvenes confirma la regla según la cual un ciclo vegetativo muy largo es el mejor modo de lograr vinos bien estructurados y de aromas intensos. Debido al invierno suave, los brotes empezaron en muchas regiones de Chile dos semanas antes de lo habitual. El posterior desarrollo del periodo de maduración ha estado marcado por un tiempo bueno, pero inusualmente fresco. Por ello se pueden esperar vinos blancos frescos y frutales (sobre todo Sauvignon Blanc) y tintos elegantes. La mayoría de los productores consideran la añada de 2007 mejor que la del año anterior, y al menos tan buena como las de 2005 y 2003. La característica de la añada de 2007 podría residir en el equilibrio de los vinos y en el relativamente moderado contenido de alcohol. Argentina La ruleta del clima Un fenómeno atmosférico, El Niño, se está convirtiendo en el terror de los vinicultores argentinos. En 1998 les aguó la cosecha por primera vez a los productores de Mendoza. Esta vez, sus efectos no han sido tan graves, aunque en Mendoza se han registrado fuertes tormentas de granizo y abundantes lluvias torrenciales también en enero y febrero de 2007 -algo muy poco común en este clima desértico-, pero los fuertes vientos volvían a secar los viñedos una y otra vez, reduciendo así el peligro de podredumbre y enfermedades provocadas por hongos. A pesar de ello, para muchos productores la vendimia fue una auténtica partida de póquer con el clima. Los que tuvieron buena mano pueden esperar vinos agradables con valores de alcohol relativamente bajos y taninos blandos. Pero ha sido imprescindible seleccionar rigurosamente la cosecha. Es muy posible que algunos vinos de bandera no se embotellen, o bien se haga en cantidades muy pequeñas. En general, el potencial cualitativo de la añada de 2007 se considera prácticamente tan bueno como el de 2006. Sin embargo, no es probable que los vinos alcancen la excelente calidad de la añada de 2005. Sudáfrica Una vendimia enervante La vendimia de 2007 en Sudáfrica ha sido más dispar que nunca. La culpa la ha tenido de una tremenda ola de calor que se extendió por el país a finales de enero, poco antes de que las variedades de maduración temprana estuvieran listas para vendimiar. En Stellenbosch y Paarl, se midieron diariamente temperaturas máximas superiores a los 40º Celsius durante casi toda una semana. El calor catapultó los valores de azúcar; al mismo tiempo, las uvas perdieron tanta acidez que a muchos vinos blancos les faltará el frescor y el equilibrio necesarios. Han resultado afectadas sobre todo las variedades Chardonnay y Sauvignon Blanc, pero también las tintas de maduración temprana, como la Pinot Noir y la Merlot. La excepción son las regiones costeras, como Walker Bay, donde el calor ha causado menos daños y se pueden esperar vinos equilibrados. Tras la ola de calor, siguió un mes de febrero fresco con algunas precipitaciones que reanimaron las cepas. Así, las de maduración tardía como Syrah y Cabernet Sauvignon, pero también Chenin Blanc, pudieron vendimiarse en condiciones perfectas. Por lo tanto, de estas variedades también pueden esperarse vinos excelentes. Australia Minicosecha Súbitas heladas catastróficas, pertinaz sequía y graves incendios del matorral en el año vegetativo 2006-2007 han hecho la vida imposible a los vinicultores de Australia. La cosecha media por hectárea ha sido la más baja desde 1976. Por ejemplo, en Coonawarra, bastión de la Cabernet Sauvignon, debido a las fuertes heladas de octubre los vinicultores tuvieron que encajar pérdidas masivas de más de un 50 por ciento de la cosecha. Los viñedos de Victoria (cerca de Melbourne) se han visto afectados tanto por las heladas como por los incendios del matorral. En algunos viñedos, los sedimentos de humo fueron tan cuantiosos que las uvas no se pudieron elaborar. Lo que finalmente se pudo recolectar puede considerarse desde el punto de vista cualitativo desde bueno hasta muy bueno. Es sorprendente, sobre todo, la calidad de los vinos blancos. En el caso de los tintos, convencen Shiraz, Grenache y Cabernet, aunque aquí las diferencias de calidad son mayores. En el fresco Margaret River, donde normalmente se producen tintos vigorosos y bien estructurados, el péndulo del clima en esta ocasión se inclinó en la dirección contraria. Allí se han recogido vinos plenamente concentrados, francamente robustos. Las importantísimas pérdidas de cosecha en el año 2007 en casi todas las regiones vinícolas de Australia, además, ponen en peligro la existencia de las empresas vitícolas que únicamente cultivan viñas pero no vinifican. Nueva Zelanda El clima, de cabeza Un tiempo más frío de lo habitual en la época de floración y un retraso cada vez mayor del desarrollo vegetativo de la vid intranquilizó sobremanera a todo el sector del vino en Nueva Zelanda. Pero un verano cálido y seco hizo que la maduración volviera a su cauce. Aunque también allí se ha cosechado claramente mucho menos que el año anterior, los vinicultores están razonablemente satisfechos con la calidad. El Sauvignon Blanc de Marlborough presenta un intenso aroma y una viva acidez. En la isla septentrional, los vinicultores se congratulan por unos Cabernet y Merlot bien madurados y con una buena estructura; también el Syrah se presenta muy satisfactorio. Sin embargo en algunas regiones, como por ejemplo Martinborough, los daños por heladas fueron dramáticos: algunas empresas con viñedos en situaciones expuestas han perdido la totalidad de la cosecha. En la añada de 2007, el vino de Nueva Zelanda, aunque de calidad lograda, será bastante escaso.