- Diana Fuego
- •
- 2021-07-02 00:00:00
La Ruta del Vino que atraviesa la comarca toresana es una de las más fascinantes de España: los viñedos prefiloxéricos regados por el Duero comparten territorio con espectaculares monumentos, hoteles-castillo y bodegas llenas de secretos donde el vino se siente de otra forma.
Dormir en un palacio que fue escenario de la guerra por el trono de Castilla, saborear los secretos de los vinos de Toro de bodega en bodega, ver atardecer entre viñas prefiloxéricas que danzan al son de la música, perderse por las calles de una ciudad que atrapa, sentir el dulce vértigo stendhaliano al contemplar uno de los monumentos medievales más importantes de España, visitar el Museo del Queso Chillón (¡y hasta hacer queso propio!), relajarse en un wine-spa, ponerle nombre a un vino... La huella que deja la Ruta del Vino del Toro en el viajero es una suerte de tatuaje indeleble e hipnótico que impulsa a volver una y otra vez. Y cada vez que se regresa, lo inesperado aguarda en sus viñedos y muros, en sus restaurantes y monumentos, en sus pinares y bodegas, descubriendo una nueva y emocionante forma de vivirla...
Esta ruta del vino, quizá una de las más sorprendentes de España, se desliza entre el sureste de la provincia de Zamora y el suroeste de la provincia de Valladolid, atravesando diecisiete términos municipales donde el vino ha jugado un papel fundamental desde hace siglos, marcando el sentir de una comarca. En Toro, la profunda tradición se ha adaptado a la actualidad con innovación y muchos nuevos y atractivos proyectos de enoturismo.
El estandarte de la zona
La Tinta de Toro y aquellas cepas viejas que resistieron el ataque de la filoxera son las protagonistas indiscutibles de esta región fascinante regada por el río Duero. Sus vinos, impetuosos y expresivos, llenaron bodegas reales y navíos –de hecho, muchos historiadores defienden que los vinos de Toro fueron los primeros en viajar a América–, y nos hablan del carácter de una tierra histórica: fue morada de nobles y escenario de una de las batallas clave para la guerra de sucesión castellana –la de Toro, que enfrentó al ejército de los Reyes Católicos y a las tropas de Alfonso V de Portugal el 1 de marzo de 1476–, y alberga una riqueza cultural inmensa.
Las 22 bodegas que forman parte de la Ruta del Vino de Toro, conscientes del valioso patrimonio que las rodea, ofrecen actividades muy atractivas para disfrutar del vino que van más allá de la viña: como Monte la Reina y su espectacular castillo neogótico del siglo XIX, que alberga un hotel-boutique; Volvoreta y sus picnics en plena nauraleza; Vocarraje, que propone al viajero algo tan original como embotellar su propio vino (totalmente personalizado) o apadrinar un cerro; Divina Proporción y su inmenso y suculento restaurante; Liberalia y sus visitas personalizadas; Valbusenda, con su jardín ampelográfico, su wine spa y su restaurante Nube; Pagos del Rey y su Museo del Vino, una forma apasionante de adentrarse en la relación ancestral de esta tierra con el vino; o Bodegas Fariña, una de las impulsoras de la D.O. Toro, que entre sus diferentes propuestas enoturísticas incluye un pequeño museo con las pinturas ganadoras de su Concurso El Primero de Fariña.
Allí donde el arte reina
La Historia y el Arte en mayúsculas dibujan las curvas de la ciudad de Toro, que se alza imponente sobre el Duero y es una de las paradas más deseadas de la Ruta. Declarada de interés turístico y conjunto monumental histórico-artístico, sus orígenes se remontan a la época celtibérica. De hecho, uno de los símbolos de la ciudad es su Toro de Piedra, un verraco de la cultura vetona esculpido en granito.
Pero, sin duda, la impresionante Colegiata Santa María La Mayor es el emblema de Toro, la parada más subyugante del viaje. Esta iglesia de estilo románico-gótico se considera uno de los monumentos medievales más importantes de España y posee los títulos de Monumento Histórico Artístico y Bien de Interés Cultural. La Portada de La Majestad, construida en el último cuarto del siglo XIII, es de una belleza polícroma y hechizante. Aunque Toro guarda sorpresas casi en cada rincón, y por eso es mejor recorrerla despacio, dejándose impregnar por cada huella de Historia: bodegas subterráneas, el Real Alcázar –situado al principio (o al final) del imprescindible Paseo del Espolón–, la Iglesia de San Lorenzo el Real –la iglesia de ladrillo más antigua de Toro–, el Teatro Latorre y la Plaza de Toros... o esa enigmática Torre del Reloj que, según cuenta la leyenda, se construyó con vino como argamasa. Diana Fuego
Bodegas de la Ruta del Vino de Toro
· Bodegas y Viñedos San Román
· Bodega Covitoro
· Bodega Vocarraje
· Bodega Torreduero
· Vega Sauco (Familia Gil Luna)
· Bodega Valbusenda
· Bodega Cyan (Bodegas Familiares Matarromera)
· Bodega Elías Mora
· Bodega Monte La Reina
· Teso La Monja
· Bodega Francisco Casas
· Bodega Caro Dorum
· Bodega Divina Proporción
· Viña Zangarrón (Finca Volvoreta)
· Bodega Viñaguareña
· Bodega Liberalia
· Bodega Rejadorada
· Numanthia
· Pagos del Rey
· Bodega Fariña
· Bodega Sobreño
· Bodega Valdigal
Ruta del Vino de Toro
Calle Concepción, 3. 49800 Toro (Zamora).
www.rutavinotoro.com
Tel. 673 941 989