- Diana Fuego
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- 2019-09-02 00:00:00
Es imposible entender la civilización mediterránea sin el vino, un alimento presente en nuestra historia desde tiempos remotos que consumido con moderación durante las comidas puede ser muy saludable. Unido a las raíces y formas de vida de los diferentes territorios donde se produce, también es un valioso elemento cultural.
El vino, tan profundamente arraigado en la cultura mediterránea desde sus orígenes, ha sido considerado como un alimento imprescindible desde tiempos inmemoriales. Forma parte de la tríada mediterránea junto al aceite de oliva y el trigo, y la Ley de la Viña y el Vino de 2003 lo define como "el alimento natural obtenido exclusivamente por fermentación alcohólica, total o parcial, de uva fresca, estrujada o no, o de mosto de uva".
Francisco Martínez Arroyo, consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural de Castilla La-Mancha y presidente de la Fundación Dieta Mediterránea, defiende su papel como componente esencial de la misma: "Es importante trasladar el mensaje de que el vino es un alimento que está en la pirámide de la Dieta Mediterránea; es decir, su consumo es saludable y recomendado siempre que sea moderado". El doctor Alfredo Gea, del departamento de Salud Pública y Medicina Preventiva en la Universidad de Navarra e impulsor del PREDIMED (Prevención con Dieta Mediterránea), coincide con esta interpretación: "La Dieta Mediterránea tiene como ingrediente perfecto el vino, pero no se puede obviar la forma de consumirlo: hay que beber siguiendo el patrón mediterráneo". Como destaca el doctor Gea, "el consumo de vino en la comida ha formado parte de la tradición de muchos países mediterráneos, excepto de los de tradición musulmana, aunque es un tema controvertido en la comunidad científica". Al contener alcohol, no se ponen de acuerdo a la hora de clasificarlo, y hay dos corrientes opuestas: "Instituciones como la OMS recomiendan evitar por completo el consumo de alcohol (se sabe que hay riesgos asociados que pretenden evitar). Por otra parte, hay otra corriente que sugiere que beber vino con moderación puede ser beneficioso, sobre todo para la salud cardiovascular. Es un tema complejo que no tiene una única respuesta". Pero el doctor Gea sí deja clara su postura: "Beber vino con moderación durante las comidas es un hábito saludable [así lo explicó durante su intervención en las I Jornadas A tu Salud, organizadas por la Bodega Marqués de Murrieta el pasado febrero]". Pero matiza: "Beber vino en las comidas es mejor que hacerlo fuera de las comidas, ese es el resultado de mi investigación". Para Martínez Arroyo, los beneficios del consumo de vino en las comidas son indudables, y además pone en juego el factor cultural: "La bebida tradicional vinculada a los hábitos de consumo en nuestro país es el vino. El consumo moderado a partir de los 18 años ayuda a mejorar la población de la salud más joven y estamos transmitiendo valores que se enraízan en la cultura de nuestro país desde siempre, y eso es muy importante. El vino es cultura en sí mismo".
A principios de año, la AEPEV (Asociación Española de Periodistas y Escritores del Vino) lanzó una campaña para pedir al presidente del Gobierno que el vino sea declarado Bebida Nacional: "Reivindicamos que el vino, parte inseparable de la cultura a lo largo de los siglos en numerosas manifestaciones, sea reconocido como bebida y alimento esencial". A través de la difusión del manifiesto VINO es CULTURA en Change.org (donde cuenta con el apoyo de casi 3.000 firmas), instaron a consumidores e instituciones a que se unieran a su "defensa de la cultura del vino y su consumo consciente, moderado y responsable".
La moderación es la clave
Siempre que nos referimos a un consumo de vino saludable e integrado en la Dieta Mediterránea, por supuesto estamos refiriéndonos a esa ingesta moderada y responsable durante las comidas a la que apelan los expertos que hemos consultado: "Hay que ser cuidadosos y mantener siempre la moderación y la precaución", sentencia el doctor Gea. Para Martínez Arroyo, hay otro factor clave a la hora de abordar el consumo de vino en las comidas: "Lo principal es que se disfrute del consumo, y que ese consumo sea compatible con el estilo de vida". De hecho, afirma que en nuestro país hemos abandonado ese disfrute tan vinculado a la cultura mediterránea, lo que supone un verdadero problema: "Tenemos que recuperar los hábitos saludables que se relacionan con la Dieta Mediterránea, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Y la dieta no es solo el consumo de alimentos, sino también la forma de hacerlo, de disfrutar de la vida. Hay que dedicarle a la comida su tiempo, de manera pausada y con alimentos de temporada (en la medida de lo posible)". Por supuesto, esto incluye al vino: "Hay que identificar siempre al vino como alimento, y como integrante de la pirámide de la Dieta Mediterránea. De esta forma, también estaremos ayudando al sector del vino. Trabajamos para concienciar a los consumidores, y concienciándolos ayudamos a aquellos que hacen las cosas bien en la industria agroalimentaria, apostando por productos de la tierra. Y el vino es el producto que más se identifica con la tierra en nuestro país". También desvela el posible secreto para impulsar la cultura del vino en España: "No abandonemos nunca la relación entre el vino y la Dieta Mediterránea, porque probablemente sea la clave para fomentar la cultura del vino".
El vino en gastronomía
Ya lo dice el refrán: "Comida sin vino, comida a medias". El vino puede estar presente de diversas formas durante una comida: como ingrediente en guisos, salsas, marinados, etc., a los que aporta distintas texturas, aromas y sabores; aunque su papel más importante es el de armonizar todo tipo de platos (como os mostramos mes a mes en nuestra suculenta sección de Armonías). Según Rafael Ansón, presidente de la Real Academia de Gastronomía, "el vino tiene sentido y es una exigencia para comer satisfactoria y saludablemente". Nos quedamos con esta interesante reflexión de su artículo El vino como alimento para Fundes: "El vino es no solo un alimento, sino un producto cultural en un doble sentido: nace de la cultura de un pueblo y, a su vez, conforma poderosamente esa misma cultura".