- Diana Fuego
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- 2020-12-04 00:00:00
Diecinueve socios –liderados por el IRTA– de seis países europeos trabajarán en la búsqueda de nuevas estrategias para reducir el uso de productos fitosanitarios en viticultura y olivicultura.
El proyecto de investigación e innovación Novaterra es uno de los más importantes que se han lanzado en los últimos años: su objetivo es "la reducción de productos fitosanitarios en viticultura y olivicultura para un medio ambiente y alimentación más sanos y naturales". Así lo ha explicado Felicidad de Herralde, coordinadora del proyecto e investigadora del IRTA (Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries), líder de los 19 socios que conforman Novaterra: "Se busca que las sustancias que se usan para luchar contra plagas y enfermedades en la vid y el olivo sean más específicas y menos dañinas. La idea viene desde las políticas europeas y esta es una de las áreas en las que la Comisión está haciendo más enfasis", señala De Herralde.
En ese consorcio de entidades hay universidades, institutos de investigación, productores de vid y olivo y una empresa de productos fitosanitarios procedentes de cinco países del arco mediterráneo –Grecia, Italia, Portugal, Francia y España–, a los que se suma Bruselas, sede de la empresa responsable de comunicación del proyecto a nivel europeo. A nivel nacional, es la Plataforma Tecnológica del Vino (PTV ) la que desempeña esta labor: "Es un proyecto clave para el sector del vino en España que entra dentro de nuestra agenda estratégica dentro del área de sostenibilidad del cultivo", apunta Mario de la Fuente, gerente de la PTV.
Novaterra tiene un presupuesto de más de 5,5 millones de euros y ha recibido una ayuda de la Comisión Europea de más de 4,8 millones de euros a través del programa Horizon 2020. Durante cuatro años se trabajará en tres grandes ejes técnicos para desarrollar nuevas estrategias sostenibles que ayuden a reducir el uso y el impacto negativo de los pesticidas más dañinos: el primero se centra en buscar productos alternativos, materias activas interesantes que sustituyan a las que son más peligrosas o tienen más duración en el medioambiente (por ejemplo, el cobre es uno de los productos más utilizados para el control de hongos –sobre todo en cultivo ecológico– y está en la lista de sustancias a ser sustituidas); el segundo, en cómo aplicarlas de una manera más eficiente a través de sistemas inteligentes y tecnologías basadas en una aplicación más precisa; y el tercero, en la recuperación de los suelos aplicando técnicas y tecnologías novedosas que ayuden a la planta a estar más sana.
Además, la PTV establecerá un comité de stakeholders con diversos agentes del sector del vino y el olivar para que haya una interacción constante entre todos ellos. Como concluye Felicidad de Herralde, "es muy importante que las empresas se involucren en el entramado porque se trata de llegar al mercado, al consumidor final".