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Ochoa, de Olite al mundo

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  • Redacción
  • 2021-07-02 00:00:00

Son ya seis las generaciones que desde 1845 han asumido el continuo reto de crear y mantener una bodega en la que, sobre todo, se vive el vino; eso sí, con una sólida filosofía basada en la innovación desde una perspectiva respetuosa con el medio ambiente, su tierra y su historia.


Pasear por las calles de Olite es casi como habitar en un cuento. Sus sinuosas calles y casas de piedra con sus pequeños balcones de madera nos transportan a lugares que solo existen en nuestra imaginación, una ensoñación que se acentúa aún más, si cabe, en sus galerías subterráneas. Pero hay más, mucho más. En la plaza de Teobaldos, además del Museo de la Viña y el Vino –parada obligada–, encontramos la iglesia de Santa María con su magnífica portada o su retablo mayor, y, cómo no, la iglesia de San Pedro, cuya esbelta torre gótica configura una suerte de skyline medieval de la ciudad junto con las torres del Castillo. Un castillo que en realidad no es tal, sino el conjunto monumental del Palacio Real de Olite, que se compone de tres partes: el Palacio Viejo (hoy, Parador), las ruinas de la Capilla de San Jorge y el Palacio Nuevo, construido a principios del siglo XV por Carlos III el Noble y que fue una de las sedes de la Corte del Reino de Navarra a partir de su reinado. A solo ocho minutos a pie de esta maravilla medieval se encuentra Bodegas Ochoa.
 
Respeto a la viña
La bodega, claro, no existía cuando se construyó el Palacio, pero su fundación en 1845 nos dice que ya ha celebrado la nada desdeñable cifra de 175 cumpleaños. Se dice pronto, pero han pasado por ella seis generaciones de una familia que hoy está representada por Adriana, que trabaja en ecológico el viñedo propio y elabora los vinos, y Beatriz, su hermana, que los comercializa. Pero el que manda es el vino, el centro y la razón de todo. Por eso lo miman desde el viñedo: 145 hectáreas, todas propias, de las que más del 80% –y pronto será todo– ya cuentan con certificación ecológica. Es una de las piedras angulares del proyecto de la bodega: la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente. Fieles al legado de las generaciones anteriores, tratan "la tierra como lo hacían nuestros abuelos, pero utilizando la tecnología más avanzada" y los viñedos proceden de las antiguas cepas de sus antepasados, de las que se han seleccionado las mejores, cuyo material vegetal se ha multiplicado gracias a la investigación, otra de las señas de identidad de la casa, que en 1994 fue la primera bodega española en realizar un proyecto de I+D. Desde entonces no han parado de invertir y experimentar, siempre desde una perspectiva respetuosa con el entorno. De momento, el último de esos experimentos las ha llevado a un proyecto que busca un recubrimiento en las botellas de vidrio para evitar la evolución del vino rosado una vez embotellado, ya que el rosado "muchas veces entra por los ojos, por su color, y si al estar en botella transparente el vino se ve afectado su color, pierde atractivo. Queremos evitar esa evolución que puede dar la luz, el sol, y proteger el vino", nos cuentan.


Enoturismo como en casa
Porque en Ochoa el vino se bebe, pero sobre todo se vive: "Somos una bodega familiar y cercana. Por eso nos gusta recibir a gente en nuestra casa y explicarles de primera mano nuestra filosofía, nuestros procesos y nuestros vinos", aseguran. Para ello, han creado tres experiencias enoturísticas a la medida de cualquier visitante.
Vivimos el Vino: recomendada para amigos parejas y grupos, la experiencia Ochoa al completo es un recorrido guiado por la bodega donde descubriremos de una manera cercana, sencilla y familiar su particular forma de entender el vino.
Vivimos a tu Aire. Para familias, viajeros con poco tiempo o simplemente para quienes buscan algo más informal, sin reserva, esta es la opción ideal, ya que permite pasear a nuestro ritmo por la bodega con la posibilidad de ampliar información con vídeos que la bodega ha preparado para ver en nuestro móvil.
Vivimos el Momento: una experiencia enogastronómica en dos ambientes: una agradable terraza exterior y una zona de degustación con enoteca interior donde podremos degustar sus vinos por copas o por vuelos (una selección de varios vinos en formato mini) acompañados por raciones de jamón, embutidos o queso.
Pero lo mejor de cualquier opción es disfrutar del amor de la familia Ochoa por el vino. Merece la pena vivirlo.

Bodegas Ochoa

Calle Miranda de Arga, 35. 31390 Olite (Navarra)
www.bodegasochoa.com

Tel. 948 740 006

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