- Antonio Candelas
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- 2016-03-09 17:49:09
Hay momentos en la vida en los que cuando uno cree en algo, no importa la corriente, consigue lo que quiere, alcanza lo soñado. Quizá este podría ser el comienzo de la historia de José Luis Prada Méndez… más archiconocido como Prada a Tope.
Se podría decir que es el profeta de su tierra. La voz que ha dado nombre y apellido a la excelencia de una región rica en huerta, en viña... Comenzó rastreando la zona, eligiendo con exquisito gusto lo mejor de cada rincón del Bierzo, desde los exquisitos pimientos hasta las potentes Mencía y Godello, para conseguir hacer de aquella excelencia su marca, su sello de identidad. Una genialidad que ha marcado un antes y después, no solo de su propia historia, sino también de la de sus vecinos, la de su tierra.
Fue en el año 1975 cuando comenzó a embotellar un vino que elaboraba comprando la uva a los viticultores de la zona (siempre del Bierzo), de manera que, poco a poco, también con él, ellos adquieren prestigio.
En 1987 compra el palacio y los terrenos del antiguo Señorío de Canedo (su historia se remonta a 1761) y es a partir de ese momento cuando Prada a Tope se consolida definitivamente en el mundo del vino. Los viñedos y las bodegas del Palacio de Canedo son la máxima expresión de la filosofía de Prada... ¡Hay que ver aquello para creerlo! ¡Y de agricultura ecológica!
Hoy, el Palacio es peregrinación de visitantes ávidos del sabor de una tierra, de la esencia del Bierzo. Hotel, tienda, restaurante, bar, bodega… Un museo que no deja indiferente.
Pasear por las viñas, cada una identificada con su nombre, número de cepas plantadas y variedad, es la mejor forma de entender el Bierzo. Perderse por los senderos, disfrutar sin prisa de la calma de la naturaleza y respirar el aire impoluto que allí todo lo inunda es una experiencia única que en Prada a Tope saben ponerle siempre un punto divertido: utilizan un simpático vehículo bautizado con el nombre de Carroviñas con el que recorren los magníficos viñedos y paisajes.
Consejos de cata
Quizás sea el que mayor presencia floral posea. La Mencía, el terreno donde están plantadas las viñas y la frescura del clima hacen que los aromas vayan hacia una dirección más silvestre. La levadura autóctona, una vez que se ha producido la maceración en el interior de la uva, hace el resto. En boca aparecen los recuerdos de la fermentación maloláctica, que siempre suavizan la bravura de la arrebatadora juventud.
Viñedos y Bodegas del Palacio de Canedo
Calle La Iglesia, s/n
24546 Canedo, El Bierzo (León)
Tel. 987 563 366
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