• Antonio Candelas
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• 2021-09-07 00:00:00

Estar al frente de uno de los reductos más sobresalientes a nivel mundial de viña prefiloxérica es un reto tan estimulante como vertiginoso. Alma Carraovejas, en su compromiso por elevar la cultura del vino a lo más alto, tiene en Ossian Vides y Vinos la clave para proteger esta maravillosa joya.  

Nieva y los pueblos colindantes esconden cepas extraordinarias que en su momento resistieron a la devastadora filoxera y que, en las últimas décadas, han tenido que sobreponerse a la indiferencia y al abandono. Pedro Ruiz Aragoneses fijó su atención en aquel rincón del oeste segoviano, donde el pino resinero y el cereal ejercen una presión permanente sobre estas reliquias vitícolas. En seguida entendieron el verdadero valor de estos vetustos majuelos aferrados a la vida mediante sus profundas raíces que buscan el sustento entre la fragilidad arenosa del suelo. En 2013, comenzaron su andadura de aprendizaje sobre esta zona a través de Ossian, un proyecto puesto en marcha en 2005 por el viticultor Ismael Gozalo y el elaborador Javier Zaccagnini.
En el proceso de reconocimiento del terreno y de entender el comportamiento de aquellos viñedos de marcada vocación superviviente, se crearon tres líneas de trabajo sobre las que asentar el proyecto basadas en identificar y reconocer la personalidad de estas viñas y conseguir preservar el patrimonio por los siglos de los siglos. La más urgente era conseguir la mayor masa de viñedo prefiloxérico posible para evitar que se perpetraran más arranques y perder así parte del capital vitícola existente. Hoy cuentan con más de 100 hectáreas, de las que unas 55 son de viñedo prefiloxérico. Otro de los trabajos era recuperar viñas perdidas, abandonadas, abocadas a su desaparición por falta de relevo generacional. El último de los retos es perpetuar el material genético para que cuando el declive de las viñas actuales sea inevitable, podamos contar con una cantidad consistente de viñedo que garantice la continuidad de esta valiosa herencia. Fue en 2018 cuando se creó un banco de biotipos junto con el vivero Vitis Navarra. Algo así como una colección única de verdejos para seleccionar aquellos que genéticamente ofrezcan mejores condiciones vitícolas y enológicas. Así, se protege la extraordinaria diversidad que el Verdejo segoviano ofrece. Una herencia que necesita ser entendida y valorada bajo los valores de responsabilidad y pertenencia.

Cuando la Verdejo emociona
Pero la riqueza de este Verdejo segoviano prefiloxérico no solo está descrita por la austera supervivencia que ha logrado mantener a lo largo de los años, sino por un conocimiento que reposa en las manos de los viticultores de la zona y que queda patente en los troncos recios y perfectamente formados de cada cepa. Una cultura de viña que también hay que respetar, marcando la línea de evolución con los conocimientos actuales y trasladar a las nuevas hornadas de viticultores para que no se pierda la identidad de un patrimonio que ha permanecido entre aquellos majuelos durante siglos.
Y así, buscando la expresión más pura del Verdejo segoviano a partir de cepas únicas, se puede llegar a emocionar a aquellos que buscan autenticidad y distinción. Emocionar y dejar claro a nivel internacional que la grandeza de los vinos blancos en España es una realidad que tiene que ser transmitida convenientemente, sin complejos y con mucho orgullo.
En sus tres vinos elaborados con Verdejo y etiquetados como Vino de la Tierra de Castilla y León se puede apreciar esa herencia que llega a nuestros días después de salvar no pocos avatares. Quintaluna es el hermano pequeño, pero es el que tiene la noble misión de mostrar la originalidad de una viña que se aferra de manera incondicional al terreno arenoso. Fresco, vibrante, expresivo, mineral, salino, todo el poderío de su juventud queda perfectamente moldeado por un preciso trabajo de lías durante nueve meses. Las levaduras propias de la uva obran el milagro en cada vendimia para que no se pierda la personalidad de las uvas de este lugar.
Ossian, sin embargo, persigue enseñar el carácter de la viña centenaria y prefiloxérica de la zona. Extraer los sabores de esos racimos pequeños tan característicos del Verdejo con crianzas en diferentes formatos de barrica, cuya utilización solo busca descubrir la complejidad de estas viñas excepcionales. Untuosidad, fortaleza y persistencia aromática son las cualidades que mejor lo identifican.
Capitel es el más particular. Es un Verdejo procedente de cepas que se acercan a los 200 años de edad asentadas sobre una veta de pizarra que cruza el término municipal de Nieva por el sur. La elaboración es diferente porque no se despalilla la uva. Se prensa directamente y se fermenta en barricas con las levaduras propias. La crianza posterior transcurre durante 10 meses con sus lías. Un proceso en el que existe cierta libertad controlada para que la uva exprese todo el talento que atesora.
Admiración en el pasado, compromiso con el presente y generosidad para construir el futuro son las claves de este proyecto que destila Alma por los cuatro costados. 

Ossian Vides y Vinos
C/ Cordel De Las Merinas s/n. 40447 Nieva (Segovia)
Tel. 983 878 020 / www.ossianvinos.com