- Antonio Candelas
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- 2020-12-04 00:00:00
Es una de las uvas más expresivas de posibilidades inagotables. Su singular nobleza relumbra cuando la tierra cumple unas condiciones muy concretas y el enólogo da con la tecla para gestionar tanta virtud.
C ariñena. Uva, pueblo y Denominación de Origen. No creo que exista mejor forma de vincular una variedad a un territorio que bautizarla con el mismo nombre. Una declaración de intenciones que se hace realidad cuando pisas el viñedo donde emergen los troncos de las cariñenas, en muchos casos viejas, al abrigo de la zaragozana Sierra de Algairén y en ubicaciones que son símbolos de resistencia casi numantina. Cariñena y piedra. Piedra y Cariñena. Una simbiosis tan irremplazable como única donde cada miembro de esta curiosa asociación se beneficia del otro con un fin común que trasciende su propia supervivencia: dotar a la región de vinos privilegiados, únicos.
En Grandes Vinos no quieren desperdiciar la oportunidad de diferenciarse gracias a lo que la tierra les ofrece, sobre todo cuando se trata de una bodega cuyo valor social es incalculable. Este proyecto nació en 1997 con la unión de cinco cooperativas de pueblos de la zona, algunas con tradición bodeguera desde 1950. Hoy llevan allí sus uvas más de 700 viticultores que son poseedores de algunas de las parcelas más sobresalientes de esta jugosa variedad. Tanta responsabilidad hay que gestionarla no solo con la garantía de que todas esas familias mantendrán el sustento y la masa de viñedo no declinará ante la amenaza de la despoblación, sino que hay que ir más allá innovando, experimentando y sabiendo que mantener la mente abierta es primordial para conseguir vinos relevantes, sorprendentes, que sean capaces de emocionar alcanzando la singularidad, pero solamente entendida desde la excelencia.
Pasión por la Cariñena
Ambiciosos objetivos los que se persiguen en Grandes Vinos que solo se pueden hacer realidad con pasión sostenida a lo largo de los años, porque ya sabemos que el vino es para las almas entregadas e intrépidas, pero pacientes. Así, encontramos entre sus numerosas elaboraciones tres perfiles de Cariñena diferentes que hablan de la plasticidad de esta uva y de cómo admite interpretaciones según lo que el enólogo quiera destacar, conservando siempre un discurso donde la frescura marca el esqueleto sensorial. Anayón Cariñena 2017 proviene de unas viñas de más de 60 años de edad con una crianza no muy larga –10 meses en barrica– que le da un aspecto de mayor consistencia aromática siempre desde el respeto a la variedad con la fruta fresca (frambuesas, cerezas) en primer plano. En boca lo que llama la atención es la viveza con la que discurre. Estructura noble, recorrido de fruta jugosa y un fondo mineral interesante.
En el otro extremo tenemos Anayón Cariñena Terracota en su añada 2015, del cual tan solo se elaboraron 1.815 botellas. Los 12 meses que ha pasado criándose en vasijas de terracota de 150 litros han mostrado la cara más refinada y elegante de la uva. El tiempo en copa le beneficia porque acaba desplegando toda la pureza varietal en forma de matices de fruta roja silvestre. Hay un fondo balsámico y terroso muy interesante. En boca es equilibrado y sorprende porque nunca pierde ni un ápice de su personalidad. Es fresco, de tanino afilado y con un final con detalles florales. Una Cariñena con un carácter arrebatador a la que no hay que dejar de prestar atención.
Abrir los ojos al mundo
De esa noble intención de salvaguarda de la Cariñena aflora el intercambio de conocimiento con mentes inquietas de otras zonas vitícolas del mundo. Joey Tensley, reconocido enólogo de la región californiana de Santa Bárbara, se incorporó al equipo técnico de Grandes Vinos en una colaboración de la que nació la tercera Cariñena: Anayón Parcela 15. Tras un escrupuloso trabajo de selección dieron con una parcela de algo menos de una hectárea para crear un vino donde la pureza de la uva fuera el principal argumento, por lo que se vinificó de manera artesanal, fermentando en barricas de roble abiertas con remontados manuales. En la añada 2017 es un vino de gran personalidad. El eje frutal aparece adornado por matices que le otorgan una gran complejidad (pedernal, finas hierbas, regaliz). La crianza de tres meses está trabajada con inteligencia. Paladar fresco, con cuerpo y una nobleza extraordinaria. En el posgusto queda ese deje silvestre tan propio de la uva. Un proyecto delicioso que persigue enseñar sin complejos al mundo un legado único y cautivador.
Grandes Vinos
Carretera de Valencia, Km. 45,700. 50400 Cariñena (Zaragoza)
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Tel. 976 621 261