- Antonio Candelas
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- 2016-03-09 17:47:14
Precursor, visionario, tenaz... Todo se ha dicho, y es poco, sobre la figura y la labor de Manuel Fariña, sobre su indiscutible éxito al situar los vinos y las viñas de Toro en el dulce momento de fama que disfrutan actualmente.
El vino de Toro es heredero de una larga historia con flecos romanos y con hegemonía en tiempos medievales, pero la bodega de Fariña produjo el quiebro capaz de situarlo en la modernidad.
Hijo de viticultor del otro lado del Duero, Manuel ha reunido en Toro 300 hectáreas de viñedo y ha sabido extraer de ella lo mejor a base de principios técnicos que hoy pueden parecer evidentes pero que en su momento supusieron una revolución en la zona, como adelantar la vendimia, controlar la temperatura de fermentación y aplicar con conocimiento la crianza en las mejores maderas. Su fe descubrió al mundo el poderío de la Tinta de Toro y la capacidad para, con buen criterio enológico, transformarla en algunos de los mejores vinos de este país.
La continuidad está garantizada por la incorporación de sus hijos, por la renovación constante y por los pequeños detalles de cuidado, de atención, de mimo mas allá del propio vino, por ejemplo, el concurso de pintura en el que se elige el vestido, la etiqueta, de cada cosecha de Primero, este vino de maceración carbónica. Una generosa aportación al arte que, con igual tesón, ha cumplido ya su décima edición y crece en cada una, esta vez con un récord de obras presentadas a concurso –134- y con una elección por parte del público que superó los 3.000 votos.
Por talante personal, por responsabilidad profesional y hasta por puro placer, los Fariña siguen investigando, experimentando y perfeccionando en busca de vinos mejores y más acabados.
Mejores gracias a ir sumando y renovando barricas de roble americano y francés y grandes tinos de madera para elaboración. Más acabados, porque en este país no hay tradición de conservar el vino en casa o en el restaurante, de modo que Fariña ha decidido hacerse cargo de ese ciclo hasta el final y ofrecer sus vinos perfectamente educados en botella. Listos para beber y con la garantía de una perfecta conservación.
Consejos de cata
Se muestra particular por la concentración que nos brinda la Tinta de Toro en esta región. Una uva que sobrevivió a la devastadora invasión filoxérica y que hoy podemos disfrutar admirando su estructura, jugosidad y expresión primaria. El riguroso clima en el que la cepa se desarrolla ofrece una magnífica personalidad. Es un vino en el que queda bien marcado el viñedo zamorano.
Bodegas Fariña
Camino del Palo s/n
49800 Toro (Zamora)
Tel. 980 577 673
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