- Redacción
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- 2008-11-01 00:00:00
La historia del vino de Toro tiene nombre propio: Fariña. Y esta historia es tanto el pasado como el futuro. Por eso, desde la solidez de carácter y tipicidad inconfundibles, la bodega crea vinos de rabiosa actualidad. Llega noviembre y, como cada año, los aficionados, los conocedores esperan la primera muestra, la primera expresión de la reciente vendimia. En Fariña esa fecha se ha preparado con calma a lo largo de todo el año. De hecho al recién nacido le espera ya toda una canastilla bordada con sus iniciales. Para eso, convocan cada año un certamen de pintura que tiene ya carácter nacional, crece en cada edición y se ha convertido en una exposición de referencia tanto en el mundo vinícola como en el artístico. De ahí sale seleccionada la obra que vestirá, como etiqueta, Primero, el vino de maceración carbónica que inaugura la temporada y que, por su explosión frutal y su juventud, viene a ser la tarjeta de visita de lo que desarrollará cada cosecha, la cata primera de lo que dan las uvas de cada vendimia. Siempre diferente, siempre de etiqueta, Primero se engalana para exhibir lo mejor de la Tinta de Toro. Fresco y original, creado al estilo del famoso beaujolais francés, el vino más joven de Fariña luce este año la obra del artista madrileño Manuel López de la Fuente. Manuel Fariña lo elaboró por primera vez por encargo de un cliente holandés, y quedaba lejos de su imaginación que un vino de maceración carbónica se convertiría en abanderado de la casa y marca famosa con nombre propio. Ahora viene elaborando unas 150.000 botellas y Primero llega a 20 países de Europa, Estados Unidos, Japón... Se han sumado a los tradicionales Gran Colegiata para extender el nombre de Toro por el mundo, y con ellos Manuel Fariña revolucionó el entorno vitivinícola de Toro, demostró la excelencia de su protegida de siempre, la Tinta de Toro, y no para de recibir parabienes, como el título de Hijo Adoptivo por parte de del Ayuntamiento de Toro. Pero lo que define a un clásico es la vitalidad, la actualidad permanente, y ésa es la línea que sigue su hijo Bernardo, un enólogo tan concienzudo como osado y con una sensibilidad y un paladar infalibles. De sus manos ha salido la evolución del Gran Colegiata con dos obras cumbres, el Gran Colegiata Roble Francés, que duerme casi un año en barrica, y el Gran Colegiata Campus, elaborado con avaras cepas prefiloxéricas que en algunos casos alcanzan casi el siglo y medio de vida. Vinos que, en cada presentación, en cada degustación, se perfuman con los laureles de merecidos premios. Quien los probó lo sabe. BODEGAS FARIÑA Camino del Palo s/n 49800 Toro (Zamora) Tel. 980 57 76 73. Fax. 980 57 77 20 www.bodegasfarina.com