- Redacción
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- 2018-12-13 00:00:00
A principios de noviembre, MiVino puso rumbo a Hong Kong para conocer de primera mano las últimas tendencias del sector a este lado del planeta y fuimos testigos de que China –y en particular Hong Kong– es un mercado lleno de posibilidades en el que participan cada vez más países y a cuya feria acuden cada año un crisol de culturas para degustar los vinos y espirituosos de medio mundo.
En esta undécima edición de la HKTDC Hong Kong International Wine & Spirits Fair, las bodegas españolas han jugado un buen papel, ya que la mayoría cuenta con suficiente experiencia en estas latitudes, con porcentajes muy elevados de exportación (algunas incluso venden el 100% de su producción fuera de nuestras fronteras), señal de que saben conquistar al forastero. La puesta en escena más llamativa de la expedición europea resultó ser la de España, junto a las propuestas de Francia e Italia.
Los pasillos de la feria eran un vaivén y daba gusto perderse por los pabellones saltando de continente en continente, de vino en vino, descubriendo las últimas novedades de Australia, Estados Unidos o China. Toda una oferta amenizada con catas magistrales, como la impartida por Sarah Heller (la Master of Wine más joven de Asia), a la que pudimos asistir el primer día y en la que nos transmitió su romántica manera de entender el vino.
Para acabar aún con mejor sabor de boca la jornada inaugural, acudimos por la noche, bien ataviados, a la entrega de premios a los mejores vinos de la décima edición de la Cathay Pacific Hong Kong International Wine & Spirit Competition, con una cena por todo lo alto con el chef con estrella Michelin Amerigo Sesti a los fogones y la Master of Wine Debra Meiburg como maestra de ceremonias.
Aunque no solo de vino vive el hombre. Al día siguiente tuvimos oportunidad de catar whiskies de Escocia o Taiwán, rones de Mauricio, sakes de Japón y licores de Sichuán. Armonías, competiciones cocteleras en el Ice Bar y conferencias programadas durante los tres días de feria para compartir experiencias y estadísticas de mercado, que hablan por sí solas y vienen a decir que hay un florecimiento del mercado del vino en Asia. Las cifras son abrumadoras y prometen un negocio boyante a todos aquellos productores que sean capaces de seducir al consumidor chino.
Todo este despliegue hizo que la feria fuera un éxito, llena de contrastes, como la ciudad en sí, y claro ejemplo de que Hong Kong está dinamizando el trasiego del vino en el continente oriental.