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Burbujeante milagro. Brasil, paraíso del vino espumoso

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  • Redacción
  • 2013-11-04 10:43:43

Brasil es uno de los perdedores en esta cata de vinos icono de VINUM. Pero si hubiésemos hecho un panel de vinos espumosos, el resultado sería muy distinto porque los espumosos de Brasil poseen nivel internacional.

Los funcionarios del deporte brasileño están preocupados: el 12 de junio de 2014 se dará el pistoletazo de salida al Mundial de Fútbol, pero la construcción de los estadios va con retraso. Aunque no todos los brasileños se preocupan: Juliano Maroso, gerente de una taberna de vinos en Porto Alegre, una de las ciudades anfitrionas del Mundial, opina: “Nosotros los brasileños somos capaces de todo si nos lo proponemos.” De casi todo. Porque los productores de vinos del sur de Brasil llevan años intentando incorporarse a las filas de las grandes naciones vinícolas sin demsiado éxito. Los tintos de Brasil, como también demuestra el resultado de nuestra cata de iconos, suelen acabar en el banquillo. Muy distinto es el caso de los espumosos brasileños, que claramente tienen categoría internacional. “A los consumidores no les gusta la acidez en nuestros vinos tranquilos”, asegura Ayrton Giovannini, de la bodega Don Giovanni, especializada en espumosos. “Pero para hacer un buen espumoso dependemos de una estructura ácida fresca.”

La bodega de Giovannini se halla en la comarca de Pinto Bandeira, subregión de Serra Gaúcha y segunda denominación de origen de Brasil, registrada en 2010. En los viñedos de la subtropical Pinto Bandeira, la floración comienza en septiembre y, con ella, la fase de crecimiento, que dura hasta aproximadamente febrero, temporada de vendimia. La fase de crecimiento suele coincidir con la estación de las lluvias, a menudo bochornosa. Por eso es extraordinariamente elevado el peligro de podredumbre y las uvas solo maduran en las mejores parcelas. Cave Geisse es una de las pocas fincas de Pinto Bandeira que han logrado fama internacional. Actualmente dirigen la bodega del enólogo chileno Mario Geisse sus hijos Daniel, Ignacio y Rodrigo. Tienen ventaja frente a los demás productores gracias a la experiencia y conocimientos de su padre, que ya en los años setenta descubrió esta región como buen terruño para vino espumoso y plantó allí las primeras cepas de Chardonnay y Pinot para la casa Chandon. En Cave Geisse no solo la poda y la vendimia se hacen a mano, sino también el degüello. Retirar el depósito de levaduras tras la segunda fermentación requiere gran destreza, y antes de introducir el corcho definitivo se vuelven a catar todas y cada una de las botellas. Para realizar todo este trabajo no hay más que ocho empleados. “Solo así podemos garantizar una gran calidad”, afirma Daniel Geisse, cuyos productos son tan raros y codiciados que únicamente una cantidad mínima de botellas llegan a exportarse. 

La producción de vino de Brasil prácticamente ha explotado con el auge económico de los últimos años. Es lógico que no solo existan empresas pequeñas como Cave Geisse o Don Giovanni. Casa Valduga, por ejemplo, dispone de la mayor bodega para la producción de espumoso tradicional en Sudamérica; se halla en Bento Gonçalves, la capital vinícola del país. Aunque la capacidad de la bodega permitiría elaborar hasta seis millones de botellas, en la actualidad sólo se produce un millón. Así que están preparados para el futuro. Pero a pesar de esta gran cantidad, Casa Valduga elabora todos sus vinos espumosos siguiendo el método tradicional, con la segunda fermentación en botella. Aspiran a producir gran calidad y, sin embargo, elaborar espumosos superiores allí casi parece fácil.

También Miolo y Salton, otras dos grandes empresas, tienen especial éxito con sus espumosos. Vinícola Salton está especializada en el método Charmat, según el cual la segunda fermentación se lleva a cabo en tanques especiales. Bajo el liderazgo de su director, Mauricio Salton, de 29 años, esta empresa supone un 40 por ciento del segmento de mercado de los espumosos brasileños. Desde el cambio de milenio, la producción de vino espumoso de Salton se ha multiplicado por ocho, llegando a rozar los ocho millones de litros. Con tendencia ascendente. Los que han probado los espumosos brasileños lo entienden perfectamente.

 

Consejos sobre los espumosos para la fiesta del fútbol

La mayoría de los espumosos brasileños, lamentablemente, siguen consumiéndose sobre todo en el propio país. Pero como muy tarde para el Mundial de Fútbol 2014, todos deberíamos tener en la bodega algún que otro espumoso. A continuación, nuestros favoritos en el mercado europeo.


Miolo Millésime 2009
Frutas claras secas, algo de miel y caramelo, también fuertes matices en la aromática. En absoluto importuno. En el paladar, fino perlado con una acidez presente típicamente brasileña y aromas de manzana verde. Posgusto mineral, combinado con aromas de caramelo oscuro. En cuanto a la relación precio-calidad, sensacional.


Casa Valduga Extra Brut 2002
Estas burbujas maduras proceden de un año excelente en Brasil. Fruta madura y concentrada con orejones de albaricoque y piña, caramelo y praliné de nueces fresco, con la aireación se le suman aromas tostados. En el paladar resulta marcado por una agradable mineralidad, con aromas de caramelo y piña. Termina largo con un recuerdo de nueces.


Casa Valduga 130 Brut
Aromas de mango y maracuyá secados, también algo de menta y elementos potentes, pero sin predominar. Bastante complejo. En el paladar perlado medio, con un ataque ligeramente dulce, pero transportado por una acidez armoniosa típicamente brasileña. Muy vital. Pleno en boca, buena longitud.


Casa Valduga Arte Brut
Para aficionados a los espumosos frescos, frutales y campechanos. Nariz discreta con aromas cítricos y notas presentes de levadura. En el paladar algo impetuoso, pero con buena consistencia. Discretamente dulce con una hermosa acidez, ligeramente seco en el final.

 

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